Las precedentes son profecías originalmente escritas hace más de 2.000 años, referidas por el autor en su libro del 2014, y que están hoy siendo consideradas en el presente libro (escrito en el 2020) en medio de la Pandemia del Covid-19, las que se están ya cumpliendo para el desconcierto del mundo. Jesucristo advirtió que “no os alarméis” porque Satanás y sus ángeles caídos inducirán a los líderes mundiales a controlar la humanidad por medio del miedo, restricciones a las libertades individuales, la manipulación de la mente y las emociones, lo que en el presente es agravado por el uso de los medios masivos de comunicación.
Adviertan que “la activación de terremotos de gran intensidad en diversos lugares” ya está ocurriendo, pero se agravarán en el futuro cercano. Para los que digan: terremotos y guerras los ha habido siempre, Cristo aclaró que estos aumentarán en frecuencia e intensidad, como los dolores del parto, en la medida que el tiempo se acerca (Mt.24:8). La presente pandemia está ya categorizada como uno de los mayores desastres en la historia de la humanidad, si bien el Señor ha dicho “no es el fin aún”. Por ende, en el contexto de las profecías previamente referidas, esta pandemia no puede sino ser considerada como una advertencia de Dios para la humanidad que se ha alejado de Él para que se arrepientan, y para los cristianos, para que se mantengan firmes en la fe. La llamada “Revolución Tecnológica” y en particular la aplicación de la Inteligencia Artificial y el Trans-humanismo (la supuesta futura digitalización de la conciencia humana), están igualmente siendo promovidas por las fuerzas del mal y representan un pretendido desafío al Omnipotente. No obstante, la presente pandemia no será significativa comparada con los cataclismos apocalípticos de los tiempos finales, los que sí causarán terror en el mundo, con el propósito de que los hombres reconozcan sus limitaciones frente al Todopoderoso. “Porque escrito está: Destruiré la sabiduría de los sabios, y anularé la inteligencia de los entendidos” (1 Cor.1:19).
Esas mismas Escrituras advierten que esta crisis es sólo el “comienzo del doloroso alumbramiento”, por cuanto al presente ya estamos incursionando en el período previo al Rapto de la Iglesia y a la Gran Tribulación de los días finales. Durante este período se materializará un creciente desorden socio-económico y moral en el mundo que preparará el camino para un Nuevo Orden Mundial y una Nueva Religión Universal dominados por el mal, temas sobre los que ya se habla hoy y se continuarán desarrollando en los próximos años. Por ello, el autor se concentrará en los capítulos siguientes de este libro en el período actual de la humanidad que culminará con el Rapto de la Verdadera Congregación Cristiana (1 Tes.4:16-17), el que analizará conforme a las Escrituras y sin incursionar en aspectos doctrinarios o tradicionales que no están mencionados en las mismas. La auténtica Congregación Cristiana representa a aquéllos que verdadera y fielmente guardan los preceptos y admoniciones de Jesucristo, quién es el Verbo y nuestro Señor. Por eso este libro ha sido titulado “Preparación para la Vida” y se enfoca en lo que debemos creer y hacer para encontrar el Camino, comprender la Verdad y alcanzar la Vida eterna en el Reino de Dios. Es la esperanza del autor que ello ayude a desplazar la actual preocupación de tantos por doctrinas demoníacas, la muerte terrenal y las cosas de este mundo. El aguijón de la muerte ya ha sido vencido por Cristo en la cruz (1 Cor.15:54-55). No obstante, “El Espíritu dice expresamente que, en los últimos tiempos, algunos desertarán de la fe y se entregarán a espíritus engañosos y enseñanzas demoníacas” (1 Tim.4:1) y eso es hoy una creciente realidad. Por ello, los cristianos sufrirán un nuevo período de persecución.
