María Paz Ruiz Gil - De pasiones y otros fantasmas

Здесь есть возможность читать онлайн «María Paz Ruiz Gil - De pasiones y otros fantasmas» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

De pasiones y otros fantasmas: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «De pasiones y otros fantasmas»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Una novela de María Pasión, su alias como autora del libro de éxito Ligar es fácil si sabes cómo y Dating Coach exclusiva de Meetic España, María Paz Ruiz Gil es una de las nuevas voces narrativas de América Latina, clara exponente de la literatura posfeminista.
Un ejecutivo saboreando una crisis vital, una artista plástica con habilidades sobrenaturales heredadas, y una niña muerta que maravilla por su pensamiento impredecible, son algunos de los personajes de esta novela. En ella se disecciona la vida de cada uno de los personajes, sus anhelos, su búsqueda del amor. De Pasiones y otros fantasmas es un mapa de historias que convergen, una radiografía sobre el poder de las relaciones de sangre, los deseos humanos, la muerte, y los mecanismos de contracción del poder, la libertad y el erotismo.
Historias de amor y erotismo entre los personajes incapaces de tomar buenas decisiones por la influencia de su entorno.

De pasiones y otros fantasmas — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «De pasiones y otros fantasmas», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

A los cuarenta y un años, Rosana, hastiada de entregar su vida, su cerebro y sus horas de sueño a lo que llamaban familia, arrancó a llorar. No había saboreado más que veinte besos tristes, no había tenido un solo novio porque trabajabamucho y daba la sensación de que nunca se fijaba en el espejo. Toda ella era para los demás, convirtiéndose en esa obesa que fumaba sin parar y que bebía sola en su cuarto cuando se aproximaba su maldito cumpleaños.

Pero al cumplir cuarenta y dos años edad —la edad en la que su madre se convirtió en esas cenizas que alguien removía a diario esperando encontrar respuestas— Rosana tomó el primer paso para renovarse tanto que ni ella misma pudiera reconocerse. Invirtió parte de su dinero en despedazar todas las letras de la palabra «sobrepeso» en su vida y mandó al infierno a la compañía de su padre subastándosela a la competencia. Fue así como la báscula de Rosana conoció los 49 kilos, las estrías de haber perdido un montón de pellejo desaparecieron por medio de la cirugía plástica, entró con temor a la peluquería para ser tan rubia como la señora de la foto, y se dedicó a buscar dentro de su cuerpo las líneas perdidas de su madre hasta que, con el tiempo, alguno llegó a decir que alcanzó a superarla. La cara no se la tocó por su mala cicatrización, continuó con su pico de pajarito y aprendió a sacarle provecho al maquillaje para que sus ojos no parecieran dos bolitas sucias de plastilina. Y cuando el proceso de reconversión terminó, puso su cerebro en remojo dentro de un cuerpo soñado, y con esa acción condenó su bendecida cabeza a quedarse con las mismas preocupaciones de su madre, convencida de que podía llevar ambas vidas sin que su personalidad se fracturara.

Se sintió lista para su segunda relación sexual, pues la primera había sido un compendio de tirones dolorosos que le dejaron una inquietante duda de saberse lesbiana, pero mientras llegó el día de comprobarlo hizo uso y abuso de consoladores de grandes tallas y juguetitos sexuales que compraba siempre que viajaba a Londres.

De no conocer el tacto de los hombres a los cuarenta y dos, podría decirse que a los cuarenta y tres se había acostado con ciento y pico tíos menores que ella. Ofrecía con sensualidad sus pechos carnosos que caían como bolsas blancas y pesadas sobre sus costillas y le encantaba excitar a los hombres desde su cama haciendo muestras de todo lo que ella y sus consoladores habían aprendido a hacer en veintidós años de juego, aunque para eso necesitara muchas veces de algo de alcohol o incluso de cocaína. El trabajo se convirtió en su pasatiempo, y para tener un oficio que pudiera darle una ventaja a su carrera por capturar esa belleza que siempre la había esquivado, montó un centro de adelgazamiento y masajes con todos los lujos.

Y su padre, al ver que su hija le empezaba a recordar cada día más a esa madre de cenizas, mantenía ligeras dosis de felicidad al verla, pero era poco lo que Rosana pasaba por la residencia de ancianos cinco estrellas donde terminó recluido.

La insatisfecha Rosana se obsesionó por las posibilidades del sexo y empezó a practicarlo como un deporte, casi a diario y con chicos distintos. Le gustaban los jóvenes inexpertos a los que sentía que debía adoctrinar. Por eso terminó contratando a un chico de dieciséis, que le presentaba muchachitos con la libido saliéndoseles por los ojos, humanos tan jóvenes que estrenaban su virginidad y sus eyaculaciones veloces con ella. Para ponerlos a prueba les untaba el escroto con cocaína y así conseguía enloquecerlos y hacerlos estremecerse de creciente deseo. Al llegar el verano descubrió excitantes los tríos y para provocarlos sacaba citas con jóvenes a diferentes horas, de forma que el que llegaba el último se encontraba las llaves en la puerta, y una flamante escena sexual lo invitaba a lanzarse en plancha sobre el colchón. Ninguno de los doce chicos que fueron sometidos a esta prueba se resistió a formar parte de su inacabable juego.

