Una de las intenciones detrás de la publicación del presente texto fue la de alentar a gente común como nosotros a hablar acerca de sus encuentros con Baba, ya que sabemos por experiencia propia que cualquier persona que haya tenido la gran oportunidad de conocerlo, aun brevemente, tendrá algo maravilloso para contar.
Cristina y yo creemos firmemente que escuchar estas historias personales podría darnos un mejor entendimiento sobre lo que realmente significa haber tenido la dicha de nacer durante la Era del Advenimiento del Gran Avatar.
Sri Sathya Sai Baba nos dice que practicar Satsang (2) nos enriquece, tanto a nosotros como a quien escuche las narraciones. Entonces, esos millones de historias personales serán contadas algún día, y lo narrado se considerará como un reporte objetivo del momento más sagrado que la humanidad haya tenido la oportunidad de presenciar, pero esta es nuestra contribución, la humilde historia de la familia González y el Gran Purna Avatar.
Algunas partes de lo que aquí describiremos podrían ser usadas como una guía básica sobre cómo vivir una vida orgánica, aunque es esencial entender que las personas interesadas deberán realizar algunos ajustes a nuestros métodos de trabajo, teniendo en cuanta su propio estilo de vida y su ubicación geográfica, para así asegurar el correcto funcionamiento de las diferentes técnicas.
Ahora puedo ver que mi primer intento de plasmar algunas de las experiencias que tuvimos la dicha de vivir fue demasiado pobre, pero fue, después de todo, solo un ensayo.
Lo que me dispongo a hacer ahora no pretende ser una obra maestra de la literatura, y sé que no integrará la lista de bestsellers, pero al menos será un poco más generoso que el primero, o eso espero.
Dedico humildemente este modesto trabajo a los Pies de Loto del Gran Purna Avatar de la presente Era, Bhagavan Sri Sathya Sai Baba.
VïDâ González, Casterton, siete de mayo del año 2019
2Satsang / Satsanga es una palabra sanscrita que significa asociación con personas santas, o estar en compañía de gente piadosa. También simboliza reunirse en grupo para escuchar relatos sagrados en busca de conocimiento.
CAPÍTULO 1
Los primeros pasos
“UNA FUERTE VOLUNTAD ES EL MEJOR TÓNICO.
LA VOLUNTAD SE FORTALECE CUANDO SABES QUE ERES HIJO DE LA INMORTALIDAD,
O ALGUIEN QUE SE HA GANADO LA GRACIA DEL SEÑOR.
LA MEDICINA Y EL USO DE LOS HOSPITALES SON PARA AQUELLOS QUE DUDAN, VACILAN, Y DISCUTEN SI ESTE MÉDICO ES MEJOR QUE EL OTRO, Y SI ESTA DROGA ES MÁS PODEROSA QUE LAS DEMÁS.
PARA AQUELLOS QUE CONFÍAN EN EL MÉDICO SUPREMO, SU NOMBRE ES LA MEDICINA QUE CURA”.
Bhagavan Sri Sathya Sai Baba
Alrededor del año 2010, fuimos llevados desde la aldea, en la que habíamos vivido durante doce años, a una pequeña propiedad bastante escondida, no tan grande como para ser una granja que se pudiese explotar comercialmente como tal pero que, debido a su razonable tamaño y a su aislamiento, sin duda se adaptaría perfectamente a nuestras necesidades.
De acuerdo con las meditaciones que tenía en esa época, había llegado el momento de llevar a cabo nuestros «experimentos» a una escala mucho más grande. Consecuentemente, no solo necesitábamos un lugar más amplio, sino que también deberíamos obtener fácil acceso a agua para abastecer a los pocos animales que vivían con nosotros y para también cuidar del futuro huerto en el que cultivaríamos nuestros alimentos.
«Nuestra pequeña granja» tenía acceso a una fuente subterránea de agua no tratada, que no podía ser consumida por nosotros pero sí por los animales, y que también podía ser utilizada para cuidar de nuestros cultivos en este duro ambiente semidesértico, aun si tuviésemos que pasar por una larga sequía, un suceso bastante frecuente en esta región.
