Ahora bien, como para todo, las generalizaciones son peligrosas. Y quiero aprovechar aquí para comentar que siempre habrá casos con los que decidiremos hacer variaciones sobre estas reglas generales. Como máxima imprescindible, lo que yo les aconsejo es que, hagan lo que decidan hacer, estén seguros de por qué y para qué lo hacen. Entonces todo irá bien.
♦ Para terminar la primera sesión
Antes de terminar esta primera sesión con los padres, y con vistas a preparar la siguiente sesión con el niño, yo suelo aclarar tres cuestiones importantes:
1. Me gusta saber a qué o con qué le gusta más jugar al niño. En caso de adolescentes: actividades o hobbies favoritos, series, películas, lectura, canciones…
2. También quiero asegurarme de que le van a explicar quién soy yo y por qué va a venir a verme.
3. Y, por último, siempre me interesa dejar claro con los padres la cuestión que suele surgir cuando se trata de niños bastante pequeños, que es la de: ¿y si no quiere entrar solo contigo?
Veamos estas tres cuestiones despacio:
1. ¿Para qué pregunto lo del juego? Por varios motivos. Uno, para saber cuánto saben cada uno de lo que prefiere su niño cuando juega, pero también porque es importante conocer la naturaleza de ese juego, e incluso si el niño juega. Y si ellos juegan con el niño.
Comprendan que, si hablamos de adolescentes, y según la edad, preguntaremos ya no tanto por juegos (aunque hay muchos que se pueden seguir compartiendo, incluido Pokémon Go …) como por actividades o incluso tareas. Algunas incluso que realicen juntos, ocio compartido, cualquier hobby , serie, grupo musical que los conecte…
A jugar, como a todo, seguramente también se aprende. Y se enseña. Se imita. Se copia… Y a muchos niños nadie les enseña. En la actualidad, durante el curso escolar, ni siquiera se les da la oportunidad con ese horario esclavo lleno actividades extraescolares y de infinitos deberes… Pero hablaremos de juego un poco más adelante y tendremos la oportunidad de ampliar este tema. Anticipemos que no es lo mismo que el niño prefiera jugar solo a hacerlo con amigos o hermanos. Que no pueda jugar jamás solo y que reclame constantemente la compañía de un adulto. Que solo juegue en casa con la consola o la tableta o que solo pueda jugar fuera de casa con un balón. Todas estas variantes ya nos están dando mucha información sobre niño y, desde luego, sobre los padres. No pasen nada por alto, queridos colegas, no pierdan la oportunidad de preguntar aquí, también, por la opinión que les merece eso que hace (o deja de hacer) el niño con su juego… Exploren la comprensión mutua y lo común en ese terreno.
Yo, además, quiero saber a qué le gusta jugar al niño porque puede que sea interesante que prepare el escenario cargando más el peso del material que utilice con eso que él prefiere, para ganarme su interés y su participación. Aunque, si tenemos una caja con arena fina de playa y los cachivaches adecuados, el niño (y también el adolescente) va a interesarse y a participar sin mostrar demasiadas reticencias; no está de más, nunca, por supuesto, haber echado un vistazo a esa serie a la que os comentan que está enganchado, a ese juego del que es imposible que salga para hacer ninguna otra cosa o a la música que constantemente escucha…
2. Respecto a explicarles quiénes somos y por qué vienen a vernos, en mi opinión, debemos insistir con los padres en que dediquen un rato a esta interesante cuestión. Yo lo comento siempre porque me parece obvio que lo mejor para un niño es que sepa a qué viene y por qué, con los argumentos razonados de sus padres. Pero eso no siempre sucede de esta manera. Los padres se olvidan, o no encuentran el modo y la manera, o no se atreven, o la fastidian unos y otros antes de empezar a hablar… Simplemente, no pueden hacerlo de otra manera. Esto hace que esta tarea se convierta en nuestra primera intervención con el niño (la segunda si contamos la de la sala de espera convenciéndole para que se venga con nosotros. Está explicada un poco más adelante).
Yo suelo empezar diciendo: «bueno, ya mamá y papá te han comentado quién soy y por qué te han traído a verme…» A lo que ellos normalmente contestan: «No, nadie me ha dicho nada», acompañado de una alzada de hombros y una caída de ojos.
