¿No lo veis verificado en la revolucion de Francia? Algunos pocos han sido ensalzados: todos los demas, ó han perecido hasta el número de dos millones de hombres en las campañas de veinte y un años, ó han quedado en la misma indigencia y clase en que estaban colocados, si no han sido reducidos á otra de mayor penuria. Lo mismo sucederia á vosotros: trabajariais para engrandecer al mas intrépido; y quedariais casi todos defraudados de vuestros deseos. El mejor gobierno de cada pais es el que actualmente tiene, dixo ya años hace sin poder resistir á la fuerza de la verdad uno de los mayores revolvedores de la Francia, porque son tales y tantas las desgracias que han de intervenir para mudarlo, que jamas podrá compensarlas felicidad alguna. ¿Que deberá decirse ahora despues de haber aprendido lo que nos enseña el exemplar de Francia? Es cierto que Napoleon domina, prospera y subyuga; ¿pero este impío ensalzado sobre los cedros del Líbano por su astucia infernal, dexará de experimentar quando menos lo piense la muerte desastrada que ha sorprehendido á todos los demas perseguidores de la Iglesia, como refiere individualmente Lactancio Firmiano en el libro de morte persecútorum : se ha abreviado la mano del Señor, ó dexarán de cumplirse en algun tiempo sus palabras?
¿A quantos errores y extravíos os conducirá un hombre que ademas de haber prostituido su carácter con odio condenado por nuestra santa ley, se ha asociado con algunos otros publicando la rebelion contra su amante y augusto Soberano en este suelo tan fiel? ¡Gran Dios! ¿que mayor daño pudiera causarnos si hubiera venido á nuestro hemisferio el tirano Napoleon enemigo de nuestra religion y de la patria? Si este diablo malo hubiese conseguido introducir en medio de nosotros un emisario y colocarlo al frente de un pueblo leal, ¿que mas hubiera podido maquinar contra el trono y vasallos de Fernando? publicar una guerra civil, desobedecer á las potestades legítimas, autorizar el robo, promover el desorden, y dar principio á una serie de males incalculables. Este es el resultado de lo que ahora parece á los incautos muy lisonjero: pero ah! ¡como llorariamos todos la suerte infeliz que nos arruinaría si prosperase tal proyecto tan acomodado á las miras de Napoleon! ¡Que placer tendria el perseguidor de la Iglesia, si supiese que en la Nueva España un Sacerdote habia hecho tanto en su favor, quanto no han podido alcanzar sus emisarios! No lo permita Dios, ni á la exemplar y heroica lealtad de este Reyno le caiga la mancha de faltar á la palabra que tantas veces ha jurado de ser fiel á su Rey y á las Potestades que nos gobiernan en su nombre.
Por fortuna acaba de llegar un Gefe, que penetrado del mayor amor á estos vasallos, desea como á mí me consta por aviso suyo, evitar las funestas conseqüencias que á sus súbditos amenazan si no se aquietan y desisten de sus ideas revolucionarias. Me consta tambien que quiere eficazmente la paz y tranquilidad, y que para conseguirla no perdonará medio alguno suave y caritativo: verán los inquietos pruebas de su clemencia si conocen su error y se aquietan; pero si cantinúan en sus atrevidos pensamientos, no duden tambien que experimentarán Jos rigores que dicta la justicia, de que no puede prescindir, á pesar de su buena disposicion para perdonar, contra unos hombres cuyo fin será la muerte, y cuyos estragos transcenderán á todos.