Nosotros, los humanos de la familia, beberíamos agua de lluvia que recolectaríamos en dos grandes tanques durante la temporada lluviosa y esta agua, una vez filtrada, sería potenciada por la maravillosa energía de los dos Lingams que habíamos recibido en uno de nuestros viajes a la India, allá por 1997.
Mientras tanto, como la propiedad había alguna vez formado parte de una extensa granja comercial en pleno funcionamiento, la utilización de fertilizantes químicos y otras formas de polución habían arruinado el suelo al punto de haberlo transformado en algo casi completamente infértil.
Además, muchos de los insectos y casi toda la fauna local habían sido ahuyentados por los químicos agregados al suelo, por lo que se nos encomendó la importante tarea de hacerlos regresar.
Otro trabajo sagrado que se nos confirió fue el de restaurar la relación perdida entre los humanos y las Fuerzas Fundamentales de la Naturaleza, representadas por los Devas que vivían en el bosque, algo absolutamente esencial si realmente queríamos tener la más mínima posibilidad de éxito.
Como los dueños anteriores solían criar ovejas para la producción de lana, a cierta distancia de la casa había un galpón de esquila bien construido, que contaba con conexión eléctrica, en el que yo podría establecer mi taller de carpintería.
Y de esta manera dimos inicio a nuestro «experimento» a gran escala, comenzando por la limpieza profunda de los terrenos alrededor de la casa que había en la propiedad y arreglando la vivienda, la cual estaba en mal estado, para poder hacerla habitable.
Todo lo que hicimos con el fin de reconectarnos con la naturaleza fue sobre la base de las meditaciones diarias que yo hacía bien temprano cada mañana, durante las que recibía orientación sobre lo que se esperaba de nosotros.
Con el tiempo, los Devas, que sabíamos que vivían en el bosque aledaño, vendrían y se comunicarían con nosotros, pero eso llevó bastante tiempo, puesto que el daño causado al lugar, tras muchas décadas de abuso y abandono, era enorme.
Afortunadamente, y al mismo tiempo, nuestra relación con el Gran Avatar crecía rápidamente a medida que dejábamos ir nuestras últimas conexiones con la sociedad y nos volvíamos totalmente dependientes de nuestra conexión con Dios.
Con bastante frecuencia, recibíamos visitaciones y mensajes, y de vez en cuando se nos ordenaba regresar a la India en un «viaje para recargar nuestras baterías», pero aparte de eso, nuestra existencia era muy tranquila y aislada.
Fue en ese entonces que, durante mis largas sesiones de meditación, los guías comenzaron a llevarme a lugares extraordinarios. Supongo que puedo llamarlos realidades alternativas, donde me encontraría con Seres Angelicales, algunos completamente desconocidos para mí y otros que conocía bien, pues ya me habían visitado en otras ocasiones.
Nuestra vida estaba dando un giro positivo hacia lo misterioso y, por consiguiente, empezamos a ver verdaderos progresos en los resultados que obteníamos en «nuestro trabajo».
Lo primero que debimos hacer fue introducir plantas que atrajeran, mediante sus flores, la vida Dévica que sabíamos que el lugar necesitaba.
«CUANDO UN TRABAJO SE TE ES DADO, DEBERÍAS PONER EN ÉL TODO TU CORAZÓN Y TODA TU ALMA, Y REALIZAR ESE TRABAJO CON LA MAYOR SINCERIDAD Y DEDICACIÓN HASTA EL LÍMITE DE TU CAPACIDAD».
Sri Sathya Sai Baba
Finalmente, nuestros genuinos esfuerzos por hacer contacto con los Devas empezaron a ser apreciados por ellos, y las abejas y las ranas regresaron al árido suelo de esta región tan inhóspita, seguramente como una respuesta directa a nuestro amoroso cuidado del medioambiente y de todo lo que en él vive. De esa manera, nuestro trabajo comenzó a dar frutos y, en consecuencia, nos sentimos mucho mejor.
A los pocos meses de iniciado el proyecto, nuestros guías empezaron a llamar a nuestro trabajo el «Proyecto Narayana», en referencia a mi devoción personal hacia el Creador en la magnífica y Sagrada Forma de El Señor Vishnu. Yo siempre había solicitado la ayuda de El Señor Narayana, el de los Ojos de Loto, durante tiempos difíciles, y Él respondía a mi humilde llamado una vez más.
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