Las palabras siempre están muertas, el significado siempre vive. Uno puede estar abierto a las palabras, pero uno jamás puede estar abierto a través de la comprensión intelectual. Uno puede estar abierto con todo su ser, no sólo con el intelecto. No es que el intelecto malinterprete a momentos —el intelecto siempre malinterpreta—. No es que el intelecto se equivoque a momentos —el intelecto es el error mismo—. Siempre se equivoca. Por lo tanto, ten simpatía por cualquier cosa que se diga. No trates de comprenderla, deja que penetre en lo más profundo de tu ser. Sé vulnerable y abierto a ella. Deja que se te meta en lo profundo del corazón. No crees barreras intelectuales. Entonces, participando con todo su ser, sabrás. Quizá no comprendas, pero sabrás. Y el comprender no basta, hace falta saber. El intelecto comprende; el ser, sabe. El intelecto es únicamente una parte, su ser es lo verdadero.
Cuando se sabe algo, se sabe con la sangre, se sabe con los huesos, se sabe con los latidos del corazón. Pero si uno comprende, lo hace únicamente con el mecanismo de la mente, la cual no es muy profunda. Es sólo un instrumento, un instrumento utilitario que es necesario para la sobrevivencia, que se necesita para estar relacionado, pero que se convierte en una barrera en el esfuerzo por alcanzar el estado de ser uno sólo, la muerte espiritual y la resurrección. Es meramente un instrumento natural para poder sobrevivir. No está intencionado para revelar la verdad absoluta. No está intencionado para conocer los misterios ocultos —y los misterios están ocultos.
Por lo tanto, cualquier cosa que yo esté diciendo, no pienses en ella. Vete a casa y deja que repose. Déjala entrar, deja que te penetre. No te protejas a ti mismo; ábrete. Cada protección propia va en contra del saber. Y sólo cuando esa cosa haya alcanzado la parte más recóndita de tu ser, será conocida y realmente comprendida. Eso es lo que se quiere decir con shraddha : fe. No significa creencia. La creencia es intelectual. Uno puede creer intelectualmente, uno puede desmentir intelectualmente —ambas cosas son intelectuales—. La fe no es en absoluto intelectual. Es la participación mística completa. Es el ser uno solo con los misterios ocultos. Es un salto.
Por ello, en cuanto a cualquier cosa que yo diga, no me interesa en absoluto la teoría, no me interesa en absoluto ninguna filosofía. Me interesa el salto existencial. Cuando digo algo, es sólo para conducirte a ti hacia aquello que no se puede decir. Y cuando utilizo palabras, es sólo para conducirte a ti hacia el silencio. Cuando hago alguna aseveración, es sólo para señalar aquello que no se puede aseverar. Mi expresión no es realmente para expresar algo, sino para señalar lo inexpresable.
Así que ten simpatía, porque sólo la simpatía puede ser la apertura. Deja que lo que yo haya dicho, descienda dentro de ti; florecerá. Si la semilla va hacia lo profundo, florecerá. Cuando llegue la flor, tú sabrás qué es aquello que se ha dicho, pero que no se pudo decir. Tú sabrás aquello que se ha dicho, pero que permanece sin decirse.
Capítulo 2 · Sannyas: viviendo en la inseguridad
¿Por qué le das sannyas a casi cualquier persona que viene a verte! ¿Cuál es tu idea de sannyasf ¿Qué obligación implica?
