4.3.1 Sistemas urbanos
Desde el punto de vista del sistema urbano europeo y español, el País Valenciano pertenece al arco mediterráneo noroccidental. Desde la perspectiva europea, éste es un subsistema urbano bastante dinámico (el norte del sur), que se extiende desde Murcia hasta Roma y que conecta con el eje Lotaringi (o Banana europea) por el valle del Ródano. A pesar de su demostrada dinamicidad, el eje mediterráneo ha experimentado en las últimas décadas serios obstáculos e impedimentos a su desarrollo. Unos tienen que ver con la falta de coordinación y de políticas comunes y el déficit de infraestructuras de comunicación eficientes. Otros, con el evidente desplazamiento hacia el este del eje transversal europeo como consecuencia de la ampliación hacia oriente de la Unión Europea y la presencia activa de ciudades como Berlín, Praga o Budapest ( mapas 1y 2).
MAPA 1
MAPA 2
Por su parte, el sistema urbano español se caracteriza por la coexistencia de dos modelos claramente diferenciados. Por un lado, un sistema radial que tiene Madrid como punto nodal básico y, por otro, la parte española del precitado potente eje mediterráneo que conecta con Euskadi por el Valle del Ebro. La fuerza del eje Madrid-Alicante/Valencia (que se ve reforzada por la finalización del AVE) determina claramente la única estrategia territorial razonable: la «T», es decir, la consolidación equilibrada tanto del eje (o ejes) que une el País Valenciano con Castilla-La Mancha, Madrid y Aragón, como del propio eje mediterráneo como vínculo básico con Cataluña y Europa ( mapas 3y 4).
En tanto que los sistemas urbanos condicionan el conjunto del territorio, es imprescindible tipificar las características básicas del sistema urbano valenciano si queremos entender cómo se organiza su territorio. En síntesis, este sistema urbano se estructura en torno a «ejes», el principal de los cuales es el potente eje litoral, donde se ubica un porcentaje de población y actividad económica próximo al 75% del total.
El segundo eje longitudinal es el llamado carrer major del País Valenciano: el que transcurre entre las ciudades de Valencia y Alicante por tierras del interior. Estos dos ejes longitudinales se ven complementados por cuatro ejes transversales: el débil eje Vinaròs-Alcañiz, la vía de Aragón (Sagunto-Segorbe-Teruel), el potente eje Valencia-Madrid y el corredor de la Vall del Vinalopó (Elx-Almansa) que, entre Villena y la Font de la Figuera, se articula con el que fue históricamente el más potente eje de penetración hacia el interior de la península, Valencia-Almansa.
MAPA 3
MAPA 4
Sobre esta estructura de ejes, se articulan las áreas y los núcleos urbanos más importantes: el área metropolitana de Valencia (la única con peso «internacional»), las de Castellón y Alicante, el corredor del Vinalopó, la región urbana de las «comarcas centrales» articulada por el polígono Gandia-Dénia-Xàtiva-Alcoy-Ontinyent y el resto de ciudades medianas ( mapas 5, 6y 7y tabla 4.4).
MAPA 5
MAPA 6
MAPA 7
TABLA 4.4
Distribución de los municipios según número de habitantes (2007)
Fuente : Institut Valencià d’Estadística (2008).
Con casi 100 núcleos que superan los 10.000 habitantes, el sistema urbano valenciano es, a pesar de los fuertes desequilibrios territoriales entre gran parte del interior y la costa y la falta de una imprescindible reforma del gobierno local, un sistema urbano bastante denso y bien estructurado que genera abundantes economías de aglomeración, de localizatión y de red.
4.3.2 Red de comunicaciones
El sistema urbano valenciano debe buena parte de su eficiencia a una red de comunicaciones que ha experimentado una sustancial mejora en los últimos 30 años y que, hoy día, se puede considerar satisfactoria si excluimos los excesivos problemas de congestión que se registran en las áreas urbanas más densamente pobladas y que tienen su origen en el uso abusivo del vehículo privado y en el déficit de las comunicaciones ferroviarias. Problemas reales y de urgente resolución que, de todas formas, no contradicen el diagnóstico de un funcionamiento satisfactorio de la red viaria. Una red que mejora sensiblemente con la finalización de las obras de la autovía Valencia-Alicante por el interior y la autovía transversal Albaida-Gandia. A éstas hay que añadir la construcción prevista del segundo by pass de Valencia, por la congestión del primero.
Este es, precisamente, el «límite» que presenta un sistema excesivamente dependiente de la red viaria: el incentivo a la utilización del vehículo privado y la reproducción de los niveles de congestión. Y es este límite el que permite afirmar que la red de comunicaciones valenciana tendría que verse mejorada en las próximas décadas por una inversión pública que priorizará el ferrocarril tanto en las áreas urbanas densamente pobladas como en los recorridos interurbanos. La red ferroviaria en el País Valenciano es verdaderamente raquítica, y eso puede convertirse en un obstáculo muy serio para su desarrollo.
En cuanto a las infraestructuras portuarias, comencemos por destacar que una buena parte de los antiguos puertos pesqueros se han convertido en puertos deportivos, y la actividad pesquera queda como residual. Las excepciones son los puertos de Castellón, Sagunto, Valencia, Gandia y Alicante, que mantienen (en el caso de Gandia, sólo en parte gracias a las importaciones de papel) un importante papel logístico. Importancia objetiva que se ve afectada, lógicamente, por la fuerte competencia internacional y por la duda de si en el ámbito mediterráneo no sería más conveniente complementar la natural competencia (sobre todo entre los puertos de Valencia y Barcelona) con una política de cooperación estratégica de cara a conseguir ser las puertas meridionales de Europa, tras el traslado de la «fábrica» del mundo a Asia. Además, en el caso del gran puerto intercontinental de Valencia, aún está por decidir si el crecimiento de la actividad portuaria debe permanecer en el Grao de Valencia (donde hay usos alternativos de turismo y ocio) o bien desplazarse al Puerto de Sagunto.
En cuanto a las comunicaciones aéreas, el futuro del aeropuerto de Castellón es incierto, mientras que las sucesivas ampliaciones de los de Manises (Valencia) y L’ Altet (Alicante) están mejorando claramente su utilización, particularmente con las compañías de bajo coste y el inicio de vuelos intercontinentales.
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