3. El exilio
¿Innovación o consolidación?El período del exilio judío en Babilonia (605-539 a.C.) ha sido generalmente considerado de crucial importancia para la historia del sábado. Para algunos estudiosos del tema, aludidos anteriormente, el Exilio fue la circunstancia precisa que le dio origen. Para otros, el período exílico y el posexílico representan el punto de partida del desarrollo teológico y litúrgico del sábado. No necesitamos detenernos en la primera de estas opciones, pues, como ya hemos visto, es desmentida abiertamente por las referencias bíblicas preexílicas acerca del sábado. La segunda tesis, sin embargo, merece ser tomada en consideración. Se pretende en ella que el Exilio contribuyó por partida doble a transformar el sábado de una institución social (un día de descanso para los esclavos y el ganado) en una festividad religiosa (un día para el culto divino). Por una parte, la pérdida de la patria, los bienes y los esclavos habría eliminado las razones sociales para el descanso sabático, al tiempo que habría inducido a los israelitas a buscarle otras justificaciones teológicas. Por otra parte, la pérdida de un lugar sagrado propio (el Templo de Jerusalén, 586 a.C.) habría sido compensada por un tiempo sagradopropio (el sábado) capaz de proporcionarles un marco para la adoración, incluso en el Exilio.
El Antiguo Testamento, sin embargo, no corrobora esta teoría. Los profetas del Exilio no introdujeron ninguna innovación en la teología o la observancia del sábado. Ezequiel, por ejemplo, no prescribe nada nuevo ni en cuanto al modo ni en cuanto a los motivos de la celebración del sábado. Al contrario, este profeta llega a considerar la profanación del sábado en el pasado como la causa principal de las calamidades que habían caído sobre Israel (Eze. 20:15, 16, 21, 36; 22:26, 31). Para promover el regreso a la correcta celebración del sábado, Ezequiel no apela a unas nuevasrazones teológicas sino al antiguosignificado histórico del sábado, concretamente, el de servir como “signo” o señal del pacto existente entre Israel y Dios (Eze. 20:12, 20). Esta función del sábado como señal de alianza se hizo más patente durante la experiencia del Exilio, al haberse convertido en una realidad presente la amenaza de dispersión, e incluso de extinción. Ezequiel, sin embargo, presenta el significado y la función del sábado en el marco de la alianza entre Dios y su pueblo, no como un nuevo concepto aparecido con la experiencia del Exilio sino como una creencia tradicional arraigada en el origen histórico de Israel durante el Éxodo. En otras palabras, la fuerza del argumento del profeta reside en la aplicación de un sentido que el sábado había tenido desde mucho antes de la deportación a Babilonia.57
¿Se convirtió el séptimo día en un tiempo sagrado como resultado de la pérdida de un lugar sagrado, el Templo de Jerusalén? De nuevo, las declaraciones de Ezequiel se oponen a ello, pues en sus escritos encontramos frecuentes referencias que relacionan el sábado con los objetos del culto (Eze. 22:26; 23:38) y con los servicios del futuro Templo (Eze. 45:17; 46:1-4, 12).58 La carencia de un lugar de culto durante el Exilio no parece haber contribuido tanto a la introducción de grandes innovacionesideológicas o rituales como a la consolidaciónde las instituciones ya existentes; entre ellas, el sábado. Así lo corroboran los mensajes dados por Jeremías y las medidas tomadas por Nehemías después del Exilio, por ejemplo, para impedir las actividades comerciales en Jerusalén durante el sábado (Jer. 17:19-27; Neh. 10:31, 33; 13:15-22). Esas medidas no van encaminadas a transformar el carácter del sábado sino a corregir a sus transgresores.
Estas observaciones no pretenden negar que más tarde (durante el período intertestamentario) el concepto del sábado sufrió considerables cambios. De hecho, el sábado llegó a ser tenido por los judíos como un don exclusivo de Dios para Israel. Este exclusivismo fue alimentado tanto por el judaísmo rabínico como por el sectario, ambos empeñados en levantar en torno a ese día barreras protectoras para asegurar su correcta observancia.59 Desgraciadamente, como denuncian severamente los evangelios, esas barreras se convirtieron en una pesada carga legalista en vez de una guía espiritual para la genuina celebración del sábado. Esta evolución ocurrió, sin embargo, después de terminado el Antiguo Testamento.
