6. Los estudiantes generalmente no se ven motivados a cambiar hábitos de trabajo para obtener mejores resultados en las pruebas.
7. Las pruebas le dan la idea a los estudiantes de que existe solo una respuesta correcta a cualquier pregunta. Esta es una idea altamente engañosa cuando le preguntas a los estudiantes algo que no sean hechos irrefutables.
8. Los puntajes de las pruebas son recibidos meses después de que estas son aplicadas, y por lo tanto no son útiles para los actuales profesores de los estudiantes.
9. Las pruebas no están alineadas con lo que creemos debiese ser el propósito principal de las escuelas públicas: el preparar a sus graduados para que participen efectivamente en una democracia al ejercitar el juicio, sopesar evidencia y defender ideas.
Anhelando saber más sobre aprender
Es fácil entender porque la gente quiere creer que las pruebas pueden medir de forma precisa el conocimiento. Estas son promocionadas como herramientas para medir el aprendizaje de los estudiantes de manera eficiente, objetiva y precisa en diferentes materias, que después pueden ser fácilmente comparadas entre estudiantes, entre escuelas y en el tiempo; pueden ser usadas para evaluar y mejorar la instrucción. Realmente suena posible. Con estos puntajes, tanto a los estudiantes, a los profesores y a los administradores se les puede hacer responsables por los logros demostrados.
Pero ¿cómo se le ha dado tanto poder a las pruebas estandarizadas dentro de la educación? De hecho, la opinión pública estadounidense siempre le ha otorgado mucha legitimidad a las evaluaciones que hacen las escuelas del conocimiento y el aprendizaje de los estudiantes, incluso antes de las pruebas estandarizadas. Empujadas por un deseo un tanto ilusorio, las instituciones educacionales a través de los años han elegido, de forma errónea, designarle un número preciso al conocimiento, lo que luego ha sido utilizado para comparaciones y para establecer un ranking . Cubriendo las pruebas con jerga estadística y científica y escondiendo los aspectos clave del proceso –como por ejemplo el criterio para determinar las preguntas de la prueba y el nivel de “manejo” que es establecido para puntajes particulares– los que promueven estas pruebas como medidas adecuadas de conocimiento y habilidad han deslumbrado a estudiantes, padres y al público en general.
Ya es hora de que nos demos cuenta que las pruebas estandarizadas son una ilusión. Es imposible que reduzcan un problema fundamentalmente complejo y misterioso –cómo evaluar el conocimiento (y/o las habilidades, experiencias y disposiciones) de un niño– a un simple puntaje. Esta es una forma fallida y engañosa de medir responsabilidad, con serias desventajas. Tratar de entender cómo un estudiante particular ha mejorado desde un punto A un punto B, comprendiendo que nuestras evaluaciones son estimaciones aproximadas, es un esfuerzo legítimo, pero el comparar y hacer rankings de estudiantes siempre ha sido moralmente sospechoso y no debiese ser una tarea de la educación pública.
De hecho, es apropiado que tanto los educadores como el público general tengan una posición mucho más crítica acerca de las declaraciones que hacen las escuelas sobre los conocimientos y las habilidades de los chicos. Los legisladores que han implementado pruebas estandarizadas de alto impacto han abusado de la confianza que se pone en ellos. Aunque creemos que las escuelas juegan un rol importante en evaluar el aprendizaje y los conocimientos de los estudiantes, es más honesto y apropiado –y merecedor de una mayor confianza– el posicionarse desde la humildad acerca de qué es accesible en términos de las habilidades y el conocimiento de los niños, y tener un tono alentador para los estudiantes sin importar el nivel de desarrollo en que se encuentren. Existen poderosas maneras de obtener mucha información sobre los chicos y cómo ellos aprenden, y el evaluar ese conocimiento y esas habilidades es una parte esencial de las tareas de la educación. Y, ya que toda forma de evaluación es limitada, se necesita una gran variedad de ellas. En este libro describimos siete formas básicas de evaluación, pero recomendamos combinar varias evaluaciones para obtener una comprensión más completa del conocimiento y progreso de los estudiantes.
