No hay ninguna obligación, no hay ningún compromiso. Uno no está sujeto a disciplina alguna. Si se le quiere llamar disciplina a la inseguridad, ese es otro asunto. Por supuesto que es una disciplina interna. ¡Uno no seria anarquista, no! ¿Cuándo he dicho que una persona será anarquista? La anarquía siempre está atada a un orden, a un sistema. Si se renuncia al orden, jamás se puede ser desordenado. ¡No se trata de negar el orden, sino de renunciar a él, y entonces la renuncia significa estar ordenado! Es únicamente una actuación, una obra de teatro para los ojos de otros. Uno no se lo tomará en serio, se trata sólo de un papel dentro del juego. Uno camina hacia la izquierda o hacia la derecha, por el bien de otros, por el bien del tránsito, pero no hay seriedad en ello; nada en ello es serio.
Por lo tanto, el sannyasin no va a ser desordenado. En lo que respecta al sannyasin mismo, en lo que respecta a su conciencia interior, no habrá orden. Eso no significa que habrá desorden, porque el desorden siempre es parte del orden. Cuando hay orden, existe la posibilidad del desorden. Cuando no hay orden, no hay desorden, porque hay espontaneidad. Momento a momento, se vive; momento a momento, se actúa. Cada momento está completo en sí mismo. Uno no decide por él. Uno no decide cómo actuar. El momento le llega a uno, y uno actúa. No hay predeterminación, no hay ningún plan previo.
El momento le llega a uno. Uno le sucede al momento y, sea lo que sea que salga, uno debe dejarlo venir. Más y más, uno sentirá que crece dentro de sí mismo una disciplina —una disciplina que se hace de momento a momento. Es una dimensión muy distinta, así que será mejor comprenderla claramente. Cuando uno decide con anticipación qué hacer, es porque piensa que no está lo suficientemente consciente para actuar de modo espontáneo cuando llegue el momento. No se tiene confianza en sí mismo; por eso uno toma decisiones con anticipación.
Y aún entonces, uno está decidiendo. Uno no puede actuar en el momento, por lo tanto, ¿cómo decidir con anticipación? Ahora se tiene menos experiencia. Uno tendrá más experiencia cuando llegue el momento. ¿Si yo no puedo creer en el "yo" de mañana, cómo puedo creer en el "yo" de hoy? Y cuando tengo que decidir con anticipación, no tiene ningún sentido. Sólo será destructivo.
Decido hoy y actúo mañana. Pero mañana, todo habrá cambiado. Todo será nuevo, y la decisión será vieja. Y si no actúo de acuerdo con el momento, hay culpa. Por lo tanto, todo aquello que enseña que deben tomarse decisiones con anterioridad, genera culpa. No actúo y luego me siento culpable. Y si actúo, entonces no puedo actuar de modo adecuado, y seguramente vendrá la frustración.
Por lo tanto, yo digo que no hay que comprometerse con ninguna decisión, y así, se puede ser libre. Permite que cada acto, cada momento, te llegue, y permite que tu ser completo decida... en ese momento. Deja que la decisión venga al tiempo que sucede el acto. Nunca permitas que la decisión preceda al acto, puesto que, de lo contrario, el acto jamás será total. Uno debe de saber que cuando se toman decisiones con anticipación, se decide con el intelecto. El ser completo jamás puede participar en esa decisión si el momento no ha llegado. Si yo amo a alguien y decido que, cuando me encuentre con él o con ella, actuaré de esta u otra manera, que diré esta u otra cosa, que haré tal cosa y no tal otra, esto sólo puede ser del intelecto, de la mente. Esto jamás podrá ser total, puesto que el momento no ha llegado. El ser total no ha sido retado y, por lo tanto, ¡cómo puede actuar el ser completo?
Y cuando he decidido con anterioridad y llega el momento, el ser total no podrá actuar porque estará presente la decisión. Por lo tanto, sólo imitaré, seguiré y copiaré lo anterior. Seré el hombre falso. No seré real porque no seré total. Tendré un plano que me indique cómo actuar; actuaré de acuerdo con ese plano. De nuevo, este acto será del intelecto y no del ser completo. Entonces, o se tiene éxito o se fracasa, pero en ambos casos, se ha fracasado, porque el ser total no pudo ser parte. No se sentirá amor.
