1 ...8 9 10 12 13 14 ...21 Nuestra escritora se quedó atrapada en una tierra de nadie que no hizo sino tragarla a medida que pasaban los años. Hasta que su nombre se convirtió en una canción sin música, en una flor sin perfume, en un planeta sin sol. Ojalá esta edición antológica de su obra rompa para siempre ese inicuo cerco de silencio.
J. M. P.
1La profesora María del Mar Mañas, en su tesis doctoral —luego refundida en un muy valioso libro, La narrativa de Elisabeth Mulder (Madrid, Fundación Universitaria Española, 2007)—, apunta que tal vez nuestra autora naciese en 1903, según su hijo se inclinaba a creer, ya que fue inscrita en el registro civil español y en el del consulado holandés con fechas distintas.
2Publicada en La Vanguardia Española el 21 de noviembre de 1968.
3A los lectores interesados en los vericuetos de esta relación, me permito recomendarles la lectura de mi obra Las esquinas del aire, publicada en 2000 por la editorial Planeta. Ana María Martínez Sagi (1907-2000) fue mujer muy celebrada en su momento, poetisa inquieta y afamada deportista que llegó, incluso, a ocupar un puesto de responsabilidad en la junta directiva del Fútbol Club Barcelona. Miembro activo del Club Femení i d’Esports y pionera del feminismo, su primer libro de poemas, Caminos (1929), fue muy agasajado por la crítica. Posteriormente publicaría Inquietud (1932), y muchos años después, tras un amargo exilio que la llevaría primero a Francia y después a Estados Unidos, Laberinto de presencias (1969). En muchos de sus poemas es visible la sombra inspiradora de Elisabeth Mulder.
4En conversaciones privadas, Ana María Martínez Sagi me confió que fue el marido de Elisabeth Mulder quien exigió la retirada de Sinfonía en rojo, por considerar que en algunos poemas del libro se aireaban asuntos que atañían a su honra. Lo cierto es que, aunque Sinfonía en rojo no se adentra en escabrosidades, el tono de muchos pasajes revela una voz poética atormentada que tal vez pudo causar escándalo en círculos sociales timoratos. Y no menos cierto es que se ha convertido en un libro casi inencontrable, una pieza costosísima para sabuesos de la bibliofilia.
5Aparecida en el diario vespertino La Noche, el 17 de mayo de 1930. La reproducimos íntegra en este volumen (pág. 329).
6No debería descartarse, sin embargo, que fuese una petición o exigencia conyugal, pues Elisabeth Mulder vertía a veces en sus artículos opiniones sobre cuestiones sociales y políticas que habrían podido resultar incómodas o comprometedoras para Ezequiel Dauner. A partir de 1930, nuestra autora volverá a firmar con su nombre las colaboraciones en prensa, para no dejar ya de hacerlo nunca.
7Además de ofrecernos versiones rimadas de estos grandes maestros de la poesía, Elisabeth Mulder hizo también, en diversos momentos de su vida, traducciones literarias de Pearl S. Buck (La buena tierra), Georges Duhamel (El notario de El Havre), Charles Morgan (La fuente e Imágenes en un espejo), Gina Kaus (Catalina la Grande) o T. E. Lawrence (Rebelión en el desierto). Además, a finales de los años cincuenta y primeros sesenta, tradujo multitud de libros divulgativos.
8Concretamente para su número 262 (agosto de 1962, año xx), dedicado monográficamente a nuestra autora. El texto gustó tanto a Elisabeth Mulder que luego se incluiría, con leves variantes, en diversas reediciones de La historia de Java.
9Para un estudio detallado de estos relatos primerizos y casi «clandestinos» de Elisabeth Mulder recomendamos la lectura del breve ensayo de María del Mar Mañas «Los cuentos de Elisabeth Mulder en Lecturas y Brisas» (Cuadernos para la Investigación de la Literatura Hispánica, núm. 27, págs. 167-192), así como mi semblanza «Elisabeth Mulder, alba y crepuscular» (Clarín. Revista de Nueva Literatura, año iii, núm. 17, págs. 47-56).
