»Renunciando a la duda, va más allá de la duda, sin confusiones sobre lo que es provechoso, limpiándose la mente de duda.
»Renunciando a estos cinco impedimentos, impurezas de la mente que menoscaban la sabiduría, permanece contemplando el cuerpo en el cuerpo, fervoroso, lúcido y atento, desechando la codicia y la aflicción de lo mundano. Permanece contemplando las sensaciones en las sensaciones… la mente en la mente… los objetos mentales en los objetos mentales, fervoroso, lúcido y atento, desechando la codicia y la aflicción de lo mundano.
»Aggivessana, así como un domador de elefantes clava un gran poste en el suelo y, atando a él al elefante selvático por el cuello, templa los modos propios de la selva, templa los instintos e inclinaciones propios de la selva, templa la angustia, la insatisfacción y la excitación por haber dejado la selva, haciendo que disfrute de lo urbano y habituándolo a los modos de los hombres, de la misma manera, estos cuatro fundamentos de la atención atan 90 la mente del Noble Discípulo para templar los modos propios de la vida del hogar, para templar los instintos e inclinaciones propios de la vida del hogar, para templar la angustia, la insatisfacción y la excitación por haber dejado la vida del hogar y así alcanzar la verdad y la realización del Nibbāna . 91
»Entonces el Tathāgata continúa su educación: “Ven, monje, permanece contemplando el cuerpo en el cuerpo pero sin aplicar la mente a pensamientos relativos al cuerpo, permanece contemplando las sensaciones en las sensaciones…la mente en la mente… los objetos mentales en los objetos mentales, pero sin aplicar la mente a pensamientos relativos a las sensaciones, a la mente, a los objetos mentales. Al cesar la ideación y la reflexión, el monje alcanza y permanece en la segunda abstracción meditativa, 92 en la que hay gozo y felicidad nacidos de la concentración, está libre de ideación y reflexión, y va acompañada de unificación de la mente y serenidad interior… [luego la tercera y la cuarta abstracciones meditativas, y los tres conocimientos de la iluminación como en el sermón 36]… y sabe: ‘Aniquilado el renacer, cumplida la vida de santidad, hecho lo que había por hacer, no hay ya más devenir’”.
»Ese monje soporta el frío, el calor, el hambre, la sed, el contacto con moscas, mosquitos, viento, sol y reptiles; soporta formas de hablar que son hostiles e importunas; soporta pacientemente cuando surgen sensaciones corporales dolorosas, penetrantes, agudas, punzantes, desagradables, displicentes, mortales. Libre de toda pasión, odio, ofuscación y sin corrupción alguna, es merecedor de ofrendas, de hospitalidad y de dádivas, digno de reverencias, incomparable terreno de mérito para el mundo. 93
»Aggivessana, si el elefante del rey muere en su vejez, madurez o juventud sin domar y sin adiestrar, se considera que ha muerto sin adiestrar. De la misma manera, Aggivessana, si un monje de mucha, mediana o poca antigüedad muere sin aniquilar sus corrupciones, se considera que ha muerto sin adiestrar.
»Aggivessana, si el elefante del rey muere en su vejez, madurez o juventud bien domado y bien adiestrado, se considera que ha muerto adiestrado. De la misma manera, Aggivessana, si un monje de mucha, mediana o poca antigüedad muere habiendo aniquilado sus corrupciones, se considera que ha muerto adiestrado.»
Así habló el Bienaventurado, y los monjes gozaron y se complacieron con sus palabras.
