, pasando por Ceuta
3 3 El Principe, La Restinga, cabo Negrete, Río Martín, Las Torrecillas, Rincón de Mehedik, cabo Espartel, Hauara, Arcila, Las Cuevas, Punta Negra, Jolot, Kenitra núm. 1, Kenitra núm. 2, Kenitra núm. 3, Fedala y Agadir. 4 Arzew y Mastagali. 5 Sidi Daud, Monastir, La Guaria, Ras al Mar, Cab-Sedid. 6 Faviana, Fornica, cabo San Vito, Chaca, Torreta y Checuliana 7 Cabo de Gata, Águilas, Azodía, Tabarca, Paraíso, Alcocó, Benidorm, Calpe, Moraira, Jávea, Castellón, Ametla de Mar, Salou, Roses y Formentera. 8 Carlos Llorca Baus, Historia marinera de Benidorm, 1781-195 9, Benidorm, Ayuntamiento de Benidorm, 1994, pág. 74.
, Argelia
4 4 Arzew y Mastagali. 5 Sidi Daud, Monastir, La Guaria, Ras al Mar, Cab-Sedid. 6 Faviana, Fornica, cabo San Vito, Chaca, Torreta y Checuliana 7 Cabo de Gata, Águilas, Azodía, Tabarca, Paraíso, Alcocó, Benidorm, Calpe, Moraira, Jávea, Castellón, Ametla de Mar, Salou, Roses y Formentera. 8 Carlos Llorca Baus, Historia marinera de Benidorm, 1781-195 9, Benidorm, Ayuntamiento de Benidorm, 1994, pág. 74.
, Túnez
5 5 Sidi Daud, Monastir, La Guaria, Ras al Mar, Cab-Sedid. 6 Faviana, Fornica, cabo San Vito, Chaca, Torreta y Checuliana 7 Cabo de Gata, Águilas, Azodía, Tabarca, Paraíso, Alcocó, Benidorm, Calpe, Moraira, Jávea, Castellón, Ametla de Mar, Salou, Roses y Formentera. 8 Carlos Llorca Baus, Historia marinera de Benidorm, 1781-195 9, Benidorm, Ayuntamiento de Benidorm, 1994, pág. 74.
, Sicilia
6 6 Faviana, Fornica, cabo San Vito, Chaca, Torreta y Checuliana 7 Cabo de Gata, Águilas, Azodía, Tabarca, Paraíso, Alcocó, Benidorm, Calpe, Moraira, Jávea, Castellón, Ametla de Mar, Salou, Roses y Formentera. 8 Carlos Llorca Baus, Historia marinera de Benidorm, 1781-195 9, Benidorm, Ayuntamiento de Benidorm, 1994, pág. 74.
o por todo el Mediterráneo español
7 7 Cabo de Gata, Águilas, Azodía, Tabarca, Paraíso, Alcocó, Benidorm, Calpe, Moraira, Jávea, Castellón, Ametla de Mar, Salou, Roses y Formentera. 8 Carlos Llorca Baus, Historia marinera de Benidorm, 1781-195 9, Benidorm, Ayuntamiento de Benidorm, 1994, pág. 74.
– fueron capitaneadas por arráeces de Benidorm, a las que hay que sumar las redes de protección antisubmarino que Francisco Pérez Llorca y su padre calaron delante del puerto de Mallorca en 1936.
El arráez Jacinto Vaello, 1963. Fotografía de Jesús Navarro.
Mi vínculo de sangre con la almadraba es (nótese el cariño y el orgullo) mi tío Jacinto Vaello Llorca, nacido en Benidorm el 20 de julio de 1923. Gracias a él he vuelto la mirada a lo que tenía más próximo, la historia de mi casa. A sus 89 años no puede acompañarme y se queda en Benidorm nervioso, esperando mi llamada: —“conta’m quantes tonyines heu mort”.
A mi arráez le he prometido que a la vuelta de cada jornada le pasaré un informe detallado para que compartamos la almadraba a cientos de kilómetros de distancia. Gracias a él, a sus explicaciones y sus consejos, comprendo que la almadraba no es sólo la pesca (y su clímax, el momento de la levantada) sino todo un largo proceso que empieza a principios de marzo con el calamento (que es la parte más importante y casi nadie le presta atención); y que concluye a finales de junio con la leva. Aunque estas fechas dependen de si es una almadraba de derecho o de revés. Si pesca los atunes de “derecho” o venida desde el Atlántico (que por cierto, son los atunes más gordos y de mejor calidad) acaban en esa fecha; pero si cala de “revés”, es decir, que también pesca los atunes de retorno del Mediterráneo al atlántico, que vuelven una vez desovada la cría (más magros y delgados), termina la primera quincena de septiembre.
