J. AGRAMUNT
El Parayso de Dios. Idea del religiosíssimo monasterio de señoras dominicas de la real villa de Carcaxente
PRIMERA PARTE
Capítulo 1
LA AVENTURA FUNDACIONAL DE SOR INÉS DEL ESPÍRITU SANTO
La historia del convento de Corpus Christi de Carcaixent está unida a la de su alma mater , sor Inés del Espíritu Santo, en el siglo Sisternes de Oblites, la dominica valenciana más ilustre de todos los tiempos, consagrada a la observancia regular, en plena Contrarreforma, y conocida para la posteridad por su intensa actividad fundacional a ella vinculada, origen de otros importantes establecimientos religiosos. Hasta el punto de no entenderse el claustro que ahora nos ocupa sin atender antes a la vida y obra de la susodicha, sobre las que conviene detenerse con detalle. Lo hicieron ya algunos coetáneos, interesados en preservar su memoria para la posteridad con la vista puesta muy probablemente en los altares.
El primero, un dominico murciano de la casa de los Vélez. Su nombre era fray Francisco Faxardo, fraile profeso en el convento de Predicadores de Valencia, de donde se había trasladado a San Esteban de Salamanca para cursar Artes y Teología, disciplina esta última en la que obtendría el magisterio poco antes de condecorársele con el título de regente de la Minerva romana. 1A su regreso a la capital del Turia tuvo una notable proyección académica a través de las aulas del Estudi General, en las que regentó una cátedra de Teología. 2Se ocupó igualmente de la conciencia de señoras y religiosas, como la madre Sisternes de Oblites, su más distinguida devota y a la que dedicó dieciséis cuadernos en folio que nunca vieron la luz. 3
Tampoco llegarían a imprimirse las páginas que sobre sor Inés compuso otro de sus confesores. Nos referimos al padre Juan Bautista Catalá, de la Compañía de Jesús, doctor en Teología y catedrático de las universidades de Gandia y Valencia, que también había permanecido una temporada en la Corte de los papas –al servicio en este caso del duque del Infantado– antes de dedicarse por entero a la predicación y al confesionario, frecuentado durante un largo tiempo por nuestra monja. 4
Sor Inés Sisternes del Espíritu Santo . Convento de la Inmaculada Concepción. Torrent.
Idéntica suerte corrió la semblanza que el hermano de la susodicha, don Jerónimo Sisternes de Oblites, encargó al trinitario fray José Rodríguez a partir de algunos retazos autobiográficos atribuidos a la propia religiosa. El mismo autor nos lo cuenta:
[…] llegamos a escribir veinte pliegos, aprobados ya por nuestro arcediano Juan Bautista Ballester. Y aviendo de entrar a lo más arduo de la historia, que era la vida interior de la venerable madre, teniendo en ello poco que hazer, pues toda estava escrita de su mano, murió dicho padre maestro Sisternes, en cuyo poder paravan los originales, y no los hallamos, con que quedó informe, y aún deforme, la relación de la vida. Escriviola tres vezes la religiosa, de orden de sus padres espirituales, y por su humildad, cada una de las tres vezes, la quemó. Mandáronselo quarta vez y resignose, y estos originales fueron los desaparecidos. De todo entregué un resumen, que otros dixeran elogio, a don Pablo Sisternes de Oblites, 5natural de Valencia, primo hermano de la venerable madre, cavallero de la orden de Santiago, paje que avía sido del rey nuestro señor Felipe IV, que día 27 de noviembre 1671 me le pidió para imbiar a un religioso dominico que en Roma estava escriviendo una crónica de los religiosos y religiosas insignes en virtud de toda su orden. 6
Parece que de todos estos papeles –más la reseña del obispo fray Domenico Maria Marquese, incluida en el Sacro Diario Domenicano – 7se valió el padre Vicente Beaumont de Navarra, dominico del convento de Predicadores de Valencia, donde había leído un tiempo Artes y Teología, para historiar a sor Inés ya en el siglo XVIII. 8La excusa: su conocido Compendio histórico del real convento de Santa María Madalena de religiosas del Gran Patriarca santo Domingo de la ciudad de Valencia . De las 320 páginas que consta la obra, dedicó la mitad a loar las maravillas de la religiosa –bajo el epígrafe Vida de la admirable virgen sor Inés Sisternes, fundadora de los tres observantíssimos monasterios de Corpus Christi de Villareal, de Carcaxente y de Nuestra Señora de Belén de Valencia – para tratar de remover su beatificación. 9
De esa misma época o quizá algo anteriores en el tiempo son un par de apuntes biográficos localizados en la Biblioteca Universitaria de Valencia, procedentes de la antigua librería del convento de Predicadores. De los primeros, anónimos aunque de autoría dominicana sin lugar a dudas, podemos decir que se centran básicamente en la etapa villarealense de su protagonista. 10Los segundos, de similares características a los anteriores, llevan por título Relación de la vida y virtudes de la venerable madre sor Inés del Espíritu Santo, en el siglo Sisternes, religiosa en el convento de Santa María Madalena de la ciudad de Valencia . 11
Además de estos opúsculos, todavía conocería la madre Sisternes una última biografía a comienzos de la pasada centuria. Lástima que fuera demasiado fiel todavía a la hagiografía tradicional, sin mácula alguna en la trayectoria de la religiosa y siempre a la mayor gloria de la Orden de Predicadores. A cargo del dominico fray Luis G. Sempere, fue publicada en 1903, según su prólogo,
[…] para edificación de los fieles, aumento de la devoción que ya desde antiguo se viene teniendo a esta venerable santa, especialmente en Valencia y su reino, y para con lo que se recoja con la venta de este libro ayudar a sufragar los gastos que ocasione la continuación en Roma del proceso de su beatificación, que se terminó en Valencia hace pocos meses. 12
Podría decirse, en consecuencia, que la vida de nuestra protagonista resulta bastante conocida. Y así es, al menos en sus rasgos más generales y sobre todo desde la publicación de un moderno estudio biográfico a propósito de ella, del que las líneas que siguen constituyendo una apretada síntesis, si bien actualizada con nuevas informaciones. 13
Inés vino al mundo en el seno de un linaje de rancio abolengo, fruto a su vez de dos estirpes nobiliarias cuyos destinos se habían unido en el Medievo: los Sisternes, de origen catalán, y los Oblites, navarros, llegados ambos a Valencia en el siglo XIII con el rey Jaime I y al servicio de la corona desde entonces. 14Especialmente célebres durante la época moderna serían los miembros de la familia vinculados en su mayoría a la Orden militar de Nuestra Montesa. 15Pero sobre todo lo fueron aquellos miembros dedicados a la administración de justicia, donde desempeñaron cargos de primer rango, en la Real Audiencia local o en sus homónimas de Mallorca y Cerdeña. 16
CUADRO I
Primera generación de la familia Sisternes
Fuente : L. Gómez Orts: La saga jurídica de los Sisternes …, p. 90.
CUADRO II
Segunda generación de la familia Sisternes
Fuente : L. Gómez Orts: La saga jurídica de los Sisternes …, p. 90.
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