¿Qué conclusiones podemos sacar de este somero examen de las principales hipótesis sobre el origen del sábado? Hemos visto que todas las conjeturas relativas a la época(Éxodo, asentamiento, Exilio) y a las causas(astronómicas, sociológicas, mágicas) del origen de la celebración del séptimo día de la semana complican el problema más que aclararlo. No se puede presentar ninguna prueba de que el sábado derive del culto al planeta Saturno, de las fases de la Luna, de los días de mercado, del valor sagrado del número siete o del Exilio. Nos preguntamos si muchos de esos esfuerzos por reducir el sábado a un fenómeno mítico o sociológico no serán un reflejo del deseo (consciente o no) de algunos de liberarse a sí mismos de la necesidad de enfrentarse con el sentido y la observancia de ese día. Esperamos, sin embargo, que los infructuosos intentos por descubrir la “prehistoria” del sábado en fuentes extrabíblicas sirvan para contribuir a la revalidación del relato bíblico sobre su origen y significado.
Parte III: El sábado de la creación
1. Objeciones y objetores al sábado de la creación
Las teorías sobre el origen del sábado que acabamos de ver reflejan las conclusiones de la critica reciente. Pero, por extraño que parezca, la relación entre el sábado y la Creación ya había sido impugnada desde mucho antes por sectores tan “conservadores” como los judíos de Palestina, los Padres de la iglesia, algunos reformadores y, más recientemente, los modernos dispensacionalistas. ¿Cuáles son las razones de ese continuo rechazo, a lo largo de los siglos, del origen edénico del sábado a pesar de las reiteradas declaraciones del Pentateuco (Gén. 2:1-3; Éxo. 20:11; 31:17)? Son varias. Veamos brevemente algunas de las principales.
Crisis de identidad.El imperioso deseo de preservar su identidad judía en un tiempo en que la presión helenística los impelía a abandonar el judaísmo llevó, al parecer, a algunos rabinos de Palestina a reducir el alcance del sábado, haciéndolo pasar de una norma establecida en la Creación para toda la humanidad a un precepto dado por Moisés exclusivamente para Israel. Los enérgicos esfuerzos del rey sirio Antíoco Epífanes por llevar a cabo su programa de radical helenización de los judíos favorecieron especialmente esta evolución. Como resultado de la prohibición de ofrecer sacrificios y de guardar el sábado (175 a.C.), muchos judíos abjuraron de su fe, “sacrificaron a los ídolos y profanaron el sábado” (1 Mac. 1:43). Los judíos piadosos resistieron heroicamente contra la helenización, prefiriendo el martirio a quebrantar el sábado (1 Mac. 2:32-38). La necesidad de preservar su identidad religiosa en ese tiempo de crisis fomentó una visión nacionalista y exclusivista del sábado. En el libro de los Jubileos, se lee: “Él (Dios) no permitió a ningún otro pueblo observar el sábado en ese día sino solo a Israel; a él solo le fue otorgado celebrarlo” (2:31).60 Si se encuentra alguna mención de la observancia del sábado por los patriarcas, se la considera como una excepción “antes de que (el sábado) fuese dado” a Israel.61
Esta noción del sábado como una institución exclusivamente judía establecida no en la Creación y para toda la humanidad, sino por Moisés y para Israel solo, hace aparecer a Dios como culpable de favoritismo y discriminación. Debemos decir, en honor a la verdad, que esta concepción representa solo una tendencia del pensamiento judío, desarrollada tardíamente al margen de la tradición original. Surgió en oposición al concepto del sábado en el judaísmo helenístico (griego), en el que se lo consideraba como un legado dado en la Creación a la humanidad entera. De hecho, incluso en la literatura palestina (tanto apocalíptica como rabínica), hay abundantes menciones a Dios, Adán, Set, Abraham, Jacob y José como fieles observadores del sábado.62
Читать дальше