1 ...7 8 9 11 12 13 ...16
Fig. 5. Recortes de las portadas del diario ABC , Madrid, 7 y 8 de marzo de 1939. Fuente : < http://hemeroteca.abc.es>.
Buena parte de los órganos de poder del Frente Popular, excepto el Partido Comunista, se alinearon con la Junta. Negrín se reunió ese día con sus ministros en la denominada Posición Yuste, cerca de Elda. Miaja opuso varios pretextos para no asistir, tal como hizo Casado, quien no consideraba prudente abandonar Madrid, si bien dispuso un vuelo hacia Elda con los ministros que había en la capital. Al quedar interrumpida la reunión gubernamental por la cena, se escuchó a Augusto Fernández, locutor de Unión Radio, quien introdujo a Besteiro. Como portavoz de la Junta, este presentó la ilegitimidad del Gobierno. Luego tomaron la palabra Mera y Casado. Fue entonces cuando se comunicó el Manifiesto del Consejo Nacional de Defensa, denominación del organismo constituido aquella noche (Tuñón de Lara, 2000: 818-820).
Tras enterarse de la rebelión en Madrid, Negrín decidió no actuar, aunque los comunistas madrileños sí lo hicieron. En las calles de la capital se desató una guerra interna al desencadenarse enfrentamientos armados entre partidarios de uno y otro sector, 68mientras los fascistas aguardaban a fin de tomar una ciudad que se les había resistido durante tres años. Finalmente, junto con su Gobierno, Negrín emprendió el viaje del exilio y en Madrid continuaron los combates entre republicanos, aunque, tal como Aub expresó a través de un escueto diálogo ( Campo del Moro , VII/1), fechado el 13 de marzo de 1939, Casado y Besteiro terminaron reconociendo su fracaso. Con su actuación, pues, el Consejo derrumbó los últimos vestigios de legitimidad republicana para nada, y «la historia de la sublevación, en toda su absurda inutilidad, ya cabe en cuatro líneas» (Soldevila, 1973: 98):
Sale un militar del despacho de Casado. Entra Besteiro. Están solos.
–¿Y de Burgos?
–Parece que no quieren saber nada como no sea la rendición incondicional.
Este golpe a la República sigue siendo objeto de estudio para historiadores que indagan tan dramático episodio. Es el caso de Paul Preston, quien, en El final de la guerra. La última puñalada a la República (2014), comienza sintetizando así el acontecimiento referido:
Esta es la historia de una tragedia humanitaria evitable que costó muchos miles de vidas y arruinó decenas de miles más. Tiene numerosos protagonistas, pero se centra en tres individuos. El primero, el doctor Juan Negrín, víctima de lo que se podría llamar una conjura de necios, trató de impedirla. Los otros dos fueron responsables de lo acontecido. Uno, Julián Besteiro, actuó con ingenuidad culposa. El otro, Segismundo Casado, con una sorprendente combinación de cinismo, arrogancia y egoísmo. / El 5 de marzo de 1939, el coronel Casado, un eterno insatisfecho que desde mayo de 1938 era comandante del Ejército Republicano del Centro, lanzó un golpe militar contra el Gobierno de Juan Negrín. Irónicamente, así provocó que el final de la Guerra Civil española fuese casi idéntico al comienzo. Como habían hecho Mola, Franco y los demás conspiradores de 1936, Casado dirigió a una parte del ejército republicano en una revuelta contra su Gobierno. Aseguraba, como habían hecho los anteriores, y también sin fundamento alguno, que el Gobierno de Negrín era una marioneta del Partido Comunista y que se avecinaba un golpe de Estado inminente para instaurar una dictadura comunista […] Nada apunta que fuera así («1. Una tragedia innecesaria»).