Él ha sido mi arma secreta, mi inspiración, mi compañero de travesía. Su implicación en este proyecto ha sido absoluta, ayudándome a poner nombre a las cosas, explicándome las maniobras y haciéndome entender el delicado equilibrio de fuerzas que reina en una almadraba. Por ejemplo: dependiendo del tipo de pesca, si es pescado chico –como bonito o melva– o si son mayoritariamente atunes rojos, la malla de la red es más clara o más tupida. Como la almadraba es un arte fijo, siempre es conveniente que sea lo más clara posible para que no ejerza mucha resistencia a las corrientes y la rompa. El calibre de la malla condiciona el peso de la cadena, el número de anclas y el número de flotadores… todo está íntimamente ligado, milimétricamente diseñado para interponer un muro de redes en el paso de los atunes que los obligue a entrar en el cuadro a través de los endiche de la boca de la almadraba y, una vez dentro, perderse en sus entrañas.
Con esta compañía llegaba a Barbate en busca de una de las últimas almadrabas españolas. En el Algarve portugués quedan un par, en Favignana (Sicilia) otra y en Marruecos unas catorce o quince. No hay más en todo el mundo en la actualidad. Realmente, en España quedan cinco. La más pequeña está en La Azohía (bahía de Mazarrón), las otras en la provincia de Cádiz. En Tarifa se encuentra la almadraba más oriental, su nombre es Los Lances de Tarifa. La de Zahara de los Atunes está enclavada en cabo Plata. La almadraba de Barbate está situada en la misma bahía de Barbate, mientras que la de Conil está calada frente al cabo Roche.
Mi intención es fotografiar la almadraba aunque ya sé que es casi imposible. Fotografiar este inmenso laberinto erigido desde el fondo del mar –aquel laberinto que Llorca Baus llamó “castillo de redes” por su gran envergadura, disposición y sofisticación, que le asemejaban al plano de una fortaleza– es como fotografiar un iceberg o una gran ciudad, como describe Luis Rosales:
La almadraba es una ciudad
una ciudad hecha de cáñamo y esparto,
una ciudad desierta y submarina
con una larga cola –puede tener varios kilómetros–
que se apoya en la costa y se interna en el mar,
y su función consiste en orientar la pesca hacia su perdición
que está compuesta por tres compartimientos sucesivos:
el buche, el bordonal y la cámara de la muerte. (sic.)
Por su carácter de estación terminal en el viaje sin retorno,
tiene forma de laberinto, y,
en efecto,
debo decir que la almadraba
es una perdición matemáticamente construida 8 8 Carlos Llorca Baus, Historia marinera de Benidorm, 1781-195 9, Benidorm, Ayuntamiento de Benidorm, 1994, pág. 74.
.
Sólo veré los hombres, los barcos (la sacada o batel, la testa, el barco de canto de fuera y el barco de canto de tierra, las lanchas del arráez, el sotarráez y el tercero; el atajo grande y el atajo chico, el barco tapabocas, el vigilante, el barco luz, los barcos para el remolque y los botes auxiliares), las boyas y los perros (un tipo de flotadores). Me tendré que imaginar el muro de la rabera de tierra de casi 4 kilómetros y 50 metros de profundidad formada por varios cuarteles (el primero se llama palmatorres); el cuadro de 365 metros formado por: el cuadrillo, la cámara (con su correspondiente boca), el buche, el bordonal (que, actualmente, sólo se cala en Barbate, con sus correspondientes puerta y mojarcio del bordonal) y el copo. A continuación se dibujarán en el mar la legítima, la contralegítima, y la rabera de fuera de 1.700 metros… Hablo en metros y lo hago sólo para entendernos, pues la almadraba es mucho más antigua que nuestro joven sistema cegesimal y para hablar con corrección debería de hablar de otras unidades de medida como la cana, una vara que medía 1,82 metros y por la que se regían todas las almadrabas. De ese modo sería más preciso decir que, por ejemplo: las redes para el cuadro se definían de 6 en cana, equivalente a 30 centímetros por carrera, de 5 en cana para palmatorres y cuadrillo, equivalente a 36 centímetros por carrera, de 4 en cana para la rabera de tierra, equivalente a 45 centímetros por carrera y la de 3 en cana para la rabera de fuera, equivalente a 60 centímetros por carrera…
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