A lo largo de este libro, propongo ejercicios que ayudarán al lector a descubrir habilidades nuevas, a ejercitarse en el contenido de cada capítulo y a sacar el mejor partido de sus recursos creativos. La práctica de la escritura, a través de los ejercicios que contiene este libro, llevará al escritor juicioso a desarrollar la sensibilidad y la capacidad de observación, esa que puede compararse con una suerte de armonía interior.
Con el transcurso de los años, en la tarea de encontrar ejercicios divertidos y estimulantes, he contraído una deuda enorme con la que llamamos realidad, la que reseñan los periódicos, los noticieros y las revistas. Qué material tan útil traen estos. Es ideal tener al alcance de la prensa diaria unas tijeras y una carpeta destinada a guardar las noticias que despiertan nuestro interés, las que contienen un elemento paradójico o, simplemente, esas cuyo contenido emocional y humano nos inquieta. Los titulares de las noticias son como la punta del iceberg, el pequeño trozo visible que sobresale de las profundidades de una historia que merece ser revelada. Lo ideal es ver en ellos una fuente de inspiración para imaginar lo que subyace bajo, o se esconde detrás, de una noticia de prensa y dar vida a otra verdad: la del relato.
Gracias también a las nubes que toman formas, a las ramas de los árboles que parecen barbados personajes de mi historia personal, a los portarretratos vacíos que me hablan desde su misteriosa oquedad, a la música y al arte que, de pronto, me inspiran un ejercicio.
Así como no hay una lógica en la organización de los distintos temas de este libro, como no sea mi orden personal e indefendible, tampoco hay un método de utilización del mismo. Quizá la manera más provechosa de hacerlo es, justamente, en desorden: obedecer a un impulso, abrir al azar una página, caer en la tentación de explorar.
Soy una defensora del desorden, siempre y cuando no lo acompañe la mala memoria y la ausencia de propósito. Me gusta el desorden creativo, permisivo, lúdico, armonioso de una manera cercana a la libertad. Ese desorden que no nos ata sino que nos hace libres de inventar el mundo de acuerdo con nuestra sensibilidad.
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La fuente de la inspiración
La escritura intuitiva me lleva al reconocimiento de mi mundo íntimo, me permite ponerle nombre a eso que vive en mí y vivir la creatividad en todas las expresiones de mi vida, mucho más allá de la creación literaria.
Imagino que soy una casa y en esa casa hay una habitación que contiene todo lo que constituye mi ser esencial, lo que soy, lo que he sido y el potencial de lo que seré. Mi biografía emocional e intelectual viven ahí, en esa habitación que me lleva a recordar la habitación propia de la que habla Virginia Woolf. Está llena de cuadernos y de plumas de colores. Tiene un gran espejo de cuerpo entero en el que me puedo ver en toda mi realidad. No hay juicio, no hay censura. Esa soy yo: un ser humano que le da nombre a lo que lo contiene y se apropia de quien es.
Cuando hago el ejercicio de apropiación, en modo neutro, sin juicio de valor, todo lo que soy pierde su carga condicionante. Es un viaje, como yo lo veo, a la fuente de la inspiración. Me convierto yo misma en un libro limpio y en una pluma de color. El texto soy yo. La intuición es mi maestra y la palabra es mi expresión.
En alguna parte leí que lo que define a una persona creativa es que, a través de su obra, se perciba a un ser humano más que a un fabricante de historias. El gran aporte de la escritura intuitiva es justamente tallar al ser humano para que las personas que se aproximan a su obra lo encuentren en ella.
Para Natalie Goldberg la intuición es el reino de la mente salvaje. Me encanta esta visión. La condición de salvaje me trae la imagen de algo que no ha pasado por el proceso de domesticación y adaptación que ha sufrido nuestra mente consciente, nuestra mente racional socializada. El terreno de la mente salvaje es el terreno de ver, sentir o pensar como realmente lo hacemos, no como deberíamos hacerlo. El juicio de la mente consciente no tiene cabida ahí, donde nos encontramos con quienes somos antes de ser, donde la libertad se siente en casa.
Puede acabar escribiendo sobre la tostada del desayuno, sobre su dolor de garganta o sobre las uñas de sus dedos. Lo importante es que las palabras serán vivas, reales.
Natalie Goldberg
The True Secret of Writing
La escritura es la gran protagonista de este viaje y la hoja de ruta comienza por adquirir el hábito de escribir sin pensar en por qué o para qué lo hacemos. Desde hace un tiempo sigo el método que propone Julia Cameron en su libro El camino del artista . Recomienda escribir tres páginas cada día, en el momento de despertar, en ese espacio de tiempo en que la consciencia hace el tránsito entre el sueño y la vigilia. Sin parar, sin levantar el bolígrafo del papel; mantener la mano en movimiento es la clave, el secreto para poner el pensamiento racional por fuera del juego y abrirme paso hacia el terreno de la mente intuitiva.
Cuando la gente me pregunta “¿Por qué hay que escribir las páginas matutinas?” yo bromeo: “Para llegar al otro lado”… sobre todo nos alejan de nuestro Censor.
Julia Cameron
El camino del artista
María Sánchez, en su curso Escribir por pura intuición propone practicar durante unos minutos una actividad creativa que no sea la escritura, con el propósito de ambientar el acercamiento a la palabra, Luego, sin transición, escribir durante veinte minutos sin levantar la mano del papel. Al final, cada persona crea su propio método o sus propios métodos para poder encontrarse con la mente salvaje.
El resultado es un texto tan íntimo como un diario. Contiene mis luces y mis sombras, lo gordo y lo delgado, lo salvaje y lo suave, mi claridad y mi confusión, mis dudas y mis certezas. ¿Cómo excluir algo que es tan yo misma como lo otro? Presto atención especial a lo que dice mi cuerpo mientras escribo y tomo nota de las sensaciones que experimento. No acostumbro releer lo escrito, tengo claro que este no es un ejercicio literario, es un ejercicio que más que tener un significado, me significa, me recompone, pone en orden las piezas que me constituyen.
¿Para qué escribe uno si no es para juntar sus pedazos?
Eduardo Galeano
¿Cómo me afecta un tema en particular, qué significado tiene para mí, cómo me mueve, con qué concepto lo relaciono? Todo esto tiene que ver con la aventura de reconocer, identificar, significar y nombrar lo que se agita en nuestra habitación propia. Aunque llegar sin propósito, dispuestos a recibir y transcribir la información que nos llega en el silencio es la práctica en su sentido más puro, aproximarme con un tema en mente me resulta también muy esclarecedor en el proceso de entender y ordenar mis pedazos. A manera de guía, propongo algunos ejercicios que seguro van a ser de utilidad.
Ejercicios
• Comience la práctica con esta pregunta flotando en su mente y permita que la respuesta llegue sola, sin el filtro del pensamiento: si tuviera la oportunidad de volver a vivir la vida con el conocimiento que tiene hoy, ¿cuáles aspectos de ella se sentiría inclinado a borrar y a cuál de ellos le pondría el reflector para sacarlos del anonimato?
• Permita que todo el reino animal juegue en su mente salvaje y respóndase: ¿con qué animal relaciona la libertad? Después escriba sobre esto libremente. Con seguridad esto le aportará un enorme conocimiento sobre usted mismo.
• Cierre los ojos e imagine que usted es un gran samán de enormes raíces bien plantadas en la tierra. Utilice esta imagen para preguntarse cómo se relaciona con sus raíces, qué tanto se siente comprometido con sus ancestros.
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