1 ...8 9 10 12 13 14 ...23 Como consecuencia, resulta inapelable que la psicoterapia también requiera de una adaptación a estas circunstancias sociales para garantizar la efectividad en sus tratamientos. Es decir, es necesaria un tipo de psicoterapia que se adapte a la logística, disponibilidad y recursos de cada familia, que a su vez sea capaz de reflejar los síntomas y necesidades emocionales de las familias de la actualidad, y que sea respetuosa con los valores, ideologías y creencias de cada estructura familiar.
3. Influencia de la terapia familiar sistémica
El hombre ve lo que sabe
(Goethe)
Como ya hemos explicado en el capítulo 9 anterior, la terapia familiar sistémica emerge como una posibilidad fundamental de entender cada caso, donde es importante incorporar de manera directa o indirecta a los diferentes miembros del sistema implicados con el síntoma, y que sin un trabajo en red con la familia o con los diferentes sistemas implicados podemos no entender el síntoma y encontrarnos con resistencias al cambio. Por ello, es fundamental entender cada caso desde una perspectiva más amplia, con causalidad circular, neutralidad, donde el significado de las relaciones y el contenido juegan un papel crucial en todo el proceso terapéutico. Ya que la narrativa de la familia es el resultado del significado que hace de la experiencia relacional, así como de la permanencia del síntoma, que en muchas ocasiones mantiene la homeostasis de la familia.
La psicoterapia emocional sistémica (PES) se nutre indudablemente de la terapia familiar sistémica (TFS), pero, de manera histórica, es importante recordar que la TFS más ortodoxa, a pesar de su surgimiento y evolución desde las corrientes psicoanalíticas, aborda postulados preferentemente contrastados a partir de la conducta de la familia; es decir, a través de las interacciones y acciones de las relaciones, y donde apenas se ha teorizado la parte emocional. Se evita el abordaje de las emociones y se llega a calificar como «proceso dormitivo», según Bateson (1973), o según afirma el doctor Juan Luis Linares (2018) 10 , psiquiatra y psicólogo sistémico: «[…] rayamos a veces en el tabú, querría dar testimonio personal, especialmente en lo que a las emociones se refiere. Cuando, en 1981, estuve en el Mental Research Institute (MRI) de Palo Alto en el curso de un programa de formación, pude detectar un explícito escepticismo respecto a la utilidad de la focalización y el manejo de aspectos emocionales en terapia. No había motivos para sorprenderse, puesto que Watzlawick no dudaba en referirse a ello, tanto por escrito como verbalmente, manifestando lo inadecuado de aludir a lo que las personas “sienten” en vez de a lo que “piensan”. También Minuchin mostraba sus preferencias por lo que se “hace” en detrimento de lo que se “siente”. Y es un lugar común en la historia de la terapia familiar que Bateson consideraba a las emociones un concepto dormitivo, en lo que para él constituía el colmo de la descalificación. A este respecto, y en honor a la complejidad de estos temas, hay que hacer constar que Nora Bateson asegura que su padre nunca afirmó tal cosa y que tal creencia se debe al sesgo intelectualizante introducido por Watzlawick…».
Desde la década de los cincuenta del siglo pasado, la terapia familiar sistémica, desde sus diferentes escuelas y técnicas, ha aportado reconocimiento y valor al trabajo de la psicoterapia. La literatura nos recuerda la amplitud de publicaciones e investigaciones que se han llevado a cabo a lo largo de estos años desde la TFS, ampliando su campo de actuación no solo al ámbito social y clínico, sino también al educativo. Por ello, la psicoterapia emocional sistémica se sustenta de sus raíces indiscutiblemente sistémicas y plantea nuevos postulados y técnicas, complementando su abordaje a través de aspectos emocionales que justifican y permiten el cambio de una manera más profunda y permanente, como veremos a lo largo de los próximos capítulos.
