SERGIO ALEJANDRO COCCO LÓPEZ
Cocco López, Sergio Alejandro
Aleatorios / Sergio Alejandro Cocco López. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-2009-8
1. Narrativa Argentina. 2. Novelas. I. Título.
CDD A863
EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA
www.autoresdeargentina.com info@autoresdeargentina.com
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
En un mundo en donde algunos nacen con la pareja que los acompañará el resto de sus vidas, otros a quienes se los conoce con el nombre de Aleatorios, nacen solos. En este contexto, Oliver busca desesperadamente a la mujer con la que nació. Pero una repentina y extraña amnesia le impide recordar qué es lo que pasó o por dónde comenzar a buscarla. Sin embargo, ese no es su único problema. La policía lo busca por asesinato, y un Súcubo sadomasoquista se empecina en hacerle la vida imposible. Entonces aparecen “Ellos” en su vida, asegurándole que si cumple determinada cantidad de encargos podrá recuperar a Lucila. Y por cierto que debe apresurarse en cumplirlos, pues “Ellos” le susurran matar.
“….
Luego bajó la vista y miró sus pies desnudos sobre el mugriento suelo del baño de la pensión. Observo sus brazos, sus piernas. Vió los moretones y hematomas que se llevó de recuerdo al escapar de la Seccional de Policía. Analizó con detenimiento las costras de sangre seca, suyas y ajenas, que todavía permanecían en sus manos y entre las uñas de sus dedos. Y se dijo: …”
Índice de contenido
PORTADA
CRÉDITOS Cocco López, Sergio Alejandro Aleatorios / Sergio Alejandro Cocco López. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021. Libro digital, EPUB Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-87-2009-8 1. Narrativa Argentina. 2. Novelas. I. Título. CDD A863 EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA www.autoresdeargentina.com info@autoresdeargentina.com Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723 Impreso en Argentina – Printed in Argentina
SINOPSIS Sinopsis En un mundo en donde algunos nacen con la pareja que los acompañará el resto de sus vidas, otros a quienes se los conoce con el nombre de Aleatorios, nacen solos. En este contexto, Oliver busca desesperadamente a la mujer con la que nació. Pero una repentina y extraña amnesia le impide recordar qué es lo que pasó o por dónde comenzar a buscarla. Sin embargo, ese no es su único problema. La policía lo busca por asesinato, y un Súcubo sadomasoquista se empecina en hacerle la vida imposible. Entonces aparecen “Ellos” en su vida, asegurándole que si cumple determinada cantidad de encargos podrá recuperar a Lucila. Y por cierto que debe apresurarse en cumplirlos, pues “Ellos” le susurran matar. “…. Luego bajó la vista y miró sus pies desnudos sobre el mugriento suelo del baño de la pensión. Observo sus brazos, sus piernas. Vió los moretones y hematomas que se llevó de recuerdo al escapar de la Seccional de Policía. Analizó con detenimiento las costras de sangre seca, suyas y ajenas, que todavía permanecían en sus manos y entre las uñas de sus dedos. Y se dijo: …”
ÍNDICE
PRIMERA PARTE
SÚCUBO
LA PAREJA
ALEATORIA
EL EMISARIO
LA CITA
LA ALFOMBRA
RETROSPECTIVA
¿AZÚCAR O EDULCORANTE?
MIRANDO EL CIELO
“ALTIUS , CITIUS, FORTIUS”
EL SÍNDROME DE LA AUSENCIA
SEGUNDA PARTE
LA REDADA
CRÁNEO PARED
LA CENA
TÉ PARA TRES
HAY ALGO QUE ME AMA…Y SE OCULTA EN LA OSCURIDAD DEL ESPEJO
UNA COPA DE VINO Y UN TRAGO DE CELOS
LOS PROMISCUOS
LA HISTORIA DE OLIVER
PLAN EN MARCHA
PLAN B
FUMAR ES PERJUDICIAL PARA LA SALUD
PERFECTAMENTE LÓGICO
ALÉTHEIA
ÚLTIMO CAPÍTULO “UN AÑO DESPUÉS”
A mis Padres y a un lugar, Yala. Un paraje en San Salvador de Jujuy
con un hermoso río, unas cuantas lagunas y todos los tonos de verde.
“¡Que nadie duerma! ¡Que nadie duerma!
¡También tú, oh, princesa,
En tu fría habitación
Miras las estrellas
que tiemblan de amor y de esperanza...!
¡Mas, mi misterio está encerrado en mí!,
¡Mi nombre nadie lo sabrá! No, no
Sobre tu boca lo diré
(Puccini: Solo cuando la luz brille)
Cuando la luz brille
(Puccini: ¡No, no, sobre tu boca lo diré!)
¡Y mi beso fulminará el silencio
que te hace mía!
Voces de mujeres
Su nombre nadie sabrá...
¡Y nosotras, ay, deberemos, morir, morir!
El príncipe desconocido
¡Disípate, oh, noche! ¡Tramontad, estrellas! ¡Tramontad, estrellas!
¡Al alba, venceré!
¡Venceré! ¡Venceré!”
“ Nessun dorma”es un segmento del acto final de la ópera Turandot de Giacomo Puccini
PRIMERA PARTE
Estaba atardeciendo. Y el cielo parecía un coágulo de sangre que se extendía como una herida abierta en el horizonte. Algunos rayos perpendiculares de luz solar rojiza luchaban para entrar a través de una destrozada ventana, tapiada de trozos de madera y viejas hojas de periódico, y enfocando débilmente los restos podridos y polvorientos de muebles y artefactos eléctricos. Los que amontonados en los rincones más oscuros, y a causa de las sombras, daban la impresión de ser extremidades humanas tiradas con desidia en el sótano de algún asesino en serie.
En aquel lugar el presente era un vacío y el futuro algo improbable. El tiempo parecía haberse detenido en una sola época. El pasado. Un pasado confuso que permanecía estático y descolorido junto a cajas de cartón enmohecido, escombros y lámparas rotas. Era como si cada uno de los objetos que existían detrás de aquella pequeña ventana, e incluso la misma atmósfera del lugar, tuvieran conciencia de sí mismos y negaran la existencia de la luz y el paso de los años.
Una ráfaga de aire hizo temblar los amarillentos fragmentos de papel que cubrían la ventana. Causando que los rayos de sol se quebrasen, y confiriendo extraños movimientos a las sombras proyectadas en la descascarada pared. Oliver dejó de teclear su máquina de escribir y cerró los ojos. Sabía que en cualquier momento entraría en una especie de trance y perdería el conocimiento. Luego sería invadido por una angustia tan confusa y ardiente como los orígenes del mundo, de su mundo.
Sin embargo, ya no le sucedía con tanta frecuencia como antes. No por lo menos desde la noche en la que “Ellos” aparecieron en su vida, asegurándole que a cambio de ciertos encargos podrían volver a reunirlo con ella. No obstante, los largos y angustiosos minutos que devenían a sus trances, realmente lo destrozaban, dejándolo totalmente agotado. Le costaba sobreponerse, pero se obligaba a hacerlo. Era necesario. Tenía que tener las suficientes fuerzas para hacer todo lo que “Ellos” le ordenasen hasta recuperar a Lucila. Pero hasta que eso suceda, él se sentía en el deber de ser el único que la mantenga viva protegiendo sus recuerdos del paso del tiempo y el olvido. Resguardando fielmente cada detalle de su rostro, el sonido de su voz, el sabor de sus labios, el calor de su vida.
Читать дальше