Así, permite que llegue el momento, que el momento te rete y que tu ser completo actúe. Entonces, el acto será total. Entonces, el ser completo participa en el acto. ¡Entonces, estarás completamente dentro del acto! Y lo mejor saldrá de esta totalidad y nunca de las decisiones. Por lo tanto, sannyas significa vivir momento a momento, sin ningún compromiso con el pasado. Y seguiré entregándole sannyas a todo aquel que esté conmigo, incluso por un solo momento, porque, como he dicho, no sé nada en absoluto acerca del mañana. Por lo tanto, no puedo esperar. Si tú llegas en este momento, lo que sea que haya que hacerse, se hará. En este momento, no puedo esperar. No sé nada acerca del mañana, acerca de lo que sucederá, y no puedo hacer planes. Así que en el momento en que tú estás conmigo, lo que sea que se esté haciendo, se hará en este mismo momento. No puede ser pospuesto porque para mí no hay futuro alguno.
Y este sannyas no es el viejo sannyas . Es un concepto totalmente nuevo, o bien un concepto totalmente antiguo que había sido olvidado por completo —se le puede llamar de cualquiera de las dos formas—. Es el concepto más nuevo a la vez que el más antiguo, porque cuando ha habido sannyas , en verdad, así ha sido. Pero siempre hay imitadores y no se pueden negar: son. Existen imitadores y siempre los habrá. Y hacen de todo una disciplina porque sólo una disciplina puede ser imitada.
Sannyas no se puede imitar. La libertad no se puede imitar y, por lo tanto, sannyas jamás se puede imitar. Pero, ¿qué pueden hacer aquellos imitadores? Harán de esto un sistema —los imitadores siempre crean sistemas—. Salvo destruir sannyas , no destruyen mucho más, porque la vida como tal se vive como una imitación. La imitación sucede, el mundo entero imita. La crianza misma es una imitación —del lenguaje, de la moralidad, de la sociedad, de la cultura; todo es a través de la imitación—. Todo es absorbido por medio de la imitación.
Por lo tanto, las imitaciones tienen éxito en todo menos en lo que respecta a sannyas . Ahí, destruyen mucho. No pueden destruir ninguna otra cosa, porque, en todas partes, la imitación es la regla. No se puede ser libre con el lenguaje, se debe imitar. No se puede ser libre con la estructura social, se debe imitar. Los imitadores tienen éxito en todas partes. Sólo con respecto a sannyas , la dimensión de la libertad absoluta es algo con lo cual los imitadores se toman muy peligrosos porque su dimensión misma es todo lo contrario. La imitación destruye sannyas . Jesús es imitado, existe la imitación de Cristo . Donde sea que se imiten sannyas , sannyas deja de existir. Cuando digo que no hay compromiso, significa que no habrá imitación.
Tú eres totalmente libre, yo te arrojaré hacia una apertura. Esto es a lo que se refiere el término iniciación. No se trata de reducir tus opciones, sino de lanzarte a un cielo abierto. Es empujarte a volar en un cielo abierto. Por supuesto que no hay rutas ni mapas, no puede haberlos. Y no puede haber ningún camino trazado en el cielo. Tienes que volar a solas, tienes que depender sólo de ti mismo. Tu existencia será tu compañía —la única compañía.
La vida es igual que el cielo. No es como los senderos de la tierra, no puede seguirse ningún camino trazado, seguirlo es imposible. Se tiene que estar a solas. La iniciación significa que ahora yo te empujo hacia la soledad. Entonces, estarás completamente solo, sin depender de nadie, ni siquiera de mí. Requiere de valentía. Imitar es fácil, seguir es fácil, depender de alguien es fácil. Pero el estar a solas sin mapa alguno, sin disciplina alguna, sin sistema alguno, requiere de la mayor valentía. Y un sannyasin es alguien que tiene valentía. Esta valentía no se puede imitar, tiene que desarrollarse por medio del vivir.
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