En Campo del Moro , el relato histórico se entreteje con otros ficticios también trufados por signos de la traición –tema principal–, el amor, la solidaridad, la vida y la muerte. De esta manera, los hechos bélicos verificables se alternan con aquellos propios de personajes cuyas relaciones sirven de bisagra entre lo histórico y lo ficcional: Lola Beltrán y Vicente Dalmases, Rosa María Lainez y Víctor Terrazas, Manuela y Carlos Riquelme, Mercedes y Julián Templado, o la presencia del socialista Juan González Moreno, una configuración magistral. 69
Testimonios orales, epístolas, fuentes historiográficas
No me sirvió nunca la memoria con fidelidad, he recurrido constantemente a la de otros. A veces, he tenido de un mismo suceso, en los que participaron varios, hombro con hombro, versiones dispares. Es achaque humano, nadie ve nada igual, es decir, todos ciegos, sin contar que no somos cíclopes y dos, cuatro, seis ojos ven más que uno; pero siempre desde ángulos distintos. La novela no es sino reducir a memoria lo olvidado o lo imaginado, que viene a ser para los demás lo mismo (ms. 1, f. suelto entre ff. 1 y 2).
Como labor previa a la creación conversé con algunos de los protagonistas de las distintas facciones, que intervinieron en el levantamiento de Casado y Besteiro contra el Gobierno de Negrín. La acción que ocurre en Madrid se circunscribe a una semana, la semana que precede a la capitulación y al desastre (Aub, en Carballo [1963]).
Antes de la escritura de los Campos , Aub recogió numerosos testimonios orales y epistolares, al tiempo que se documentó con libros de Historia y memorias de los protagonistas. Ello lo corrobora, por ejemplo, el aludido epistolario entre Aub y Tuñón de Lara, que informa de fuentes historiográficas utilizadas por el escritor. Inmerso en su obra creativa, en sus cartas de 1962 Aub menciona reiteradamente Campo del Moro , cuando no menos atareado andaba Tuñón de Lara en la preparación de La España del siglo XX (1966): «He aquí los libros que me tienen de cabeza […]: Zugazagoitia: Historia de la Guerra de España . Edmundo Domínguez: Los vencedores de Negrín . López Fernández: Defensa de Madrid . Lo demás que busco es prensa». 70En su respuesta a Tuñón, el 14 de mayo de 1962 Aub le dijo: «Referente a los libros que me pides no habrá inconveniente con los de Domínguez y López. 71El de Zuga es inencontrable. En su tiempo, manejé el de Miaja. […] Del libro de Domínguez son útiles todos los datos mientras no se refieran a él directamente. Se portó cochinamente y escribió el libro para justificarse». 72
En concreto, entre las fuentes escritas de la Historia, Aub manejó Freedom’s Battle (1940), de Julio Álvarez del Vayo, el libro citado de Domínguez y The Last Days of Madrid del coronel Casado, que había visto la luz en Londres en 1939. 73Otras fuentes históricas fueron el documento del fiscal republicano Leopoldo Garrido 74(«Obreros españoles, pueblo de la España antifascista…»), transcrito casi literalmente por Aub en el capítulo 8 de la II parte; el informe titulado «Rodríguez Vega», así como otros informes (Lafuente, Cabezas) que, en buena medida, le sirvieron para preparar Campo de los almendros . También manejó citas muy puntuales (Heródoto o Aristóteles), y, sobre todo, palpita la presencia de Costa, Pi i Margall, Saavedra Fajardo, Gracián, Cadalso, Larra, Unamuno, así como la impronta de Lope, Cervantes, Quevedo o Galdós. De hecho, en la novela, conforman una red intertextual explícita el soneto «Al sueño» de Lupercio Leonardo de Argensola; las obras Angelita y Lecturas Españolas de Azorín ; los aforismos de José Bergamín en El cohete y la estrella y La cabeza a pájaros ; las resonancias de La vida es sueño de Calderón de la Barca y de las Doloras de Campoamor; la huella de Cervantes: Don Quijote de la Mancha , la novela ejemplar La gitanilla y el drama Numancia –también intertexto de Campo abierto –; ecos de Espronceda: El Diablo Mundo , Jorge Manrique: Coplas a la muerte de su padre , Luigi Pirandello: Il fu Mattia Pascal , el Poema de Mio Cid , y también se alude expresamente a la novela unamuniana San Manuel Bueno, Mártir , las Sonatas de Valle, Don Juan Tenorio , de Zorrilla, y El antiguo Madrid, paseos histórico-anecdóticos , de Ramón de Mesonero Romanos, cuya cita otorga el título a la novela. 75
Читать дальше