Rosana también empezó a entretenerse con las clientas que solicitaban sus manos de seda para masajearlas y pasar sus dedos aceitosos por sus pantorrillas y sus ingles nerviosas. Alguna que otra, al percibir cierta excitación, le pedía que cerrara la puerta con cerrojo para que, además de dejar correr sus melosos dedos por sus vientres, siguiera bajando para hacerlas estremecer con sus caricias y lengüetazos en la vagina, siempre con la condición de que las chicas que se lo pedían con bastante frecuencia no gimieran profundamente a la hora de llegar al orgasmo. Las primeras veces Rosana lo hizo sin esperar nada a cambio, pero luego una de ellas, la que más disfrutaba, empezó a ir al centro para darle placer a Rosana, y así se fue convirtiendo Rosana en un pequeño monstruo dependiente de la droga del sexo de todos los colores.

Capítulo tres

La maldición de Virginia se conjuró antes de que ella existiera formalmente, es decir, el día en que su hermana mayor murió. Lo que empezó con una fiebrecilla y una manchita en sus mejillas en forma de mariposa roja, terminó por transformarse en un lupus de una voracidad tan incalculable que la consumió antes de que la pequeña pudiera mostrar su hermosa sonrisa con dientes que no fueran de leche. En un verano su largo pelo azabache se había ido cayendo hasta que su madre confirmó que se había quedado calva y, al sentir que su último pelo se le movía como se mueven los hilos descosidos de la ropa, supo que iba a dejar de sentir el calor en sus manos blanditas y el olor a leche frita de su aliento.

Casi un año después de que la pequeña Virginia fuese enterrada en un ataúd diminuto, su madre descubrió con ilusión que su vientre se movía involuntariamente. El padre, en cambio, reaccionó con una tristeza contagiosa ante la noticia de que esperaban otro hijo.

El parto fue rápido y la mujer, que ya sabía resistir los latigazos de las contracciones con unos soplidos feroces, lloró de dicha al ver la cara de su hija bañada en sangre caliente, y en aquellos ojos de topacio negro y en su boca hambrienta reconoció a su hija Virginia. El pueblo hizo silencio al conocer que la pequeña iba a recibir el mismo nombre de su hermana muerta, pero con resignación le bordaron el mismo ajuar que a la primera y, por alguna respuesta social que no se supo si fue consensuada, empezaron a mezclar las imágenes de la fallecida con las de la niña viva y, cuando suspiraron de alivio cuando esta últimasopló las velas de su cuarto cumpleaños, pudieron hacer una simbiosis perfecta entre ambas Virginias, hasta el punto de no llegar a mencionarlas por separado jamás.

Por el contrario, los padres de Virginia jamás superaron el haber sepultado a una hija y, aunque la segunda les parecía también graciosa y casi tan guapa como la primera, siempre fue vista como una mímesis coja de la Virginia original y nunca se esforzaron por ocultarlo: le dieron su mismo cuarto, los mismos lápices de colores, el mismo puesto en el comedor y, para hacer de la comparación una forma de vida, su madre puso las pocas fotos que había tomado de su primogénita en marcos que compartía con la segunda. A la que seguía viva le hablaba de la pequeña como un modelo perfecto a seguir, le corregía su forma de hablar, de reírse y hasta de patalear, para que le saliera lo más parecida posible a su Virginia muerta. Lo que no sabía esa madre es que, con el fin de desmarcarse de una vida prestada, la viviente Virginia de Mayo un día decidió ser única, totalmente distinta a aquello que se esperaba de ella.

Empezó a descubrirlo la primera vez que su hermana se le apareció cuando tenía seis años, quizá intentó hacerlo antes, pero lo cierto es que Virginia no consiguió verla hasta que tuvo esa edad y pudo encontrarle explicación a esa ventana que se abrió sola después de que su madre la llamara encolerizada en una noche de verano —estación a la que la pequeña Virginia, esa que no pudo llegar a crecer, profesaba un odio tan inclemente como el infantil—, a ese ramalazo de jazmines que sentía en sus cuadernos cuando hacíalos deberes y a esos horrorosos gritos al despertar que hacían retumbar los cimientos podridos de la casa y que, según parece, se debían a que algo se le metía a la pequeña por la garganta hasta extinguirle el aire.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «De pasiones y otros fantasmas»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «De pasiones y otros fantasmas» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «De pasiones y otros fantasmas»

Обсуждение, отзывы о книге «De pasiones y otros fantasmas» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x