Para mí, sannyas no es algo muy serio. La vida misma no es demasiado seria, y aquel que está serio, siempre está muerto. La vida es sólo una energía desbordante sin ningún propósito y, para mí, sannyas es vivir la vida sin propósito. Vive tu vida como un juego y no como un trabajo. La así denominada mente seria, la cual está enferma, en efecto, convertirá el juego en trabajo. Los sannyasins hacen todo lo contrario: convierten el trabajo en juego. Si uno puede asumir esta vida como un mero sueño, una actuación-sueño, entonces es un sannyasin . Aquel que considera la vida como un sueño, un sueño-drama, ha renunciado. La renunciación no es el abandonar el mundo, sino cambiar de actitud. La actitud de cambiar al mundo es algo serio. Por eso es que puedo iniciar a cualquiera en sannyas . Para mí, la iniciación misma es un juego. No exigiré ningún requisito, independientemente de que alguien cuente o no con los requisitos, porque los requisitos se piden cuando se hace algo serio. Por lo tanto, todos, por el simple hecho de existir, cuentan con los suficientes requisitos para jugar. Cualquiera puede jugar, incluso sin contar con los requisitos, no tiene importancia, porque todo es sólo un juego. Por eso no exigiré ningún requisito.
Y, del mismo modo, mis sannyas no implican ninguna obligación. En el momento en que uno es un sannyasin , está en completa libertad. Significa que, entonces, uno ya no tiene que tomar ninguna decisión. Ha tomado la última decisión: el vivir en la indecisión, el vivir con libertad.
Aquel que vive decidiendo cosas jamás puede ser libre. Siempre está atado a su pasado porque la decisión se tomó en el pasado. Jamás se puede tomar una decisión para el futuro porque el futuro es desconocido y cualquier decisión que se tome estará atada al pasado. El momento en que uno está iniciado en sannyas , se ha iniciado en un futuro inexplorado, no planeado. Entonces, ya no está atado al pasado. Uno será libre para vivir. Eso significa actuar, jugar y ser cualquier cosa que le suceda a uno. Esto es la inseguridad.
El renunciar a un nombre, a una propiedad, no es realmente inseguridad, es una inseguridad muy superficial. La mente permanece siendo la misma, la mente que pensaba aquella propiedad como una forma de seguridad. Incluso la propiedad no es seguridad alguna y uno morirá con toda su propiedad. Incluso una casa no es seguridad alguna, uno morirá dentro de ella. Por lo tanto, la falsa noción de que la propiedad, la casa, los amigos y la familia, son formas de seguridad, aún prevalece en la mente que piensa: "He renunciado; ahora vivo en la inseguridad".
Sólo aquella mente, sólo aquella persona que vive sin estar atada a su pasado, vive en la inseguridad. La inseguridad significa no estar atado al pasado; y tiene tantos significados, porque todo lo que uno sabe viene del pasado. Incluso la mente de uno es del pasado.
Por lo tanto, alguien que renuncia al conocimiento está verdaderamente renunciando a algo. Uno mismo proviene del pasado, no es más que un cúmulo de experiencias. Así que aquel que renuncia a sí mismo, renuncia a algo. Todos los deseos y todos los anhelos y todas las expectativas —todo esto confirma el pasado—. Aquel que renuncia a su pasado, renuncia a sus deseos, a sus anhelos, a sus expectativas.
Entonces, uno será igual que el vacío, que la nada, que un nadie. Sannyas significa desechar toda afirmación de ser alguien.
Entonces, uno se introduce a la no-identidad, al estado de ser nadie. Por lo tanto, esta es la última decisión de la mente, con lo cual el pasado se cierra. La identidad se rompe, la continuidad no existe. Uno es nuevo; renace.
Cualquier persona con vida cumple con los requisitos para vivir en la inseguridad. Si uno va a vivir realmente, uno debe vivir en la inseguridad. Todo arreglo de seguridad es una renuncia a la vida. Entre más seguridad se tenga, menos se vive. Entre más muerto se esté, más seguro se está, y viceversa. Por ejemplo, un hombre muerto no puede volver a morir, él es inmune a la muerte. Un hombre muerto no puede estar enfermo, por lo cual es inmune a la enfermedad. Un hombre muerto está tan seguro, que aquellos que siguen viviendo le pueden parecer ridículos —viven en la inseguridad.
Si uno está vivo, es inseguro. Entre más inseguro, más vivo. Por lo tanto, para mí, un sannyasin es una persona que decide vivir al óptimo, al máximo; es igual que una flama quemándose de ambos polos.
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