Con respecto a las estrategias didácticas expositivas, hay que romper la perversa dinámica de la simple transmisión unidireccional del profesor a los estudiantes. Es necesario propiciar la participación de éstos últimos, como ya hemos dicho antes. Pero obviamente, entre la llamada clase activa y la llamada clase magistral hay un amplio margen de maniobra. Entre el taller de historia y la lección convencional hay un espacio que permite organizar la docencia de manera más provechosa para todos.
Y es desde estas convicciones desde las que hemos elaborado este libro, convencidos de que su existencia abrirá un espacio nuevo a la relación entre los estudiantes y la asignatura, un espacio que favorecerá la ubicación de aquéllos y enmarcará de manera más provechosa las explicaciones del profesor.
Hemos estructurado el contenido del libro en cinco capítulos que obedecen a una ordenación cronológica, desde «Los procesos de las diversas independencias americanas», el primero, a «De la Alianza para el Progreso a la democratización y la desmilitarización», el último. Pero el contenido de los capítulos responde, más bien, a una orientación problematizadora y, además, los hemos desarrollado intercalando los análisis relativos a Estados Unidos y a América Latina de manera que se facilita la comprensión de la evolución histórica continental. Nuestra intención, claramente definida desde el inicio del trabajo, era huir de aquello que es tan habitual en los libros de historia de América: una colección de breves o no tan breves historias nacionales de sus países.
En el primer capítulo, «Los procesos de las diversas independencias americanas», además de abordar los procesos de los dos grandes bloques geopolíticos continentales, Estados Unidos e Iberoamérica, remontándonos a las raíces de las diversas emancipaciones, dedicamos nuestra atención a los casos singulares. Por esto analizamos la independencia desde arriba (Brasil), la independencia desde abajo (Haití), y los casos de los territorios caribeños no ibéricos, así como la especificidad canadiense.
Hemos titulado el segundo capítulo «La consolidación y la reconstrucción: problemas de los diversos estados americanos», y en él nos centramos en los efectos de la liberación nacional de las respectivas metrópolis, como son la fragmentación y el caudillismo en la América hispana; o la expansión hacia el oeste y sus consecuencias –entre ellas, la guerra civil–, en el caso de los Estados Unidos. Después de esto, atendemos a un problema continental del período que, además de enfrentar al norte anglosajón con el sur hispano (Estados Unidos contra México), enfrenta a las diversas repúblicas latinoamericanas durante décadas: las guerras de frontera . También en este capítulo abordamos dos grandes cuestiones de la América de buena parte del siglo xix: la esclavitud y la cuestión indígena.
El tercer capítulo es el titulado «La época oligárquica en América Latina. Los orígenes de la hegemonía de Estados Unidos». Es aquél en el que, con respecto a la parte meridional del continente, después de tratar desde parámetros teóricos aquello que la historiografía ha bautizado como la época oligárquica , analizamos con profundidad los casos de Chile y Argentina, y hacemos una comparación entre los dos procesos que ejemplifican la teoría explicada anteriormente. Esta primera parte del capítulo se completa con el estudio de uno de los casos más interesantes de superación del Estado oligárquico: la Revolución mexicana, que puso fin al porfiriato . La segunda mitad de este capítulo está dedicada a los Estados Unidos posteriores a la guerra civil, y en él incidimos especialmente en los factores de orden interno y externo que conducirán a este país a convertirse en la máxima potencia del hemisferio. El bloque, el tercero del libro, finaliza con el análisis de los efectos de la Primera Guerra Mundial, tanto sobre Estados Unidos como sobre América Latina.
De esta manera, y con estos precedentes, nos situamos en el capítulo cuarto, que hemos titulado «América entre la guerra y la revolución: de la Primera Guerra Mundial al período de J. F. Kennedy». En él atendemos a la evolución de los movimientos obreros en América Latina, y después pasamos al análisis de lo que significó la crisis de 1929 en el continente. En el caso de Estados Unidos, trabajamos dos grandes problemas del período, contextualizados en la evolución histórica del país entre la década de los treinta y la de los sesenta: del New Deal de Roosevelt a la Nueva Frontera de Kennedy. En el caso de América Latina, nos centramos en dos de los temas más trascendentales de estas décadas: el populismo (con especial atención al concepto como categoría teórica y al caso por antonomasia: el peronismo) y el desarrollismo.
Finalmente, abordamos el último capítulo, el quinto, el más extenso de los que conforman el libro. Lo hemos titulado «De la Alianza para el Progreso a la democratización y la desmilitarización». Este capítulo arranca con la Revolución cubana y los efectos que provocó, especialmente en la izquierda latinoamericana, prestando atención a la respuesta norteamericana ante la nueva coyuntura continental abierta tras la victoria de Fidel Castro y la pronta satelización soviética de la isla caribeña. Los nuevos horizontes abiertos desde 1959 se plasmarán en experiencias paradigmáticas, como el proceso abierto con la iniciativa que conocemos como la «vía chilena hacia el socialismo», comandada por Salvador Allende, que, junto con otros procesos continentales en un contexto de Guerra Fría determinado por el conflicto Este-Oeste, generalizará la aplicación de la «Doctrina de Seguridad Nacional» que abocará a América Latina al terrible período de las dictaduras militares. A partir de este punto abordamos el análisis del militarismo latinoamericano desde una perspectiva teórica y, posteriormente, nos adentramos en la revisión de dos modelos de dictadura militar como son la argentina y la brasileña. Dedicamos también unas páginas al análisis de la Revolución sandinista, y la relación directa con la administración norteamericana –comandada por Ronald Reagan– nos abre el camino para hacer un repaso a la evolución política –en clave interna y externa– de los Estados Unidos durante la época que va desde la presidencia de Johnson a la de Clinton. El capítulo se cierra con cinco problemas de alcance continental, por sus implicaciones, como son los dedicados a lo que los economistas de la cepal denominaron la «Década Perdida» y, también en clave económica y financiera, los procesos de integración regional. Obviamente, no podían faltar unas páginas dedicadas a la problemática de la violación de los derechos humanos, tema que abordamos en primer lugar desde planteamientos teóricos, para pasar después a revisar tres casos concretos: Guatemala, Chile y Argentina. Los otros dos problemas trabajados son los relativos a la lucha armada durante la década de los ochenta y los noventa, con dos casos de muy distinta configuración, objetivos y significación: Sendero Luminoso y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional; y, finalmente, dedicamos nuestras páginas a la explicación de los procesos de democratización política que han ido consolidándose durante los últimos años en el continente, centrándonos en el análisis particularizado de dos de los casos más relevantes: el de México y el de Chile.
El lector encontrará en las páginas finales, además de todas las referencias a la bibliografía citada en el texto de este volumen, una extensa cronología y dos cuadros en los que, siguiendo el esquema de la obra, pueden distinguirse los principales acontecimientos de la historia contemporánea de América. Si estos cuadros permiten al lector situarse cronológicamente, los mapas que incluimos facilitarán la ubicación geográfica.
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