Primera edición, 2021
D.R. © Universidad de Guadalajara
Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades
Coordinación Editorial
Guanajuato 1045, Col. Alcalde Barranquitas, CP 44260, Guadalajara, Jalisco, México
ISBN 978-607-571-322-9
Editado y hecho en México / Edited and made in Mexico
El español hablado en Guadalajara se terminó de editar en noviembre de 2021 en Editorial Página Seis, S.A. de C.V. Teotihuacán 345, Ciudad del Sol CP 45050, Zapopan, Jalisco, México.Tel. 33 3657 5045. La edición consta de 1 ejemplar.
Diseño de mapas de interiores y portada: Celio Rivera Barreto.
Índice
Agradecimientos Agradecimientos El corpus PRESEEA-Guadalajara no hubiera sido posible sin la participación comprometida de los estudiantes de la licenciatura en Letras Hispánicas y de cuatro estudiantes de la maestría en Lingüística Aplicada de la Universidad de Guadalajara. El reconocimiento a su trabajo queda plasmado en las tablas de entrevistadores en las que se registran sus nombres. Nuestro agradecimiento es permanente. Este proyecto gozó del apoyo financiero para Cuerpos Académicos de PRODEP. Este libro fue financiado gracias al apoyo del programa PROSNI-2021: Programa de Apoyo a la Mejora en las Condiciones de Producción de los Miembros del SNI y SNCA del CUCSH.
Presentación Presentación A cinco años de haber iniciado el proyecto del Corpus sociolingüístico del habla de Guadalajara, hemos concluido la transcripción y terceras revisiones de las 72 grabaciones representativas de hombres y mujeres de tres niveles de instrucción y de tres grupos generacionales, según la metodología del Proyecto de Estudios Sociolingüísticos del Español de España y de América (PRESEEA), coordinado por Francisco Moreno Fernández, con el apoyo de Ana María Cestero Mancera en la coordinación técnica. El presente volumen se compone de cinco partes. En la primera, «El estudio del habla de Guadalajara. Antecedentes», abordamos los corpus sobre el habla de la ciudad que han antecedido al presente. Previo al puntual recorrido sobre los diversos ejercicios para capturar el habla de nuestra ciudad, nos hemos concedido una licencia histórica al presentar una viñeta sobre el sentido y el gozo de retratar el entorno cultural de Guadalajara con «verdad y belleza». En la segunda parte, «PRESEEA–Guadalajara», hacemos referencia a algunas particularidades de la metodología PRESEEA con que se realizó el presente trabajo. Le siguen datos demográficos que ya habíamos presentado en Viven para contarla: el habla de Guadalajara (2018), aunque actualizados con el censo realizado en el año 2020 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. En la tercera, cuarta y quinta parte, se desglosan los tres grupos de hablantes. Se presentan primero los 24 de instrucción primaria, y seguimos con los grupos de instrucción media e instrucción superior, con la misma cantidad de entrevistados cada uno. En cada grupo se presentan el nombre de los entrevistadores (casi todos ellos, en su momento, estudiantes de la licenciatura en Letras Hispánicas de la Universidad de Guadalajara); la fecha de la entrevista; el perfil sociolingüístico de los entrevistados; así como algunas condiciones pragmáticas, como la edad del entrevistador y del entrevistado, el lugar en que ocurrió la entrevista y el grado de conocimiento entre los hablantes. Cada grupo de hablantes está acompañado de un mapa en el que se cruza el grado de instrucción con las variables de sexo y edad. Una vez geolocalizado el domicilio de cada hablante, se hizo un discreto desplazamiento para preservar la privacidad de los entrevistados. Con los mapas es posible ubicar los distritos urbanos a los que pertenecen los hablantes. Las transcripciones aparecen en el mismo orden: hablantes de instrucción primaria, media y superior. Cada transcripción aparece sin formato y con las etiquetas correspondientes a la metodología de PRESEEA.