10Publicada en el madrileño diario La Voz, el 18 de julio de 1935.
11En el prólogo a Alba Grey, incluida en Las mejores novelas contemporáneas, vol. xi: 1945-1949, Barcelona, Planeta, 1969.
12«El sexo débil», artículo publicado en La Vanguardia Española, el 14 de agosto 1947, pág. 7.
13También aparecida en La Vanguardia Española, el 28 de diciembre de 1947, pág. 4.
14En una entrevista publicada en el diario ABC, el 10 de junio de 1956.
15En la revista La Jirafa (año IV, núm. 17).
16En un artículo publicado en la tercera página de ABC, el 30 de julio de 1949.
17María Dolores Latz (1908-1960) fue una mujer de exquisita sensibilidad y vasta cultura. Discípula de Max Reinhardt, cursó estudios en la Universidad de Frankfurt y fue profesora en la escuela Montessori de Roma, antes de llegar en una expedición pedagógica a España. Desde 1955 dirigirá en Barcelona la compañía Ciudad Condal y el Teatro Griego de Montjuich e impulsará muy diversas actividades escénicas. Traductora al español de Schiller y Rilke, dejó inéditos muchos poemas. También tradujo al alemán cuentos y obras teatrales de Elisabeth Mulder, y dirigió la reposición de Casa Fontana, con un elenco encabezado por Vicente Parra.
Nuestra edición
Hemos elegido como título de este libro el que Elisabeth Mulder puso a uno de sus poemarios de juventud, en la esperanza de que la incorporación de nuestra autora a una colección tan benemérita como «Obra Fundamental» sirva para devolverle el lugar que le corresponde en la literatura española del siglo xx. Para realizar esta edición hemos seguido dos criterios (aparte, naturalmente, de un criterio de calidad en la selección de los textos): por un lado, nos hemos esforzado en ofrecer una visión panorámica de la obra de Elisabeth Mulder, incluyendo muestras de casi todos los géneros que cultivó; por otro, hemos decidido conceder prioridad a obras de difícil acceso para el lector, con especial atención a las que nunca fueron reeditadas.
Acogiéndonos al primer criterio hemos considerado interesante incluir, por ejemplo, una breve antología poética de la autora. Resulta evidente que Elisabeth Mulder nunca alcanzó como poeta la excelencia que luego lograría como narradora; pero resulta no menos evidente que una mirada panorámica sobre la obra de la autora exigía también reparar en el género al que dedicó más desvelos durante su juventud. También hemos creído oportuno incorporar una selección de sus artículos de prensa, que hemos espigado entre los muchos periódicos y revistas para los que colaboró en diversas etapas de su vida; aunque, para que la selección resulte más congruente (y también más dilucidadora de la evolución de su poética y de sus preferencias y lealtades estéticas), hemos preferido que todos fuesen de asunto literario. Al abarcar, además, un extenso arco temporal nos permiten asistir a la evolución del estilo de nuestra autora.
Infringiendo excepcionalmente el segundo criterio, incluimos en esta edición La historia de Java, que junto con Alba Grey es la obra más veces reeditada de Elisabeth Mulder, por considerar que entre todas las suyas es la mejor. El vendedor de vidas, en cambio, tal vez por ser una novela tardía dentro de su producción, tal vez por ser una excepción entre sus novelas de «gran mundo», nunca ha gozado de la preferencia de los estudiosos y jamás había sido antes reeditada. Además, su extensión relativamente breve nos permitía ofrecerla íntegra a nuestros lectores, acompañada de una selección de cuentos que completan la poliédrica personalidad literaria de la autora.
Deseo expresar mi gratitud a Enrique Dauner, nieto de Elisabeth Mulder, por su generosa colaboración. También a mi padre y a Iñaqui, por la transcripción de unos artículos y poemas casi ilegibles. No me olvido tampoco de Noelia Adánez, a quien contagié mi pasión ya longeva la escritora. Y muy especialmente a Francisco Javier Expósito Lorenzo, responsable literario de la Colección Obra Fundamental, que apostó desde el principio por la recuperación de una autora tan injustamente olvidada.
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