Como decía más arriba, muchas veces es así. Los padres te dicen que se lo explicarán y luego al final no lo hacen. Recomiendo encarecidamente no hacer juicios de valor con respecto a nada de lo que hacen o no hacen los padres. Si no lo han hecho, será porque no han podido. Es un dato más para mí y punto. No voy a juzgarles ni a aprovechar para «regañarles» posteriormente. A veces ocurre que el niño está tan nervioso que dice que no probablemente porque teme que le pidamos que nos cuente qué le dijeron papá y mamá y no tiene ni idea, en ese momento, de cómo reproducirlo. Se lo contaron tan deprisa y tan como de pasada que ya no recuerda ni una palabra. O ahora le pone tan nervioso equivocarse que prefiere decir que no se lo contaron…
Cuando te dicen que sí, que se lo han contado, que precisamente han venido hablando de eso en el coche y que «si quieres te lo explico», y van y te dan una explicación sencilla y coherente… Entonces… Entonces no sé cómo explicarles, los que ya han ejercido como terapeutas saben a lo que me refiero. No hay palabras… Entonces sabes que todo va a ir bien, muy bien. Sin más. Recuerden que esto nos pasará en un porcentaje pequeño de ocasiones. Bueno, no se me rajen. Es difícil tarea la nuestra, pero no imposible.
Los padres suelen pedirme consejo sobre cómo llevar a cabo esa tarea de explicarles a los niños que tienen que venir, por qué, quién soy yo, etc. Yo suelo instarles a que utilicen la comparación con el modelo médico que todos conocen y que bien puede servirles de referencia. Es decir, que les expongan que, al igual que cuando nos duele la tripa o la cabeza vamos a ver al médico, cuando tenemos otro tipo de problemas, por ejemplo los relacionados con tener miedo, vamos a ver al psicólogo, que es algo así como el médico de los miedos. Los niños esto lo entienden muy bien. Saben mucho de sentir miedo.
¿Por qué específicamente los miedos? Por varias razones contundentes. Los niños tienen miedos y, en una importante cantidad de ocasiones, estos son el motivo de consulta. Pero lo que es importante para nosotros es que, aunque ese no sea el motivo de consulta explicitado, seguro que el miedo está detrás del problema. Seguro. Lo veremos con detalle a lo largo de las siguientes páginas cuando hablemos de emociones. El miedo está presente de forma importante en la vida de los niños y no suele ser visto, legitimado, correctamente etiquetado y adecuadamente regulado por los adultos responsables de hacerlo.
Los niños tienen miedos y necesitan hablar de ellos, pero no suelen encontrar interlocutores para dicha tarea. No está bien visto hacerlo. No lo ha estado nunca históricamente en nuestra cultura. Así que, aunque preferirían hablar con sus papás, no está nada mal poder tener a alguien con quien hacerlo. Y así, aunque en la interacción en la que se le está explicando a lo que va a venir a nuestra consulta él pueda responder: «yo no tengo miedos» o «no quiero ir», él se ha quedado con la copla y le gusta.
Ya le gusta que sus padres se preocupen, que le confiesen que ellos también tienen miedos y que le cuenten que, producto de dicha preocupación, ha sido su visita a nuestra consulta… Sobre todo cuando esto ocurre. Pero aunque no sea el caso (pues en muchas ocasiones ustedes me dirán que esto no pasa), para los niños hay alguna oportunidad de ser vistos y escuchados si sus papás hablan con un profesional de eso que parece que les ocurre aunque haya sido tras meses o incluso años de pasarlo mal, portarse mal, dar mucho por saco en casa o en el cole, discutir, no dormir, estar enfermo… Lo que sea. Y aunque no haya sido iniciativa de sus papás, sino que el colegio ya dicho que ya no se puede tolerar más el comportamiento disruptivo del niño, sus contestaciones, su falta de capacidad para relacionarse o su cansina manía de andar levantándose e interrumpiendo constantemente…, sea por lo que sea, por fin alguien va a ver y escuchar a ese niñodolescente…
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