Sermón al contable Moggallāna (n° 107)
Así lo he oído. En cierta ocasión el Bienaventurado residía en Sāvatthī, en el parque del este, en el palacio de la madre de Migāra. Entonces, el brahmín Moggallāna, que era contable, fue adonde estaba el Bienaventurado, se le acercó e intercambió saludos con él. Terminada aquella charla amigable y cortés, se sentó a un lado. Una vez sentado a un lado, el brahmín le dijo:
–Maestro Gotama, de la misma manera que en este palacio de la madre de Migāra puede apreciarse que ha habido práctica gradual, acción gradual y camino gradual, es decir, desde lo más bajo hasta el último tramo de escaleras, 94 igualmente entre estos brahmines puede apreciarse que hay práctica gradual, acción gradual y camino gradual en sus estudios, 95 igualmente entre arqueros puede apreciarse que hay práctica gradual, acción gradual y camino gradual en aprender el tiro con arco. De igual modo entre nosotros, los que nos ganamos la vida contando, puede apreciarse que hay práctica gradual, acción gradual y camino gradual, en aprender contabilidad. Cuando tenemos un aprendiz, lo primero que le enseñamos es a contar: un uno, dos doses, tres treses, cuatro cuatros, cinco cincos, seis seises, siete sietes, ocho ochos, nueve nueves, diez dieces, y también le enseñamos a que cuente hasta cien.
–Maestro Gotama, ¿no es posible en ésta Enseñanza y Disciplina, enseñar también su práctica gradual, su acción gradual y su camino gradual?
–Sí que es posible, brahmín, en esta Enseñanza y Disciplina, enseñar su práctica gradual, su acción gradual y su camino gradual. Brahmín, al igual que un domador de caballos experimentado al tener un magnífico pura sangre, primero lo acostumbra a llevar el bocado y luego continúa su doma, del mismo modo, brahmín, el Tathāgata, al tener un hombre para ser adiestrado, primero lo educa así: “Ven, monje, sé virtuoso y controlado mediante el control de la regla monástica, mora en lugar adecuado, sé perfecto de conducta, ten muy en cuenta el peligro de incluso las faltas más leves y, habiendo aceptado los preceptos de la Disciplina, practícalos”.
»Brahmín, cuando el Noble Discípulo es virtuoso y controlado siguiendo la regla monástica, mora en lugar adecuado, es perfecto de conducta, tiene muy en cuenta el peligro de incluso las faltas más leves y, habiendo aceptado los preceptos de la práctica, los practica, entonces el Tathāgata continúa su educación: “Ven, monje, vigila las puertas de tus facultades, cuando veas una forma con la vista no te aferres ni a sus características ni a sus detalles, ya que si vives con una facultad visual descontrolada te pueden invadir estados mentales perjudiciales o nocivos de aflicción y avidez; practicando el control, protege la facultad visual y dedícate a controlar la facultad visual. Cuando oigas un sonido con el oído… huelas un olor con el olfato… gustes un sabor con el gusto… toques algo tangible con el tacto… tengas conciencia de un pensamiento con la mente, no te aferres ni a sus características ni a sus detalles, ya que si vives con una facultad mental descontrolada, te pueden invadir estados mentales perjudiciales o nocivos de aflicción y avidez; así practica el control, protege la facultad mental y dedícate a controlar la facultad mental”.
»Brahmín, cuando el Noble Discípulo vigila las puertas de sus facultades, el Tathāgata continúa su educación: “Ven, monje, sé moderado en el comer. Reflexionando apropiadamente, haz uso de la comida no para divertirte, ni por gula, ni para ser bello o atractivo sino sólo para conservar y mantener este cuerpo, para acabar con las molestias y favorecer la vida de santidad, pensando: ‘Así terminaré con las sensaciones anteriores sin generar otras nuevas y subsistiré sin tacha y tranquilamente’”.
»Brahmín, cuando el Noble Discípulo es moderado en el comer, el Tathāgata continúa su educación: “Ven, monje, mantén la mente alerta. Durante el día, ya sea caminando de aquí para allá, ya sea cuando estés sentado, limpia la mente de estados obstructivos. Durante el primer tercio de la noche, ya sea caminando de aquí para allá, ya sea cuando estés sentado, limpia la mente de estados obstructivos. En el segundo tercio de la noche, échate sobre el costado derecho en la postura del león, con una pierna sobre la otra, atento y lúcido, habiendo determinado la hora a la que te vas a levantar. Durante el último tercio de la noche, tras levantarte, ya sea caminando de aquí para allá, ya sea cuando estés sentado, limpia la mente de estados obstructivos”.
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