1 ...8 9 10 12 13 14 ...20 49. Textos y documentos completos , 141.
50. “Comentarios de Alvar Núñez Cabeza de Vaca, adelantado y gobernador del Río de la Plata”, en Naufragios y comentarios (1552). México, D. F.: Editorial Porrúa, 1988, cs. 53 y 71, 152-153 y 179.
51. Francisco Miró Quesada C., “V Centenario del descubrimiento: ¿celebración o conmemoración?”, Diálogo , marzo de 1987, 31.
52. Don Francisco de Toledo, supremo organizador del Perú: su vida, su obra (1515-1582) . Buenos Aires: Biblioteca del Congreso Argentino, 1935, Vol. I, 178. La crítica de Levillier se dirige a los tres principales protagonistas de la discusión española en el siglo dieciséis sobre la naturaleza de los indígenas del Nuevo Mundo: Bartolomé de Las Casas, Francisco de Vitoria y Juan Ginés de Sepúlveda. En su opinión, reducen a un modelo estereotipado pueblos aborígenes con grandes diferencias culturales. Tiene obvia razón respecto a los últimos dos, quienes nunca tuvieron experiencia directa con los pueblos y naciones americanas. Me parece, sin embargo, que yerra respecto a Las Casas, quien escribió una de sus más extensas obras, Apologética historia sumaria (2 vols., ed. Edmundo O’Gorman, México, D. F.: Universidad Nacional Autónoma, 1967) justamente para intentar describir a sus compatriotas la inmensa variedad cultural de los moradores del Nuevo Mundo, y sobre quien ha afirmado Víctor Manuel Patiño que ha sido “uno de los más sagaces y fieles observadores de la sociedad americana”. “La historia natural en la obra de Bartolomé de Las Casas”, Revista de historia de América , México, núms. 61-62, 1966, 184. También Friederici elogia a Las Casas por su “excelente don de observación etnológica” y afirma que “se adelantó... a la etnología de su tiempo”. El carácter del descubrimiento , Vol. I, 175. En dos cosas, sin embargo, uniformiza Las Casas a los indígenas: a) los considera, a diferencia de algunos de sus adversarios teóricos, igual y plenamente racionales; b) entiende que, en general, son todos naturalmente mansos, sencillos y aptísimos para la evangelización.
53. América Latina, II: La época colonial . México, D. F.: Siglo XXI, 1972, 4.
54. Herbert S. Klein, “The Establishment of African Slavery in Latin America in the 16th Century”, en African Slavery in Latin America and the Caribbean . New York: Oxford University Press, 1986, 21-43.
55. De acuerdo a Juan Bosch, los primeros esclavos negros ladinos vinieron al Nuevo Mundo traídos por Nicolás de Ovando, en 1502. De Cristóbal Colón a Fidel Castro: El Caribe, frontera imperial (5ta. ed. dominicana). Santo Domingo: Alfa y Omega, 1986, 138. Algunos expertos afirman que un negro participó en el primer viaje colombino, aunque nada se sabe sobre sus funciones en la empresa. Consuelo Varela, “Introducción”, en Los cuatro viajes , 12. Otros creen que es posible que algunos hidalgos que acompañaron a Colón en su segundo viaje llevasen esclavos negros a manera de servidores personales. Carlos Esteban Deive apunta que negros libertos ingresaron a La Española ya en 1501, mediando contrato asalariado. La esclavitud del negro en Santo Domingo (1492-1844) . Santo Domingo: Museo del Hombre Dominicano, 1980, 21. Jalil Sued Badillo hace una valiosa aportación al señalar la pronta presencia, en el proceso de conquista, de negros libertos y horros. Jalil Sued Badillo y Ángel López Cantos, Puerto Rico negro . Río Piedras: Editorial Cultural, 1986, 17-62.
56. Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y organización de las antiguas posesiones españolas de América y Oceanía, sacados de los Archivos del Reino y muy especialmente del de Indias (Joaquín F. Pacheco, Francisco de Cárdenas y Luis Torres de Mendoza, eds.). Madrid, 1864-1884, Vol. 31, 23. [De ahora en adelante: D. I. A.]. Esta instrucción todavía no particulariza que los esclavos sean negros. Su propósito es insistir en que sean ladinos criados en Castilla: “Esclavos negros u otros esclavos que fayan nascido en poder de cristhianos, Nuestros súbditos e naturales”. Según Deive, la introducción de negros bozales se autorizó en 1517. La esclavitud del negro , 35.
57. De Cristóbal Colón a Fidel Castro , 138, 143. Sued Badillo disputa esta afirmación e intenta demostrar que hubo una sublevación negra en Puerto Rico, aparentemente entre septiembre y noviembre de 1514. No queda, sin embargo, claro si en realidad se trata de un alzamiento con serias consecuencias políticas, como el de 1522 en La Española, o más bien de una cimarronería de un grupo coaligado para la huida. El mismo Sued Badillo, al reproducir un informe del licenciado Suazo, de 1518, referente a los cimarrones en La Española, reconoce que continuamente ocurrían actos de este segundo tipo. Puerto Rico negro , 175-182.
58. Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, Historia general y natural de las Indias, islas y tierra firme del mar Océano . Madrid: Real Academia de Historia, 1851. Parte 1, l. 4, c. 4, t. 1, 141. Philip W. Powell anota la presencia de grupos cimarrones negros, al norte de la Nueva España, que, a fines del siglo dieciséis, complicaron la difícil situación de los españoles en los conflictos de estos últimos contra los nómadas chichimecas. La guerra chichimeca (1550-1600) . México, D. F.: Fondo de Cultura Económica, 1985, 76. Por el contrario, según James Lockhart, en el Perú, debido a la participación activa de negros en la sujeción armada de los nativos, la relación que predominó entre ambos grupos étnico-nacionales fue de hostilidad y antagonismo. El mundo hispanoperuano, 1532-1560 . México, D. F.: Fondo de Cultura Económica, 1982, 219.
59. “Carta de Fray Toribio de Motolinia al Emperador Carlos V”, incluida como apéndice a su Historia de los indios de la Nueva España , 213.
60. “R.C. para que no pasen a las Indias negros ladinos si no fuese con licencia particular de Su Majestad”, Sevilla, 11 de mayo de 1526. Reproducida en Richard Konetzke, Colección de documentos para la historia de la formación social de Hispanoamérica, 1493-1810 . Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1953, Vol. I, 80-81.
61. “Real Provisión para que se casen los negros”, en Konetzke, Ibíd ., Vol. I, 99.
62. Citado en Sued Badillo, Puerto Rico negro , 55.
63. La esclavitud del negro , 21. En sentido similar, Sued Badillo, Puerto Rico negro , 172-173. La geografía antillana, todavía selvática, permitía con mayor facilidad la fuga.
64. Ibíd ., xiii. Las investigaciones de Deive muestran la complejidad y diversidad de las culturas negras y la imposibilidad de someterlas a un molde uniforme.
65. “Examen del título de la conmemoración del V centenario del descubrimiento de América”, Cuadernos americanos , nueva época, Año 2, Vol. 3, Núm. 9, mayo-junio 1988, 17.
66. Miguel León Portilla, El reverso de la conquista: Relaciones aztecas, mayas e incas (16ta reimpresión). México, D. F.: Editorial Joaquín Moritz, 1987, 8.
67. El mejor análisis comparativo de la tecnología militar a disposición de ibéricos y americanos que conozco lo provee Alberto Mario Salas, Las armas de la conquista . Buenos Aires: Emecé Editores, 1950.
68. Véase Dussel, “Otra visión del descubrimiento”, 39.
69. “ Animus dominandi” es el espíritu de dominio que, según Morales Padrón, se expresa en las continuas tomas de posesión que llevan a efecto los descubridores y exploradores. “Descubrimiento y toma de posesión”, 36.
70. “Salutación del optimista”, en Cantos de vida y esperanza (decimotercera edición). Madrid: Espasa-Calpe, 1976, 32-33.
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