Ilustración 3. Plan general de 1988
Ilustración 4. Proyecto de trazado viario del antiguo cauce
Ilustración 5. Sánchez Bella, el alcalde López Rosat y el presidente de la diputación, Perelló Morales, ante los planos de la urbanización de la Dehesa de El Saler. Febrero de 1971
Ilustración 6. Miguel Ramón Izquierdo (1919-2007)
Ilustración 7. Fernando Martínez Castellano ( PSPV-PSOE ) el día su investidura en 1979
Ilustración 8. Retirada de la estatua dedicada a Francisco Franco. Plaza del Ayuntamiento, 1983
ÍNDICE DE TABLAS Y GRÁFICO
Tabla 1. Número de concejales por número de población
Tabla 2. Alcaldes de Valencia durante la dictadura franquista (1939-1979)
Tabla 3. Relación de candidatos del tercio de representación familiar, elecciones de 1960
Tabla 4. Relación de candidatos electos por el tercio sindical y corporaciones, noviembre de 1960
Tabla 5. Composición del pleno tras las elecciones por tercios de noviembre de 1963
Tabla 6. Relación de candidatos del tercio de representación familiar, elecciones 1966
Tabla 7. Candidatos elecciones por el tercio familiar de 1970
Tabla 8. Candidatos elecciones por el tercio familiar en 1971
Tabla 9. Composición del pleno tras las elecciones por tercios de noviembre de 1971
Tabla 10. Índice de participación en las elecciones de 1973
Tabla 11. Candidatos elecciones por el tercio familiar de noviembre de 1973
Tabla 12. Concejales elegidos por el tercio sindical y corporaciones en noviembre de 1973
Tabla 13. Composición del pleno durante la alcaldía de Miguel Ramón Izquierdo
Tabla 14. Resultado de las elecciones generales al Congreso de junio 1977 en el País Valenciano
Tabla 15. Resultados en Valencia, 3 de abril de 1979 (Partidos con representación)
Tabla 16. Reparto de delegados-concejales y partidos políticos. Valencia, abril de 1979
Gráfico 1. Evolución de la población de hecho de la ciudad de Valencia (1920-1980)
ABREVIATURAS UTILIZADAS
ADA |
Archivo de la Democracia de Alicante |
ADV |
Archivo de la Diputación de Valencia |
AFMC |
Archivo personal de Fernando Martínez Castellano |
AGA |
Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares |
AGV |
Archivo de la Generalitat Valenciana |
AMRI |
Archivo personal de Miguel Ramón Izquierdo |
AMV |
Archivo Municipal de Valencia |
ARV/F.RdeA |
Archivo del Reino de Valencia-Archivo personal de Adolfo Rincón de Arellano García |
BIM |
Boletín de Información Municipal |
FET-JONS |
Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista |
GAV |
Grup d’Acció Valencianista |
HMV |
Hemeroteca Municipal de Valencia |
INE |
Instituto Nacional de Estadística |
JCF |
Junta Central Fallera |
JONS |
Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista |
PCE |
Partido Comunista de España |
PSPV-PSOE |
Partido Socialista del País Valenciano-Partido Socialista Obrero Español |
SEU |
Sindicato Español Universitario |
UCD |
Unión de Centro Democrático |
UDPV |
Unión Democrática del País Valenciano |
URV |
Unión Regional Valenciana |
PRÓLOGO
Hace poco mi buen amigo Juan Carlos Colomer Rubio me hizo un ofrecimiento irrenunciable: prologar el libro (resultado de su tesis doctoral) que le iba a publicar en breve la Universitat de València. Yo conocía bien las andanzas intelectuales de Juan Carlos desde hacía años. Habíamos comentado con frecuencia, y sobre todo en el transcurso de tres excursiones memorables que hicimos mano a mano, algunos temas que estaban sobre el tapete desde la lectura de su tesis doctoral. Sabía también de su incansable dedicación a las tareas menos gratificantes de gestión cotidiana y lo mucho que aportaba a sus compañeros haciendo caso omiso de una evidencia que él mismo me comunicó en tono jocoso y en términos de refrán: «En comunidad no muestres tu habilidad». Tener habilidades notables de gestión e informática –como es el caso– conllevaba que el «por favor, Juan Carlos» fuera un sonsonete habitual. Hasta yo me he aprovechado alguna vez.
A pesar de sus «otras» preocupaciones y ocupaciones, Juan Carlos, a base de horas, esfuerzo y constancia ha sido capaz de, primero, elaborar una tesis sólida en cuya lectura no se huyó de la polémica (¡¡qué gusto!!) y, posteriormente, preparar un texto publicable que hiciera llegar al público interesado –no sólo ni necesariamente sólo a los «especialistas»– el resultado del esfuerzo.
Y aquí me tienen, convertido en prologuista por petición expresa del interesado que –siempre tan formal– insistía en que para él era «un honor». El honor –menudo palabro–, es, en todo caso, mío, y soy perfectamente consciente que el libro de Juan Carlos Colomer Rubio ( Gobernar la ciudad. Alcaldes y poder local en Valencia (1958-1967 )) hubiera tenido, de querer él, prologuistas mucho más avezados. ¿Me incapacita mi amistad para ejercer ese complicado oficio eventual? Sinceramente, lo ignoro, pero lo que sí que puedo asegurarles es que precisamente por mi amistad huiré de cualquier tentación hagiográfica y, con mis muchas limitaciones, echaré mano del baúl de la honestidad, cosa que procuro hacer haciendo caso a una frase de Mark Twain que no hace mucho me impactó: «Se tú mismo. Los demás puestos ya están ocupados». Procuraré ser fiel a mi daemon socrático.
Empezaré afirmando con voz alta y clara que el libro de Juan Carlos es una excelente noticia para los que nos dedicamos a la tan menospreciada «divulgación» de la no menos menospreciada «cuestión local» en el ámbito de València, su área metropolitana o ese País Valenciano que se resiste a traspasar el umbral de una región con fuerte personalidad como apunta mi buen amigo Ricard Pérez Casado en un libro reciente ( Ser valencians . Ed. Balandra, 2017).
Una buena noticia en diferentes sentidos. No me resisto a no compartir con el lector, aunque no sea, ni de lejos, lo más importante, que al leer el libro no he podido contener un ¡¡Por fin!! Por fin tenemos un texto muy serio que nos habla de un período histórico crucial para entender nuestro presente. Llevamos –esa es al menos mi opinión– demasiado tiempo con la dichosa capitalidad de la Segunda República. No se me entienda mal. Tras tantos años de ominoso silencio era justo y necesario ejercer el derecho a la memoria de aquel breve y creativo tiempo que las armas se encargaron de yugular. El propio Juan Carlos Colomer ha participado y participa del esfuerzo, al igual que mi buen amigo Jose Azkàrraga que viene trabajando incansablemente desde hace muchos años en el contexto hostil de la Valencia de Rita Barberá. Nada menos que 24 años de activa oposición a la memoria histórica.
Era lógico que reverdeciera el interés y los estudios por aquella realidad republicana y que se valorara en su justa medida el hecho de haber sido capital de la Segunda República por un breve período, con todo lo que ello supuso. Fracasado el golpe en Valencia, quizá más por incompetencia de los golpistas de primera hora, Valencia «cayó» en el bando republicano y tuvo que ejercer de retaguardia y de sede del gobierno de Azaña en su éxodo de Madrid. Lo hizo con dignidad, mucho esfuerzo y demasiadas víctimas y desde aquí se irradiaron cultura y esperanzas.
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