1 ...8 9 10 12 13 14 ...18 A pesar de lo que pueda parecer a primera vista, Días ejemplares es un libro que mantiene la coherencia dentro de la vida y obra de Whitman como mantiene Martin G. Murray en su entrada en A Companion to Walt Whitman (553). Es la última vez que Whitman trata por extenso los temas mayores de su obra: la amistad, la nación, lo espiritual, y la inmortalidad. Esta vez lo hace en prosa, al contrario de lo que había hecho en Hojas de hierba , pero, sin embargo, al igual que lo había hecho en sus inicios cuando trabajaba de periodista. Al comienzo y al final de su carrera, Whitman echa mano del periodismo para publicar lo que escribía. Esto es así cuando se observa que gran parte de Días ejemplares lo fue publicando en los periódicos. Además de lo que ya había recopilado en Apuntes de la guerra, hay otras partes de Días ejemplares que publicó en varios periódicos y revistas tales como The New York Times, The Philadelphia Progress o The Critic. 5
Late en el libro un intento de explicar y justificar la vida del poeta, en concreto de unirlo a la geografía y a la historia de su país como si estos dos factores pudieran explicar lo que había sido su vida. No olvidemos que el libro lo escribe en 1881 y lo publica en 1882 después de haber sufrido una hemiplejía de la que se recuperó lentamente, que probablemente le hizo consciente de que el final se acercaba. Es, así, la conclusión a toda una vida de escritura (aunque en realidad no lo fuera del todo pues también se ocupó algunos años después de reordenar los poemas de Hojas de hierba para la edición de 1881-82 y hacer unos cambios menores por última vez en la de 1891-92, la conocida como “deathbed edition” y que para muchos no llega a ser una nueva edición sino una mera reimpresión de la anterior pues apenas hay cambios sustanciales ni añade nada nuevo [French 376-381]).
El libro no es, hay que decirlo, una autobiografía en el sentido más frecuente del término. 6Con anterioridad Whitman había sido proclive a dar cuenta de su vida para explicar la génesis de Hojas de hierba. En Días ejemplares, por el contrario, el libro de poemas apenas sale mencionado y desde luego, no es, ni siquiera en una mínima medida, la razón ni el centro del ejercicio memorialístico que es este libro. Es también significativo que se ocupe de sus ancestros, a los que conecta con el lugar donde vivieron, sin duda para señalar que, a pesar de tener orígenes europeos, eran americanos, como viene a indicar en una de las notas escritas en un cuaderno: “The Whitmans were among the earliest settlers of that part of Long Island. […] They appear to have been always of democratic and heretic tendencies. […] They all espoused with ardor the side of the ‘rebellion’ in 76” (NUPM I, 6). Por antigüedad, por forma de ser y por haber estado en el lado independentista en la guerra de la Independencia, los Whitman eran americanos hasta la médula.
J. Calvin Smith. Mapa de Long Island, Nueva York, 1836 http://www.heritagecharts.com/shopimages/products/extras/A210_web_zoom.jpg
Partes del libro
No hay acuerdo unánime en cuanto a las partes en que se divide el libro. Williams Aarnes lo divide en cuatro: una primera en que escribe de sus años de formación; vienen luego los recuerdos de la Guerra Civil; le siguen los apuntes de la naturaleza, y finaliza con los viajes y comentarios literarios (402). También Erkkila divide el libro en cuatro partes, aunque para ella la última se centra en las reflexiones sobre temas sociales y literarios (294). Daniel J. Philippon solo señala tres: el breve ensayo autobiográfico escrito para un amigo, los recuerdos de la guerra, y una mezcla de notas y entradas del diario que cubren desde 1876 hasta 1881 a las que añadió ensayos, artículos, esbozos de viajes, recuerdos y observaciones sobre artistas y escritores importantes (179). Por su parte, George Hutchinson lo divide en cinco secciones que están delimitadas por sus respectivas introducciones y comentarios de cierre. Así, menciona las siguientes partes: la genealogía del autor y la primera parte de su vida, la Guerra Civil, el período que pasa recuperándose de la hemiplejía, los viajes a Canadá y al Oeste entre 1879 y 1880 y, por último, sus opiniones acerca de algunos escritores de renombre (678-679). Aunque el contenido es el mismo, los criterios de división difieren. Existe un consenso generalizado de que las secciones primera y segunda tienen su propia autonomía, pero para las siguientes el consenso se disipa. Resulta, aun así, llamativo que nadie quiera unir la parte de los apuntes de la naturaleza y los viajes, al fin y al cabo unidos por la misma naturaleza.
La primera parte del libro presenta al lector las razones por las que lo ha escrito y una breve autobiografía de sus años jóvenes. El libro comienza de una manera un tanto abrupta y cargada de urgencia. Ha llegado la hora de que ponga en orden todo lo que ha escrito: anotaciones, recuerdos de la guerra entre los años 1862 y 1865, apuntes de la naturaleza de los años 1877 y 1881 y los dé a la imprenta. Es interesante notar que, por un lado, Whitman quiere dejar claro que no es tanto un asunto suyo cuanto que un amigo insistente, probablemente R.M. Bucke, le pidió datos sobre su vida. Parte de lo que Whitman escribe en las primeras páginas del libro es la carta copiada casi sin cambios. Justifica el descuido en la escritura achacándolo a las prisas por terminar el libro a pesar de que lleva mucho tiempo preparándolo: “probably another point too, how we give long preparations for some object, planning and delving and fashioning, and then, when the actual hour for doing arrives, find ourselves still quite unprepared, and tumble the thing together, letting hurry and crudeness tell the story better than fine work” (PW I, 1).
Lo más importante, en todo caso, para Whitman es el propósito que enuncia al comienzo: mostrar a los lectores un momento de la historia y la poca importancia que concedemos a dejar constancia de la vida de las personas: “It will illustrate one phase of humanity anyhow; how few of life’s days and hours (and they not by relative value or proportion, but by chance) are ever noted” (PW I, 1). Aparece por primera vez, de manera inconcreta, el aliento autobiográfico. En la carta a su amigo insistente explica el tipo de autobiografía, tema de importancia al que en breve dedicaremos un apartado. Escribe Whitman: “You say you want to get at these details mainly as the go-befores and embryons of ‘Leaves of Grass.’ Very good; you shall have at least some specimens of them all” (PW I, 4). La biografía como instrumento para explicar la obra es lo que viene a señalarnos Whitman, algo que, si bien, podía tener su muy estrecha relación con las confesiones autobiográficas de autores como Agustín de Hipona, Jean Jacques Rousseau u otros como Benjamin Franklin o Frederick Douglass, lo emparenta mucho más con el crítico Charles Augustin Sainte-Beuve (1804-1869), para quien la explicación de la obra encontraba su fundamento en la vida del autor, en cierta medida avanzando los pasos que Sigmund Freud daría en el siglo XX, aunque en este último caso se centrara en el subconsciente. 7De todos modos se hace necesario recordar lo ya apuntado por Martin G. Murray en cuanto a la modestia que el poeta americano muestra pues quiere limitarse a enseñar al lector simplemente los embriones de Hojas de hierba (554). Así hay que entender esa parte autobiográfica, como un intento de dar a conocer al lector la vida que forjó al poeta en su período formativo. En cualquier caso, los episodios de la vida que va a revelar serán ejemplares (“specimen” dice Whitman) (4). En un ejercicio de sinécdoque el lector podrá tomar la parte por el todo y reconstruir toda una vida intelectual.
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