Parte I Parte I
El estudio del habla de Guadalajara. Antecedentes El estudio del habla de Guadalajara. Antecedentes Una viñeta histórica: fotografiar a Guadalajara con verdad y belleza La noche del 31 de agosto de 1890, el diablo se apareció en Guadalajara. Según el Diario de Jalisco, sus gritos brotaban desde «un pozo estrecho y como de siete varas de profundidad» entre el Paradero y la Villa de San Pedro. Estos llegaron a oídos de dos transeúntes, quienes, resueltos a matarlo, comenzaron a cegar el pozo con tierra y piedras. No lo consiguieron, pues, cediendo ante la codicia, aceptaron los diez pesos con que el demonio los tentó para que lo sacaran. Por fin, a pesar de una «luxacción» y de «algunos golpes contusos», se cumplió el rescate (Diario de Jalisco, 2 de septiembre de 1890, p. 4). En realidad, los gritos que resonaban no eran de terror, sino de auxilio. El pozo no era una puerta al inframundo, sino uno de los numerosos agujeros cavados a lo largo de la vía del ferrocarril que seguían abiertos, bien que la jefatura política hubiera ordenado taparlos. Las partes del cuerpo dislocadas no fueron la cola y los cuernos, sino un brazo y un pie. Quien acabó magullado, luxado y casi lapidado no fue Satanás, sino un «caballero tan estimable» que había caído en esa hondura mientras caminaba rumbo a San Pedro. El accidentado respondía al nombre de Octaviano de la Mora, «el conocidísimo fotógrafo» (p. 4) cuyo establecimiento descollaba como «el mejor de Guadalajara: està [sic] montado con lujo; el gusto más exigente puede estar seguro de quedar complacido» (Reyes y Zavala, 1989, p. 33). Junto con Lorenzo Becerril, Antíoco Cruces y los hermanos Valleto, Octaviano de la Mora personifica a uno de los maestros del retrato de estudio en México durante la segunda mitad del siglo XIX (Negrete, 2007, p. 43). «VERDAD Y BELLEZA» le sirvió de divisa. Esta figuraba en las cartulinas satinadas con esquinas redondeadas y doradas sobre las que montaba las imágenes (Orendáin, 1969, p. 112), en sus anuncios publicitarios en la prensa y en su sello. De la Mora buscaba la verdad al «apegarse todo lo posible a la realidad en interiores y exteriores», reproduciendo con iluminación, utilería y escenarios «[e]l ámbito que rodeaba al cliente […] en concordancia con sus aficiones, método de vida o profesión» (p. 111). La belleza nacía de «elegir la colocación, postura y elementos decorativos que convenían al mejor éxito de la fotografía» (p. 110). Ser fiel a su divisa le permitió inmortalizar a «bellas damas, apuestos caballeros, respetables eclesiásticos y profesionistas distinguidos» (p. 110) de Guadalajara, incluso, a Porfirio Díaz y a Carmen Romero Rubio de Díaz, tras mudarse a la Ciudad de México.
Una viñeta histórica: fotografiar a Guadalajara con verdad y belleza El estudio del habla de Guadalajara. Antecedentes Una viñeta histórica: fotografiar a Guadalajara con verdad y belleza La noche del 31 de agosto de 1890, el diablo se apareció en Guadalajara. Según el Diario de Jalisco, sus gritos brotaban desde «un pozo estrecho y como de siete varas de profundidad» entre el Paradero y la Villa de San Pedro. Estos llegaron a oídos de dos transeúntes, quienes, resueltos a matarlo, comenzaron a cegar el pozo con tierra y piedras. No lo consiguieron, pues, cediendo ante la codicia, aceptaron los diez pesos con que el demonio los tentó para que lo sacaran. Por fin, a pesar de una «luxacción» y de «algunos golpes contusos», se cumplió el rescate (Diario de Jalisco, 2 de septiembre de 1890, p. 4). En realidad, los gritos que resonaban no eran de terror, sino de auxilio. El pozo no era una puerta al inframundo, sino uno de los numerosos agujeros cavados a lo largo de la vía del ferrocarril que seguían abiertos, bien que la jefatura política hubiera ordenado taparlos.
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