ÍNDICE
ESTUDIO INTRODUCTORIO Estudio introductorio Javier Lluch-Prats (Universitat de València)
Javier Lluch-Prats Estudio introductorio Javier Lluch-Prats (Universitat de València)
CAMPO DEL MORO Max Aub CAMPO DEL MORO Edición crítica de Javier Lluch-Prats
I. 5 de marzo de 1939
II. 6 de marzo
III. 7 de marzo
IV. 8 de marzo
V. 9 de marzo
VI. 12 de marzo
VII. 13 de marzo
APARATO CRÍTICO: VARIANTES TEXTUALES
NOTAS DEL ESTUDIO INTRODUCTORIO
NOTAS DE CAMPO DEL MORO
GALERÍA DE PERSONAJES HISTÓRICOS
GLOSARIO DE VOCES ESCOGIDAS
BIBLIOGRAFÍA
Javier Lluch-Prats (Universitat de València)
I. LA FERTILIDAD EJEMPLAR DEL TALLER DE MAX AUB: LA CREACIÓN DE CAMPO DEL MORO
El taller de Max Aub es una feliz designación del espacio, tanto físico como simbólico, en que sus textos tomaron cuerpo. Un espacio atravesado de experiencias vitales que generaron múltiples interpretaciones del mundo en que vivió, particularmente convulso, y que Aub representó con la perspectiva de quien fue testigo, víctima y superviviente de decisivos acontecimientos históricos. Modélica para definir la complejidad del sujeto y el arte modernos, su obra ilumina aquel tiempo crítico y, por consiguiente, también el nuestro. En su taller, al compás de voces colaterales como innovación, experimentación, creación, proceso, renovación y escritura, esta última venía a interrumpirse cuando Max Aub aprobaba una versión determinada. En un momento de equilibrio, el escritor disponía su obra para el lector, si bien antes o después de publicarla podía retomarla, modificarla y hasta rechazarla, como evidencia, pongamos por caso, la escritura en despliegue de su novela Luis Álvarez Petreña , que vio la luz en 1934, 1965 y 1971. 1
En su escritura, los frecuentes cambios obedecen a acciones propias de ese taller. Por lo general, estas derivan de la revisión de un texto, bien por evolución personal, artística e ideológica de Aub, bien por su voluntad perfeccionista, como pone de relieve Campo del Moro , novela cuya recepción por la crítica y los lectores, como veremos, exhibe la tan dificultosa vuelta editorial de un escritor exiliado a la España franquista, donde la censura impedía el acceso o lo autorizaba generalmente con tachaduras y modificaciones. 2
Con una excelente factura, esta novela focaliza los últimos y trágicos días del Madrid republicano en marzo de 1939. Se integra en el ciclo narrativo El laberinto mágico 3y es fruto de la etapa de madurez de Max Aub, en la cual llevó a cabo una incesante tarea creadora. En México, no es de extrañar que José de la Colina lo llamara Max Aún (Otaola, 1999: 48), un ingenioso apelativo motivado por su asombrosa fecundidad, a la que Vicente Aleixandre, también amigo de Aub, aludiría como «fertilidad ejemplar» en una epístola de 1960. 4En efecto, así puede referirse su producción en los años sesenta: justo en 1963, además de este Campo Aub publicó «De la novela de nuestros días y de la española en particular», ensayo que cuatro años después incluyó en Hablo como hombre ; 5la obra poética Antología traducida ; 6el drama en tres actos titulado Los muertos ; 7los relatos El cementerio de Djelfa y Un atentado , 8modificado y ampliado, precisamente, en el capítulo 4 de la I parte de Campo del Moro . Al mismo tiempo, Aub preparaba su Manual de Historia de la Literatura Española , que publicaría en 1966; escribía Campo de los almendros , publicada en Mortiz en 1968, y preparaba Los sesenta , 9revista literaria cuya andadura iniciaría en 1964 con este propósito sintetizado en la solapa de su primer número:
Lo dice el título. Esta revista se publica durante la sexta década del siglo y solo colaboran en ella quienes hayan o hubieran cumplido sesenta años. Cuidan de ella y de ello: Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Max Aub y Jorge Guillén; secretario de redacción: Bernardo Giner de los Ríos.
En su taller, junto con sus trabajos publicados, Aub guardaba múltiples materiales de escritura, tantos de ellos repletos de notas metaescriturarias: libretas, agendas, cuadernos, folios y cuartillas con borradores de sus publicaciones, en gran parte conservados en la Fundación Max Aub (FMA, a partir de ahora). En su archivo, además, hay desde reseñas críticas sobre su obra, un nutrido epistolario y páginas de signo testimonial, hasta fondos hemerográficos, bibliográficos y fotográficos. En concreto, de Campo del Moro , durante el proceso de rastreo y acopio de testimonios manuscritos, ediciones y reimpresiones, así como de posibles fuentes historiográficas, reseñas epocales y estudios críticos, di con dos cuadernos autógrafos que, en gran medida, contenían el manuscrito de la novela. De tal modo, su identificación, evaluación e interpretación posibilitaron indagar y recrear cómo Aub organizó desde notas sueltas a secuencias narrativas; cómo pudo conformar una estructura novelística al transcribirlas; cómo logró «ensamblar definitivamente estos retazos» 10–siguiendo las palabras del autor–; en suma, cómo Aub debió de obrar en su taller para escribir esta novela sin par.
Génesis de Campo del Moro
La crónica del hallazgo de este manuscrito comenzó, en la FMA, al consultar el catálogo de copias mecanografiadas y manuscritos conservados de las novelas aubianas. No había registro alguno de Campo del Moro , concebida como la primera parte, denominada Los traidores , de un amplio proyecto narrativo –e inicialmente dramático– anunciado originalmente como Historia de Alicante . Al seguirle la pista al manuscrito titulado Los traidores , las sospechas se confirmaron: sus páginas albergaban una parte considerable del autógrafo de Campo del Moro . 11Luego, transcrito su texto, el cotejo con la primera edición de Mortiz exhibió el valor del cuaderno: aparte de recoger apuntes y secuencias narrativas completas, registra la planificación de la obra, posibles títulos y hasta fichas de algunos personajes. Asimismo, las variantes textuales despejan pasajes ambiguos y permiten subsanar lagunas de la primera edición, tal como muestra el aparato crítico de variantes de esta edición.
Por otra parte, en el periodo en que transcribí dicho autógrafo, la FMA inició la digitalización de documentos del extraordinario archivo aubiano: epístolas, reseñas de prensa, documentos personales y manuscritos como el antedicho. 12Por entonces llamó mi atención un segundo cuaderno titulado Campo francés 13(1965), cuyas características formales similares al anterior despertaron nuevas sospechas. Por fortuna, contenía parte del Campo mencionado, mas también textos de Campo de los almendros , Campo del Moro y, como el primer cuaderno, anotaciones personales, dibujos, esbozos de textos narrativos y hasta apuntes ensayísticos, los cuales son reflexiones escritas por Aub tal vez con la idea de utilizarlas como prólogos, en ensayos o para la solapa o la contracubierta de alguno de sus libros. Esos fragmentos de ambos cuadernos –que analicé en otro lugar (Lluch, 2004)–, en su conjunto revelan claves interpretativas de su labor creadora: los estímulos que lo llevan a escribir acerca de la Guerra Civil española; su concepción de la Novela y su relación con la Historia; la evolución de su estilo; la génesis y los personajes de El laberinto mágico . 14
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