Las pruebas tienen algunos beneficios si son usadas inteligentemente
¿Estamos entonces en contra de todas las pruebas que hemos utilizado por tantos años? Sí y no.
No. Nuestra crítica no está respondiendo a las múltiples formas de pruebas en aula que los profesores diseñan como una forma de entender mejor lo que sus estudiantes “entienden” o “no entienden” o, en ese sentido, pruebas en el aula que son usadas en parte con la intención de poner nota a los estudiantes. Por supuesto, también tenemos opiniones acerca de cuándo y si una prueba particular es o no útil.
Sí. Estamos discutiendo programas de pruebas que son obligadas por las autoridades y tienen efectos substanciales en las escuelas, los profesores o los estudiantes. Adicionalmente, estamos argumentando en contra de las pruebas que no están abiertas para la revisión de los estudiantes o los profesores, las que afectan la cobertura y el diseño del currículum o las que afectan principios pedagógicos particulares que algunas escuelas o profesores usan. Creemos que estas formas de pruebas son dañinas para los propósitos sociales y educacionales de las escuelas. No existen pruebas estandarizadas que puedan medir de forma precisa el aprendizaje con integridad y justicia. Punto.
Pero, más allá de las sugerencias en los capítulos siguientes, queremos presentar el cuestionamiento sobre formas en que prácticamente cualquiera medición –ya sea prueba u otra herramienta– puede ser útil para los profesores, los estudiantes y la sociedad incluso si estas son “estandarizadas”. Incluso si se usa la misma medición, ítem, foto o párrafo para todos aquellos que están siendo evaluados, el muestreo cambia algunas de las preocupaciones que surgen con estas evaluaciones, porque ya no están ligadas a consecuencias de alto impacto directas ni a la evaluación de estudiantes particulares. Con muestreo nos referimos a seleccionar estudiantes solo para proveer estimados del aprendizaje y no agregarle decisiones de alto impacto a estos resultados. Estas muestras nos permiten hacer las preguntas de mayor profundidad, puede ser diseñadas como entrevistas y pueden tener el mismo valor que solicitar respuestas orales o escritas, pero previniendo que impacten en un estudiante, profesor o escuela en particular. Además, si las preguntas se hacen públicas a la comunidad, incluyendo los estudiantes y profesores, se pueden criticar tanto las preguntas como las respuestas, y esto realmente ayuda. Como en las encuestas, saber cómo se hace una pregunta, qué alternativas son ofrecidas y qué elementos componen el instrumento de puntuación es esencial para cualquier interpretación razonable.
Algunas de las evaluaciones que describimos en este libro son, de hecho, generalmente usadas sobre una base muestral. El proceso de Pat Carini (véase capítulo cinco) es bastante extenso e involucra múltiples participantes. Aunque generalmente esté limitado a estudiantes que son particularmente desafiantes para el profesor, es un muestreo de población que nos entrega perspectivas sobre muchos otros chicos a los cuales enseñamos.
Los portafolios de graduación o las evaluaciones o de rendimiento usadas por las escuelas Consortium (véase capítulo diez) a veces incluyen pequeños controles y están basados en una idea similar que busca destacar el muestreo en el sentido que las pruebas se centran en una pequeña porción del conocimiento o las habilidades del estudiante. Mientras que los estudiantes, por ejemplo, no hacen presentaciones que cubran la totalidad de lo que han estudiado (y aprendido), la forma de la presentación y cómo se lleva acabo su defensa nos entrega una idea mucho más poderosa sobre como un estudiante puede abordar materias o conceptos que una prueba tradicional. Es un tipo de muestreo que nos deja ver cómo es un estudiante en cuanto a su aprendizaje y qué tal él o ella podrá manejar estudios en el futuro. Pero entendemos que estos son solo estimados.
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