El Rapto de la Iglesia Fiel
Pero los que persistan en la fe serán rescatados: “Porque has guardado la consigna de Mi constancia, también Yo te guardaré en la hora de la prueba que va a venir sobre todo el mundo para probar a los que habitan sobre la Tierra. Vengo enseguida. Conserva lo que tienes, para que nadie te quite tu corona” (Ap.3:10). El Rapto del pueblo de Dios de la Tierra y la simultánea remoción del Espíritu Santo que habita en él, antes del Período de la Gran Tribulación, ocasionarán gran consternación y confusión en el mundo. Por una parte, millones de fieles a Cristo de todas las edades, sexo y condición social serán arrebatados de la Tierra simultáneamente y en todo el mundo. Los infieles que queden en el mundo reaccionarán de diversas maneras, en medio del estupor y el miedo. Pero es de esperar que cada uno reaccione acorde a su espíritu, educación e instintos, lo que significa que habrá empatía en muchos por los demás, así como que otros demostrarán lo peor que hay en ellos: crímenes, robos y violencia. El Espíritu Santo, que habrá sido removido, tampoco estará en el mundo para constreñir las fuerzas del mal: “Ahora ya sabéis lo que le retiene, hasta que aparezca en su momento (el Anticristo, o “el hijo de la perdición”). Porque el misterio de la impiedad está ya en acción. Apenas desaparezca el que hasta ahora lo está reteniendo (el Espíritu Santo) aparecerá el impío, a quién el Señor (Jesús) destruirá con un soplo de su boca y lo aniquilará con la manifestación de su parusía” (2Tes.2:6-8).
Por ello, reafirmamos que el foco de este libro será concentrarnos en la oportunidad actual de consolidar la decisión de los que creen, y de esforzarse en mantenerlos fieles a la Palabra para ameritar ser escogidos por Dios para el Rapto de este mundo, previo a la Tribulación. En otras palabras: Cristo nos reitera hoy, a los que estamos vivos, la posibilidad de no conocer muerte; y a los que habrán de morir en el Señor antes del Rapto de la Iglesia, el ser resucitados primero; todos liberados en cuerpos de incorrupción, para conjuntamente unirnos por siempre a Él (1Tes.4:15-18). Es por eso que consideramos de extrema importancia que se conozca y comprenda esta promesa del Señor, así como los horrores de la Tribulación para no ser tentados y caer en ella, lo que se analizará bíblicamente en este libro, si bien de manera breve y resumida. La decisión que se tome ahora tendrá consecuencias eternas, y lo eterno es para siempre! Dice el Espíritu a través del Apóstol Pablo:
“Considera, pues, la bondad y la severidad de Dios: para los que cayeron, severidad; para contigo, en cambio, bondad divina, si es que te mantienes dentro de esta bondad. De otro modo, también tú serás cortado” (Rom.11:22). Por cuanto que es difícil para el hombre comprender lo infinito del amor de Dios, quién no dudó en enviar a su Hijo unigénito a morir vicariamente por nosotros en la cruz, para que el que crea en Él no se pierda sino gane la vida eterna en su reino; así también le es difícil al hombre entender la magnitud del odio y maldad de Satanás y sus adeptos contra Jesucristo y los que creen en Él. Por ello, deberemos comprender que la justicia perfecta demanda que el castigo sea proporcional a la ofensa infligida contra Dios y su Cristo, ergo el porqué de la severidad de la Tribulación.
Período de la Gran Tribulación
(7 años), previo al regreso glorioso del Señor Jesucristo se producirá el advenimiento de la Falsa Trinidad y de sus ángeles caídos: “Aquél (el Anticristo) tendrá también su parusía, por la acción poderosa de Satanás, bajo la forma de toda clase de poder, de signos y de prodigios falsos y de toda especie de maldades, que seducirán a los que están en vías de perdición, por no haber acogido el amor de la verdad que los habría salvado. Y por eso Dios les manda una poderosa fuerza seductora que los llevará a creer en la mentira, de suerte que acaben condenados todos los que no creyeron la verdad, sino que se complacieron en la iniquidad” (2Tes.2:9-12).
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