Sinisa Malesevic - El auge de la brutalidad organizada

Здесь есть возможность читать онлайн «Sinisa Malesevic - El auge de la brutalidad organizada» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El auge de la brutalidad organizada: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El auge de la brutalidad organizada»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Frente a la creencia generalizada de que la violencia organizada experimenta un declive continuo a lo largo de la historia, este libro ofrece un análisis sociológico en profundidad que revela que, en realidad, va en aumento. Malesevic demuestra que la violencia está determinada por la capacidad organizativa, la penetración ideológica y la microsolidaridad, más que por las tendencias biológicas, lo que significa que, a pesar de que las sociedades premodernas están expuestas a espectáculos de crueldad y tortura, no cuentan con los medios organizativos necesarios para matar sistemáticamente a millones de personas. El autor sugiere que la violencia no solo debe analizarse como un acontecimiento o un proceso, sino también a través del cambio en la percepción de esos acontecimientos y procesos. Y expone su argumento principal en torno a la proliferación de la violencia organizada a partir de la vinculación de esta cuestión con otras transformaciones sociales más amplias que se producen en el ámbito de las relaciones entre entidades políticas o entre grupos. Este libro, que se centra en las guerras, las revoluciones, los genocidios y el terrorismo, muestra cómo las organizaciones sociales modernas utilizan la ideología y la microsolidaridad para movilizar el apoyo popular en favor de la violencia a gran escala.

El auge de la brutalidad organizada — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El auge de la brutalidad organizada», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Además de cuestionar la dimensión física, los investigadores también han debatido la idea de la intencionalidad. Aunque muchos actos de violencia están planeados y calculados, y son premeditados, la mayoría de los desenlaces violentos se producen de manera involuntaria. Por un lado, cuando se analiza un episodio violento, es necesario distinguir entre el motivo de la persona y el resultado de la acción concreta. Como señala Felson (2009) de manera acertada, para explicar adecuadamente los procesos que llevan a la violencia, es importante tener en cuenta a todas las personas involucradas, no solo a las víctimas y a los que observan, sino también a los que la perpetran, ya que sus motivos también varían. En muchos casos, la motivación del autor del acto violento puede no estar vinculada necesariamente a los desenlaces violentos que se producen. Esta cuestión puede ampliarse aún más para diferenciar entre los conceptos legales y sociológicos de la violencia. Si bien los sistemas legales de todo el mundo se centran, por razones obvias, en las víctimas de la violencia y como tales tienen que operar con los significados fijos de lo que constituye un acto violento, la comprensión sociológica de las experiencias individuales y colectivas de la violencia presenta inevitablemente más matices. Mientras que en los sistemas legales el énfasis descansa en la responsabilidad y en la intencionalidad individual, u ocasionalmente colectiva, de los actos violentos según la forma en que la ley define la actividad criminal, la sociología se centra en explicar la compleja dinámica de los episodios violentos. Dado que cada situación o episodio violento es diferente y muchos están causados por la confluencia de diferentes factores, algunos de los cuales podrían no tener un único origen o podrían no estar necesariamente planeados, el análisis sociológico rara vez dará respuestas que satisfagan a los expertos legales. Por ejemplo, una agresión física a un oficial de policía es algo que está claramente definido y es severamente castigado en la mayoría de los sistemas legales de todo el mundo. Dado que la agresión a la policía se interpreta legalmente y casi de manera uniforme como un ataque al Estado, la dureza del castigo legal no está determinada por la experiencia individual del acto violento, sino por la amenaza que este tipo de ataque representa para la autoridad del Estado. Así que golpear despiadada e implacablemente a un drogadicto sin techo normalmente contará menos que escupir o abofetear a un oficial de policía. Aunque el grado de violencia desplegada es sustancialmente mayor en el primer caso, los sistemas legales juzgarían el segundo como mucho más violento. Además, aunque todos los seres humanos experimentan dolor, el grado de daño físico y emocional que experimentan los individuos puede diferir sustancialmente, pero por lo general esta cuestión no se refleja en el derecho penal. Desde el punto de vista legal, todas las categorías de comportamiento violento/crimen conllevan el mismo grado de castigo, por lo que el tema clave es cómo se clasifica legalmente una forma concreta de violencia. Como la legislación penal distingue claramente entre una agresión a un policía y una agresión a un civil, presta poca atención a la similitud o a la diferencia entre las experiencias individuales de los actos violentos.

