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1Código Deontológico del Psicólogo. Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. 1993.
2Ver Bloque II, capítulo 1. Procedimiento de trabajo con niños, niñas y adolescentes: Modelo SER (Sistémico-Emocional-Relacional).
3Congreso de Cartagena, organizado por la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas de España (2017).
Congreso Ibérico de Coímbra (Portugal), organizado por la Sociedad Portuguesa de Terapia Familiar Sistémica (2018).
4Bermejo Boixareu, M. (2018). La danza de las emociones familiares. Psicoterapia Emocional Sistémica aplicada con niños, niñas y adolescentes. Bilbao: Desclée De Brouwer.
5Bermejo Boixareu, M. y Torres Celdrán, E. (2017). «Crisis y terapia familiar (la crisis vincular)». Mosaico , 68, 68-77.
6Bermejo Fernández, V. (1994). Desarrollo cognitivo. Madrid: Editorial Síntesis S.A.
7Ver Bloque I, capítulo 3. Ciclo vital de la familia desde la psicoterapia emocional sistémica. Autora: Cristina Botella.
8Datos del Instituto Nacional de Estadística 2017.
9Bloque I. Capítulo I. Recorrido de la terapia familiar sistémica. Autor: Eduardo Torres.
10Prólogo de La danza de las emociones familiares.
11Rogers, Carl (1981). Psicoterapia centrada en el cliente. Paidós.
12Gimeno-Bayón Cobos, A. (2013). Un modelo de integración de la dimensión corporal en psicoterapia. Editorial Milenio.
13Es importante tener un buen vínculo con la familia para poder realizar este tipo de técnicas, así como tener un buen manejo de las técnicas psicodramatistas.
14Barudy, J. y Dantagnan, M. (2007). Los buenos tratos a la infancia: parentalidad, apego y resiliencia. Gedisa.
15Davidson, Richard J. (2012). El perfil emocional de tu cerebro: claves para modificar nuestras actitudes y reacciones. Editorial Destino.
16Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional . Kairós.
17Ávila Espada, A. «¿Hacia dónde va la psicoterapia? Reflexiones sobre las tendencias de evolución y los retos profesionales de la psicoterapia». Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría , 87, jul./sep. 2003.
18Procedimiento de trabajo con niños, niñas y adolescentes: Modelo SER. Modelo de Intervención SER (Sistémica-Emocional-Relacional) desde la psicoterapia emocional sistémica infantojuvenil.
CAPÍTULO 3. Ciclo vital de la familia desde la psicoterapia emocional sistémica
Cristina Botella
ÍNDICE
1. Introducción
2. Tipos de crisis
3. Clasificación de las etapas del ciclo vital familiar e intervención desde la psicoterapia emocional sistémica
3.1 Individuación del joven adulto
3.2 Formación de la pareja
3.3 Nacimiento de los hijos y primera infancia
3.4 Divorcio o separación
3.5 Adolescencia de los hijos
3.6 Individuación y abandono del hogar de los hijos
3.7 Familia en la tercera edad
4. Nuevas realidades familiares desde la psicoterapia emocional sistémica
5. Bibliografía
Según el enfoque sistémico, el ser humano desarrolla su personalidad en función de sus relaciones con las personas de su círculo más cercano, a lo largo de su ciclo vital, individual y familiar.
La idea básica que subyace a la noción del ciclo vital familiar es que todas las familias, entendidas estas en su sentido más amplio, experimentan cambios a lo largo del tiempo y que estos cambios observan unas determinadas regularidades, en otras palabras, que se ajustan a un patrón previsible que se puede describir en términos de etapas (Carter y McGoldrick, 1989) 1 , de transiciones (Barnhill y Longo, 1978) 2 o de crisis (Pittman, 1990) 3 . (Beyebach y Rodríguez Morejón, 1995, p. 2) 4 .
Al igual que las personas experimentan cambios psicológicos durante su vida, la «institución familia», también.
Para que un sistema familiar pueda pasar de una etapa del ciclo vital a otra, ha de existir necesariamente una crisis, lo que inevitablemente implica un proceso de adaptación a la nueva realidad.
«Una crisis es la situación en un periodo de cambio inminente» 5 (Pittman, 1991). Hay dos tipos de crisis principales: las crisis de desarrollo y las crisis estructurales.
Las crisis de desarrolloson aquellas que «ocurren en respuesta a las etapas normales de desarrollo. Estos tipos de estrés son universales» 6 (Pittman, 1991).
En cada fase del ciclo vital se presentan crisis evolutivas, a las que la familia debe dar respuesta y ajustarse, para poder pasar a la fase siguiente de una manera sana y adaptada.
Son una serie de crisis evolutivas esperables y hay una serie de tareas evolutivas que, de no conseguirlas, obstaculizan o dificultan el adecuado desarrollo de los miembros de la familia. Cuando una familia va atascándose en ciertas tareas, estas influyen y dificultan las etapas posteriores 7 (Carter y McGoldrick, 1989).
Además, como explica Lyman C. Wynne, «a menudo las salidas y entradas en el ciclo vital no acontecen hallándose los participantes relacional o psicológicamente preparados» 8 (Wynne, 1984). Es en estas circunstancias cuando los psicoterapeutas familiares podemos ayudar a las familias a resolver las crisis de una forma sana.
Un ejemplo sería el de una madre que recurre al alcohol para afrontar la salida de su hijo del domicilio familiar, puesto que no está psicológicamente preparada para afrontar esta nueva etapa.
«Las crisis estructuralesson aquellas en que el estrés surge de la misma estructura familiar, no de estresores externos o etapas del desarrollo» 9 (Pittman, 1991).
Desde el enfoque sistémico, se entienden como un intento inconsciente de la familia por evitar un cambio. De ahí la paradoja —«una contradicción que resulta de una deducción correcta a partir de premisas congruentes» 10 (Watzlawick, Helmick y Jackson, 1983, p. 173)— en que, en muchas ocasiones, nos vemos inmersos los psicoterapeutas familiares: la de que la familia pida un cambio sin cambiar. Es importante entender que esta demanda paradójica por parte de la familia es inconsciente e involuntaria. El psicoterapeuta debe comprender esta resistencia al cambio (¿por qué nos cuesta tanto el cambio a pesar de saber que es lo mejor para nosotros?), sin cuestionarla directamente, pero manejándola para que no se convierta en un obstáculo para la psicoterapia.
Siguiendo con el ejemplo anterior, si esta madre recurre al alcohol para evitar la independencia de su hijo y tapar así su problema de pareja, estamos ante una crisis estructural (el problema de pareja). Es posible que esta madre se resistiera además a la salida del domicilio de su hijo boicoteando el tratamiento, ya que este trataría de ayudarla a asumir la independencia de su hijo. Insistimos en que estas resistencias actúan a un nivel inconsciente, sin intencionalidad alguna.
Por eso, como señala Jorge Maldonado, «si estas crisis se tratan como episodios separados, nunca se resolverá el problema estructural» 11 (Maldonado, 2002). De ahí la importancia de saber detectar estas crisis y de no confundirlas con crisis evolutivas.
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