Solo diré lo que todos saben, el entrañable amor que vuestra señoría tiene a la soberana Virgen del Rosario, cuya angélica devoción ha heredado vuestra señoría gloriosamente de sus mayores, aprendiendo los más realçados cultos de tan Divina Señora. En repetidas públicas funciones hemos visto al illustríssimo señor marqués padre de vuestra señoría ser atlante de tan Divino Cielo. 29
J. Agramunt: Flor y fruto del más Sagrado Rosal , Valencia, 1724.
Tres décadas tardaría en ver la luz la segunda edición de esta obra. Lo hizo en la imprenta valentina de Antonio Ballé. 30Y ya no dedicada a don Juan Basilio de Castellví y Coloma, cuyo apoyo a la causa austracista durante la guerra de Sucesión le había llevado a abandonar la península en compañía del archiduque Carlos, sino a su hermano menor don José, canónigo y arcediano de San Felipe en la catedral de Valencia. 31Así diría la nueva dedicatoria compuesta por el padre Agramunt:
Este breve ceñido ramillete, cuyas suaves flores, cuyos deliciosos frutos, por serlo del Rosario de la Gran Reyna de los orbes, María, llenarán de fragancia y gusto el dorado noble reyno de Mallorca, donde lo saqué a la luz los años passados. Fue con tan común agrado recibido que en pocos meses se despachó por varias partes la copiosa impresión que de él se hizo. Han sido muchas las instancias para que lo repitieran en los moldes; y venido de aquellas y convencido de mi estado, lo hago, quitando del primero muchas hojas, mucho ornato de varia devota erudición y añadiendo en éste abundancia de frutos de curiosa importante dotrina. Poco afán le ha costado a mi cuidado el buscar mecenas a quien dedicar la obra, porque estando vuestra señoría muy presente en mi memoria está siempre muy dentro de mi voluntad y es el primer acreedor de mis desvelos, no solo por la propensión singular de mi afecto, sí más por lo preciso de mi grande obligación. 32
El mismo año 1724 accedía al solio pontificio el dominico fray Vicenzo Maria Orsini con el nombre de Benedicto XIII, quien además de conceder nuevas indulgencias a las cofradías del Rosario introdujo su festividad en el Breviario romano. 33Esta fue la excusa para que fray José alumbrara otra entrega editorial sobre el asunto, según él mismo,
Para fomentar estos cultos y aumentar la devoción del Rosario de la Gran Reyna en todo el mundo ha concedido nuestro santísimo padre las indulgencias contenidas en los siguientes decretos que, para la común inteligencia, pongo en romance, ciñéndolos por el nivel y estilo del sumario de la bula inocenciana de la que trato en mi libro. Todos estos breves, decretos y bulas quedan revistos y passados por el Supremo Consejo de la Santa Cruzada, cuya bula han de tener en España los fieles para ganar sus indulgencias. 34
Dos partes contarían estos Nuevos frutos del Rosario . Solo la primera llegó a imprimirse, con las gracias apostólicas concedidas durante el trienio inaugural del nuevo pontificado. 35Inédita quedó la segunda y las indulgencias comprendidas entre 1727 y 1729. 36
Claro que si de cofradías se trataba, existían también las de san Raimundo de Peñafort, a menudo albergadas en establecimientos religiosos dominicanos desde la canonización del susodicho a comienzos de la centuria. 37De la valenciana, sita en el convento de Predicadores, fue su prior el mismísimo padre Agramunt. Él personalmente se encargaría de dar a la imprenta de Jaime de Bordazar en 1702 las Constituciones de la hermandad de San Raymundo de Peñafort . Ni más ni menos que veinticinco ordenaciones dirigidas a tal confraternidad, a propósito de la cantidad y calidad de sus miembros, caja de depósito, aniversarios y rezos, etcétera.
Tan importante como estas devociones fue para fray José la preservación de la memoria dominicana, sobre la que hacía tiempo venían insistiendo las autoridades de la Orden. 38No en vano, los frailes de Valencia contaban con una tradición secular en el cultivo de la historia blanquinegra local. 39De hecho, el padre Francisco Diago 40podría considerarse el precursor de la escuela historiográfica consolidada entre los muros del convento de Predicadores durante el Siglo de las Luces bajo la influencia de fray Jacinto Segura y su Norte Crítico , introductores –junto a otros escritores y obras– del criticismo histórico en el levante peninsular. 41Los padres José Teixidor, Luis Galiana y Bartolomé Ribelles seguirían esta estela durante las siguientes generaciones. 42Y antes que ellos, en pleno tardobarroco, nuestro autor. 43Primeramente con sus vidas de santos, beatos y otros venerables hermanos de hábito, muy en boga todavía el género hagiográfico. 44
En ello se había estrenado fray José Agramunt allá por 1679. Era entonces un joven subdiácono entusiasmado con la figura del recientemente canonizado san Luis Bertrán, objeto de interés por parte de los cronistas dominicanos desde su fallecimiento en olor de multitudes hacía algo menos de un siglo. 45Fue así como compuso una Vita sanctissimi Ludovici Bertrandi, valentina confessoris Sacri Ordinis Praedicatorum , jamás editada y de momento perdida. 46
Tampoco se llegaría a publicar su Compendio de la vida y virtudes del venerable padre maestro fray Joseph Bono , hijo del real convento de Predicadores de Valencia, calificador, consultor y juez ordinario de la Santa Inquisición, regente de los estudios y examinador synodal apostólico, etcétera . 47El manuscrito original todavía se conserva, aunque sin prólogo ni introducción. Por él sabemos de la impresión que la muerte de su protagonista en 1725 ocasionó al padre Agramunt:
Quedó asta las 25 horas el cadáver […] muy flexible y ecclesiásticamente fragante, de que mandó recebir auto público el procurador general de la ciudad, como también del infinito concurso, que no le podían impedir las muchas guardas de soldados. Todos le hazían tocar los Rosarios y en ellos quedava el olor aromático. Assistieron al entierro toda la nobleza, algunos canónigos, cathedráticos, ecclesiásticos, me pareze avía más de 300. Enterráronle casi desnudo, pues a porfía le cortaron los cilicios. El mayor assalto fue dentro de la sepultura por los cavalleros, que se baxaron asta arrancarle todos los cabellos de la cabeza. Fuit sepulchrum eius gloriosum . No puedo escribir sin lágrimas viendo quánto le ha honrrado Dios a este humilde siervo suyo. Y a este convento. La Ciudad ha imbiado recado al convento para que le vistan de nuevo y se haga una arca fuerte para depositarle, todo a sus costas de la Ciudad. Yo estoy ocupado, averiguando varias cosas para escribir en mis libros. 48
Fray José Agramunt se apresuró a escribir la biografía del difunto, a la que una vez finalizada buscó patrocinador en la persona del duque de San Pietro in Galatina don Francisco María Spínola, bajo la dirección espiritual del padre Bono durante años. Lástima que el fallecimiento del noble en la corte, así como el extravío de la copia de este manuscrito, terminaran frustrando su edición. 49
La situación descrita volvería a repetirse con El Palacio Real de la Sabiduría. Idea del convento de Predicadores de Valencia , inédito también y elaborado por el dominico para disgusto de algunos hermanos de hábito como fray José Teixidor, quien dejó anotado sobre esta obra de carácter histórico:
J. Agramunt: El palacio Real de la Sabiduría . Biblioteca Universitat de València.
Читать дальше