La muerte le sobrevino a don Gastón en abril de 1681 cuando se encontraba en el castillo de Buñol. La imprevisión de tan próximo final hizo que no tuviera redactado testamento. Al no encontrar notario que pudiera recibir el que se disponía a redactar en su lecho de muerte, ordenó testamento nuncupativo ante el rector de la parroquia de Buñol. De él se desprende que también su mujer había ya muerto, puesto que se dirige a su hijo y sucesor como conde de Cervelló, al que deja heredero universal de todos sus bienes. A su hija, la marquesa de Albaida, legaba 200 libras para que hiciera con ellas su voluntad; y a Laura María legaba 1.000 libras para su dote y una pensión vitalicia de 30 libras. Destinaba 1.000 libras para misas por su alma distribuidas por diferentes iglesias, pero favoreciendo a las del condado. Ordenaba que se tomaran de sus bienes tantas libras como fuese necesario para acabar «la obra» que tenía comenzada y adornar la capilla del castillo, de lo que se deduce que se encontraba en Buñol supervisando mejoras en el castillo cuando le llegó el final. 138
Don Gaspar Cervelló y Mercader, cuarto conde de Buñol, y tercer conde de Cervelló, tomo posesión del condado el 30 de abril de 1681. 139 Por requisito del vínculo creado por don Gerardo de Cervelló, hubo de anteponer el apellido Cervelló al de Mercader. 140 En 1685 recordaba al monarca la promesa de tenerlo presente en su solicitud para ocupar el empleo de mayordomo real, con el recelo de que la distancia, «y el no maior conocimiento que ay en esta corte de los vasallos de la Corona de Aragón, le retarden esta fortuna». 141 La anotación al margen pone de manifiesto la inclinación favorable a la concesión, aunque muy probablemente no llegó a disfrutar como consecuencia de su temprana muerte, acaecida en 1686.
Dejó don Gaspar Cervelló y Mercader una notable obra escrita fruto de su afición a las letras, 142 y dos hijos de corta edad, don Francisco María y doña Francisca María. No obstante, en su testamento 143 reconoció tener una hija ilegítima, doña Gregoria Cervelló y Mercader, recluida en un convento de religiosas de Carcagente, a quien dejaba en herencia una renta vitalicia de 30 libras para sus necesidades en el convento. 144 A su hermana, sor Laura María Mercader, novicia en Santa Catalina de Sena, destinó la cantidad necesaria para que profesara en el convento una renta vitalicia de 15 libras, y los alimentos necesarios conforme hasta el momento se le habían ido suministrando. Su hermana Micaela, marquesa de Albaida, recibiría una de las mejores joyas de la casa elegida por su mujer. A su hija Francisca María Cervelló legaba como dote la alquería y tierras de huerta y secano sitas en el término de Picaña, siempre y cuando el matrimonio fuese a gusto y beneplácito de su madre; de lo contrario, solo recibiría una dobla de oro. Y a su hijo y heredero, don Francisco María, una dobla de oro y el vínculo de los condados de Cervelló y Buñol. Su mujer, doña Inés María de Palafox y Folc de Cardona, se quedaba como heredera de sus bienes y le encomendaba la tutoría y curaduría de sus hijos. La diferenciación de estatus existente dentro del servicio doméstico se constata en el desigual legado que don Gaspar les hace, ya que mientras que los criados de escalera arriba –aquellos con servició inmediato a los señores– recibirían una única entrega de 10 libras a cada uno, los de escaleras abajo –lacayos, cocineros, etc.– solo recibirían la mitad. Por último, destinaba 600 libras a gastos de entierro y elegía sepultura en el castillo de Buñol.
Don Francisco María Cervelló y Mercader tomó posesión del condado de Buñol y Villa de Siete Aguas el 4 de julio de 1686. 145 Pero en el año 1700 el condado volvió a estar de nuevo en el centro de las disputas por la muerte sin sucesión del quinto conde. 146 Varios fueron los Mercader que alegaron derechos, entre ellos don Luis Mercader y Calatayud, barón de Cheste y Montichelvo o el canónigo de la Catedral de Valencia, don Francisco Mercader, aunque básicamente el pleito se dirimió entre doña Francisca María Cervelló y Mercader y su primo hermano don Ximén Pérez Mercader, Milà de Aragó, cuarto marqués de Albaida. Se volvían a reproducir similares circunstancias a las acaecidas a la muerte sin sucesión masculina del segundo conde de Buñol don Laudomio Mercader. La condición de mujer de doña Francisca María no la hizo resignarse a quedar fuera de la sucesión, implicó al linaje Castellví por su matrimonio en 1702 con don Juan Basilio de Castellví y Coloma, primogénito del marqués de Villatorcas, 147 e incluso después de la sentencia estuvo utilizando el título de condesa de Buñol y llegó a pleitear por su uso. El 4 de abril de 1705 los jueces de la Real Audiencia de Valencia dictaron sentencia a favor del cuarto marqués de Albaida, sentencia apelada por todos los litigantes, y de obligada ejecución desde abril de 1709. 148
* * *
Tras una etapa medieval de progresivo ascenso, el linaje Mercader se presenta, en época moderna, sólidamente asentado en la cúspide de la pirámide social valenciana. Así, si en las Cortes de 1465 Berenguer Mercader y Miró y su hijo Pere Mercader y Mercader aparecían registrados en la lista de los 97 caballeros convocados, en las Cortes celebradas en Valencia en 1604 la familia Mercader aparecerá en el registro de nobles asistentes. A ello se suma el hecho de ser favorecido don Gaspar Mercader y Carròs, y con él a los sucesores en el linaje, con la concesión del título de conde de Buñol. 149 Mediante los servicios prestados a la Monarquía desde la Bailía General de Valencia, la familia Mercader fue acumulando honor, poder y patrimonio. En torno al entramado familiar fueron construyendo la estructura de soporte de su promoción, primando en ello la utilidad práctica del matrimonio, como estrategia de ascenso social. La plasmación de su éxito se revela en parte mediante el incremento de las cuantías dotales, las cuales manifiestan el prestigio de la Casa. La posesión de un señorío territorial y jurisdiccional les confirió, además del prestigio que este otorgaba ante sus iguales, el principal sostenimiento económico del linaje para poder vivir de rentas y al más puro estilo nobiliario.
1 R. Molina Recio: «La historiografía española en torno a las élites y la historia de la familia. Balance y perspectivas de futuro», en Las élites en la época moderna: La Monarquía Española , vol. 2, Familia y redes sociales , Córdoba, 2009, pp. 9–38.
2 E. Cruselles y E. Díes: «Buñol en la Edad Media», en VV. AA.: Historia de Buñol , Valencia, 2007, pp. 173–217.
3 C. López Rodríguez: Nobleza y poder político. El Reino de Valencia (1416–1446 ), Valencia, 2005, p. 76.
4 E. Cruselles y E. Díes, op. cit ., p. 203.
5 No era la primera vez que los territorios se veían enajenados del Patrimonio Real: en 1304 pasaron de manos de la Monarquía a propiedad personal del infante Alfonso, futuro conde de Urgell. En 1412 el Compromiso de Caspe truncó las pretensiones al trono de Jaume de Urgell, alzando en armas sus territorios contra el monarca. Fracasada la sublevación y doblegado Buñol a la obediencia real se ejecutó la confiscación de los bienes del conde, con lo que el señorío de Buñol retornó al Patrimonio Real. Para controlar el castillo, Fernando I designó como alcaide a Berenguer Mercader, hijo del baile general del Reino, Juan Mercader. E. Cruselles y E. Díes, op. cit ., pp. 187 y ss.
Читать дальше