4. Influencia de las corrientes humanistas
La curiosa paradoja es que cuando me acepto tal como soy, entonces puedo cambiar
(Carl Rogers)
Desde la psicoterapia emocional sistémica, consideramos fundamental reconocer la influencia de los procesamientos de funcionamiento emocional para poder establecer hipótesis sistémicas. Así como para entender el síntoma o realizar técnicas sistémicas, a pesar de los múltiples defensores y detractores que han recibido las escuelas humanistas por su dificultad para respaldarse en una base empírica sólida, con una clara debilidad teórica para evidenciar su fiabilidad.
Desde sus orígenes más emblemáticos, junto a Abraham Maslow, Eric Fromm, Eric Berne o Viktor Frankl, se considera que el precursor del enfoque humanista fue Carl Rogers (1959), un psicólogo estadounidense que basó su trabajo no en investigar sobre el sufrimiento, sino en el auto-conocimiento y desarrollo personal de la persona. Rogers se centró en el «aquí y ahora», con una postura de «no directividad» 11 con el paciente. En los modelos humanistas no se apela al pasado del paciente, evitando las clasificaciones, sino que, con una visión positiva y auténtica, se centran más en las capacidades y herramientas de la persona que en el síntoma y en estudiar la conducta. Estos son características y principios de trabajo con los que, desde la psicoterapia emocional sistémica (PES), nos sentimos identificados.
Aquí el experto es el paciente, y el profesional se muestra más auténtico y natural, al compartir el mismo espacio emocional que la familia o el paciente identificado. No obstante, a diferencia de las corrientes humanistas, desde la PES trabajamos en el presente; pero, si detectamos que hay algo del pasado que no le permite al paciente poder estar en el presente, regresamos al pasado puntualmente para resolver aquello no resuelto, y así poder vivir una mayor consciencia del presente, promoviendo la reflexión sobre la conducta, siguiendo las propuestas de Fritz Perls de dejar la mente libre y guiarse también por los sentidos 12 .
SESIÓN FAMILIAR
Psicoterapeuta: ¿Cómo puedo ayudaros como familia? ¿Qué tendría que ocurrir para que la terapia fuera un éxito?
Padre: Que Ana se portara mejor y no estuviera continuamente generando conflicto.
Madre: Que pudiéramos tener una armonía familiar y fuéramos todos felices.
Hermano: Que mi hermana Ana dejara de quitarme mis cosas, de gritarme y entrar en mi cuarto.
Ana: Que mi familia me hubiera ayudado cuando sufrí acoso escolar en primaria.
Psicoterapeuta 13 : Os voy a pedir que os levantéis para que Ana pueda representar, a través de vuestra postura corporal, una escultura de cómo sintió ella que estaba la familia hace 4 años, cuando ella sufrió acoso escolar.
Después le pido a la familia que se coloque en la postura corporal de cómo y d ó nde les hubiera gustado estar si hubieran sabido lo que estaba sufriendo Ana.
A partir de un acontecimiento del pasado, que enquista las relaciones familiares actuales, añadidas al rencor del tiempo acumulado, volvemos, regresamos a esa situación para dar la oportunidad a la familia de hacer las cosas de forma diferente, teniendo en cuenta las estructuras emocionales del paciente identificado.
En este mundo racional en el que vivimos, la expresión emocional ha sido en ocasiones criticada, valorando la represión de las competencias afectivas del individuo. A lo largo de la infancia suele haber una mayor facilidad de conexión con el mundo emocional, mientras que los adultos, a medida que nos hacemos mayores, vamos racionalizando la interpretación de lo que ocurre a nuestro alrededor, lo que nos hace sentir más seguros, o al menos, con la sensación de «controlar» nuestro entorno, y cada vez nos vamos distanciando más de nuestro mundo interior «emocional». La psicoterapia emocional sistémica propone un equilibrio entre las emociones, las cogniciones y la conducta, como parte integral de la interacción humana, y amplía recursos específicos relacionales que permiten una visión más global de las dinámicas familiares y un manejo consciente del mundo afectivo interpersonal.
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