Esta complejidad de la experiencia violenta en relación con la intencionalidad y la corporalidad ha llevado a numerosos sociólogos a adoptar definiciones de violencia mucho más amplias. Por ejemplo, el concepto de violencia estructural de Johan Galtung (1969) fue uno de los primeros intentos por incluir el comportamiento no intencional y no físico en la definición de una acción violenta. Así las cosas, la violencia estructural abarca todas las restricciones estructurales que impiden que los seres humanos aprovechen todo su potencial, en el que se incluye un acceso desigual a los recursos, la sanidad, la educación, la protección legal y el poder político. En concreto, se considera que la violencia estructural está arraigada en las relaciones sociales desiguales que tienen un efecto desproporcionado en los individuos y en los grupos que se encuentran en la parte inferior de los sistemas de estratificación. Galtung identifica la violencia estructural como una fuerza que causa muertes prematuras, discapacidades a largo plazo, desnutrición o hambre. En una obra posterior, Galtung (1990) también introduce el concepto de violencia cultural, que se interpreta como un mecanismo social para la legitimación de la violencia estructural. Este término se refiere a la variedad de discursos culturales que se despliegan para justificar la existencia de la violencia estructural, entre los que se incluyen las doctrinas ideológicas, las enseñanzas religiosas y los lenguajes artísticos, así como el uso del razonamiento científico.

Pierre Bourdieu (1990) amplió aún más esta visión al vincular los procesos de legitimación cultural con la reproducción habitual de las relaciones sociales dominantes. En este contexto, Bourdieu desarrolló la idea de violencia simbólica, que entendía como algo que a menudo suponía una forma de dominación más significativa y efectiva que los actos individuales de agresión física. En su opinión, la violencia simbólica provenía del poder simbólico que impregnaba los órdenes sociales: era una forma tácita de práctica social arraigada en los hábitos sociales cotidianos que se utilizaba para mantener las relaciones jerárquicas existentes. Como mantienen Bourdieu y Wacquant (1992: 167), este tipo de actividad violenta no se caracteriza por lesiones físicas visibles o por actos intencionales de agentes concretos, sino que es una forma de «violencia que se ejerce sobre un agente social» que acaba siendo «cómplice» de la dominación a la que está sometido. Ejemplos típicos de violencia simbólica son las divisiones de clase, estatus y género en las sociedades contemporáneas: las distinciones de clase y estatus se mantienen a través de la aceptación popular, compartida por la mayoría de estratos, de que las clases medias merecen su buena situación social y económica sobre la base de que son más capaces o están más dotadas. Además, sus gustos artísticos, su estilo de vida y sus formas de habla son consideradas superiores y, como tales, son aceptadas popularmente como medida universal de la competencia cultural en una sociedad determinada.

Esta comprensión mucho más amplia de la violencia también está presente en Žižek (2008), que distingue entre violencia subjetiva y violencia objetiva. En su opinión, las formas convencionales de entender la violencia, asociadas con un «agente que podemos identificar al instante» y representadas por actos de crimen, terrorismo o disturbios civiles, son formas de violencia subjetiva; son la parte visible pero no son las formas dominantes de acción violenta. Al contrario, Žižek (2008: 2) se centra en lo que él denomina «violencia objetiva»: a diferencia de la violencia subjetiva, que generalmente se percibe como una interrupción de la normalidad cotidiana, la violencia objetiva es lo contrario, la realidad social que mantiene el status quo existente. En sus propias palabras: la violencia objetiva es «invisible puesto que sostiene la normalidad de nivel cero contra lo que percibimos como subjetivamente violento». Los dos tipos de violencia están profundamente interrelacionados, ya que la violencia subjetiva surge a menudo como un intento de hacer frente al predominio de la violencia objetiva. En el relato de Žižek, la violencia objetiva incluye también dos tipos de violencia, la simbólica y la sistémica. Si bien la violencia simbólica es más o menos idéntica al concepto planteado por Bourdieu, con el énfasis en la reproducción habitual de las formas de habla y el lenguaje, la violencia sistémica está relacionada con «las consecuencias a menudo catastróficas del buen funcionamiento homogéneo de nuestros sistemas económico y político» (Z iz ek, 2008: 2). Para Žižek (2008: 9), este tipo de violencia es «inherente al sistema»; implica fuerza física directa, pero también «las más sutiles formas de coerción que imponen relaciones de dominación y explotación, incluyendo la amenaza de la violencia». En esta interpretación, los principales agentes de la violencia sistémica son las elites liberales que mantienen las relaciones económicas y políticas asimétricas en el mundo a través de sus intentos de controlar la violencia subjetiva: «los filántropos que donan millones para luchar contra el SIDA o promover la tolerancia han arruinado la vida de miles de individuos mediante la especulación financiera, creando las condiciones para el auge de la intolerancia que denuncian» (Z iz ek, 2008: 37).

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El auge de la brutalidad organizada»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El auge de la brutalidad organizada» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El auge de la brutalidad organizada»

Обсуждение, отзывы о книге «El auge de la brutalidad organizada» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x