¿Sabeis quien es el autor invisible de esta insolente faccion, semejante á la que en otros tiempos se vió en la ciudad de Florencia? (1)¿Quereis ver sobre las cabezas de los díscolos aquella multitud de cuervos del infierno que manifestó San Andrés Corsini á los Florentinos eran la causa de las disensiones? No necesitais de esta señal, pues sois cristianos, y os creo amantes de vuestro Pastor, que repartiendo el depósito de la doctrina, convierte finalmente sus palabras á los que han dado motivo á esta carta; y penetrado del dolor mas íntimo por los amargos efectos, que mira necesarios, les llama, convida y ruega con la paz, diciéndoles, bañados sus ojos en lágrimas: por vosotros olvido el cuidado de mi salud, y si pudiese abrir mi corazon , veriais que cada uno está en él. No puedo reprehenderos vuestra indiferencia hacia mí; ¿pero de que servirá ni vuestro amor á mi pobre persona, ni el mio á vosotros , si no ois mi voz y la obedeceis ? ¿Que consuelo ni vida puede tener un pastor que acaso verá perecer á las almas redimidas con la preciosisima sangre de Jesus , si no calma esta tempestad de malvados ? ¿Y que puede esperar estando divididos los ánimos del Gachupin y Criollo , sino la destruccion de uno y otro ? (2) Ea pues , carisimos hijos mios , volved á vuestras casas y familias , que estarán llorando vuestra ausencia y temiendo vuestra infeliz suerte. Volved sobre vosotros mismos para que mi alegria sea completa, como dice San Pablo á los Filipenses (1): todos sois para mi, mi padre, mi madre, mis hermanos, mis hijos: yo intercederé con el Excmo. Señor Virey por el perdon, y os aseguro que lo hallareis dispuesto á perdonaros usando de toda la indulgencia y equidad posible: no perdonaré medio alguno para hacer presente vuestra docilidad y arrepentimiento, como lo hizo un San Fiabiano para conseguir el indulto mas cumplido á los vecinos de Antioquia que habian caido en semejante exceso .
Vosotros, Sacerdotes, limpiad con. vuestro piadoso zelo el borron con que un Ministro del Santuario ha tiznado nuestro venerable gremio: sí: vosotros, hermanos mios, debeis ayudarme á llorar el extravío de nuestro hermano, y la ceguedad de los que ha engañado. Vosotros debeis dar leccion y exemplo de la union, paz y caridad que debe reynar entre todos los fieles. Vosotros tambien, exemplares Religiosos, i quienes los Sumos Pontífices llaman tropas auxiliares de la Santa Iglesia y de sus primeros Pastores, debeis distinguiros del resto del pueblo, caminando delante de él con las hachas encendidas en las manos, esto es , con las buenas obras, para que sean imitadas de todos, y den gloria al Padre que está en los cielos. ¿Y en que ocasion mas oportuna podreis manifestar vuestra sólida virtud, que en la presente, enseñando, exhortando al pueblo la union, la paz y la obediencia, persuadiendo á los débiles y fortaleciendo á los robustos, para que aquellos no se dexen seducir, y estos se mantengan fuertes en la fe, en la lealtad y en la obediencia á su Dios y á su legítimo Soberano?
Y no creais los que os hallais en diferente estado, que no os comprehende esta misma obligacion: á todos la impuso Dios en el precepto de la caridad; de donde debeis inferir y evitar la reprehensible conducta de aquellos que fomentan discordias y preparan á sus hermanos la ruina eterna y temporal. ¡Quiera Dios que en vosotros y en todos se conserve la preciosa herencia y rica joya de la paz! y mientras en mis tibias oraciones quedo suplicándosela, os bendigo con aquellas palabras del Apóstol á los Romanos: El Dios de paz sea con todos vosotros. Amen.= México y Setiembre 24 de 1810. = Francisco Arzobispo de México. = Por mandado de S. E. I. el Arzobispo mi Señor = Dr. D. Domingo Hernandez, Secretario.
(1)Psalm. 13. v. 6 7.
(2)In die assumptionis ad Pontificat.
(3)Ad Ephes. cap. 4 v. 3.
(1)Cap. 9. v. 6.
(2)Matth. cap. 5. v. 9.
(3)Act. Apost. cap. 4. v. 32.
(4)Corinth. cap. 1. v. 12.
(5)Ad Rom. cap. 8. v. 9.
(1)Joan. 3 . v . 9.
(1)Matth. cap. 12. v. 25.
(2)Hierem, cap. 17. v. 5.
(3)Psalm. 5. v. 7.
(4)Psalm. $4. v. 24.
(5)Psalm. 34. v. 7.
(1)Boland. 30. Januar.
(2)Oseas cap. 10. v. 2 .
(1) Cap. 2. v . 2.
Pastoral que el Illmo. Sr. Dr. D. Manuel Ignacio Gonzalez del Campillo, dignísimo Obispo de la Puebla de los Angeles, dirige á sus Diocesanos.
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