CAPÍTULO 1. GENERALIDADES Y PROCESO HISTÓRICO EN LA CONSTRUCCIÓN DEL CONCEPTO DE CULTURA
JUAN CARLOS PATIÑO
El origen del término cultura parte del uso en latín de la palabra cultus utilizado para designar el cultivo de diferentes alimentos y por extensión a todas las prácticas asociadas a dichos cultivos –la cultura del arroz, la cultura de la soja, etc.– (Real Academia Española, s.f.). De esta manera, la ampliación del significado como metáfora del cultivo del conocimiento y las virtudes, mantiene su raíz y llega hasta el presente asociado a las representaciones y discursos que rodean una práctica particular: la cultura musical, la cultura empresarial, la cultura del fútbol. No obstante, a pesar del empleo popularizado del término cultura, su significado se ha mantenido en el imaginario social asociado a las facultades intelectivas y a la demostración de conocimientos adquiridos en la academia. Incluso, en amplios sectores de la población, el significado de cultura está vinculado con el comportamiento y los modales que pueden evidenciarse en un individuo. Es por ello que es común escuchar acerca de la falta de cultura de una persona, o por el contrario calificarla como culta, teniendo como parámetros, a veces indistintos, su nivel educativo, sus modales o sus conocimientos.
Los conceptos acerca de la cultura
Son múltiples las acepciones de la palabra cultura, pero en todas ellas se mantiene un lazo fuerte con los conocimientos generales o particulares que se asocian a prácticas cotidianas de los individuos o grupos sociales. No obstante, estos diversos vínculos con aspectos de la cotidianidad denotan, a su vez, la dificultad para desligarse de las múltiples acciones humanas. En este sentido, para las ciencias sociales, la cultura se transmite de generación en generación y busca mantener el patrimonio cognitivo, artístico y práctico alcanzado por cada grupo social. Por supuesto, las diversas acepciones del concepto han cambiado con los usos dados a este a través del tiempo y con sus intencionalidades en relación con las circunstancias históricas.
Un ejemplo claro del uso histórico, político y económico del concepto de cultura ocurre durante el siglo XVIII, periodo conocido como la Ilustración, en el que el conocimiento, las ciencias y las artes cobraron gran importancia al relacionarse con la idea del progreso social. Este hecho contribuyó enormemente a que la noción de cultura fuera vinculada a las expresiones artísticas y adquisición de conocimientos a los que tenían más fácil acceso las clases aristócrata y burguesa. Esta asociación ha perdurado en el tiempo, aunque el concepto de cultura continúe siendo objeto de permanentes reflexiones desde ciencias como la filosofía, la sociología, la antropología y los estudios culturales.
Las visiones opuestas entre Francia y Alemania acerca de los desacuerdos semánticos en lo que es la cultura para el sigo XVIII, reflejaron las divergencias en cómo fue abordado el concepto desde lo social. El sociólogo alemán Norbert Elias (2015) explicó cómo los franceses vincularon el concepto de cultura al de civilización y lo convirtieron en objeto de interés para las ciencias sociales desde el siglo XVII. Lo culto para los franceses era lo civilizado y demostraba el progreso de una sociedad hacia lo cívico. Entre tanto, los alemanes comprendieron el concepto como un abanico de características que constituía su sociedad, es decir, sus creencias, tradiciones, lengua, hábitos, entre otros. Esta oposición dio pie para el cuestionamiento de qué se ha entendido por cultura o en el caso alemán, culturas.
En este debate se escindió el término y se le incluyeron tantos significados que hoy es imposible entender la cultura desde una sola perspectiva. De esta manera, el concepto de cultura ha adquirido un carácter polisémico a través del tiempo. Para ejemplificar cómo existen diversas perspectivas que componen entre todas al concepto de cultura es importante mencionar a Talcott Parsons (2013) y a Edward Tylor (1975) quienes se aproximan a la comprensión de la cultura desde la sociología y la etnografía, respectivamente. De acuerdo con Parsons, la cultura «es un discurso simbólico colectivo» en el cual las personas modelamos al mundo simbólico a partir de nuestras ideas, las cuales afectan las decisiones que repercuten como acciones en dicho mundo. Es decir, la cultura es esencialmente una cuestión de valores e ideas colectivas que se expresan mediante símbolos, como un sistema simbólico que representa construcciones culturales. Por su parte, para Edward Tylor:
La cultura o civilización tomada en su sentido etnológico es ese todo complejo que comprende el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y las otras capacidades o hábitos adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad. (1975, p. 30)
Según Tylor, la cultura es todo. La cultura progresa y se puede clasificar como estadíos en ese progreso, lo cual muestra una visión evolucionista de Tylor. Es decir, si la cultura es un proceso pensado hacia el progreso, existen unas culturas más evolucionadas que otras. Pero también, dice Tylor, las culturas están en contacto, aunque estén en estadíos distintos, lo cual demuestra una visión difusionista del autor. Igualmente, Tylor explica que existen culturas supervivientes de etapas anteriores –como los indígenas– que entran en contacto con estas culturas «en progreso», lo cual muestra una visión de supervivencias dentro de la misma concepción del concepto de cultura.
Cabe cuestionarse si la definición de Tylor es demasiado imprecisa, porque es enumerativa y además deja la puerta abierta para que cualquier aspecto o característica se pueda incluir. No obstante, esta es una de las visiones del concepto que ejemplifica parte del carácter polisémico de lo que es la cultura, reflexionado desde los procesos que generan su construcción en cada grupo social. Esta forma de comprensión de la cultura ha servido también como punto de partida para la identificación de un conglomerado social y constituye una visión importante en los estudios culturales contemporáneos. En este sentido, el término cultura se refiere al conjunto de arquetipos ( Jung, 2005) compartidos por un grupo social en la medida que han sido aprendidos por el individuo y que emergen de la continua relación e interacción con los otros y los contextos que lo rodean. En esta dinámica surgen diferentes formas de sistematizar la realidad a través de códigos, símbolos o rituales, individuales y colectivos que terminan por definir la noción de identidad de un grupo social.
Perspectivas antropológicas del concepto de cultura
La antropología, entendida inicialmente como «ciencia de la cultura», presenta una contextualización histórica no solo desde la construcción epistemológica de la cultura, sino desde la configuración de métodos para abordarla. Desde las propuestas de Clifford Geertz (1991), Franz Boas (1990) y Claude Lévi-Strauss (1993) podremos visualizar cómo se configura el término cultura desde lo epistemológico hasta lo metodológico.
En la actualidad, una de las definiciones de cultura más empleadas es la brindada por Clifford Geertz al retomar a Max Weber en su obra La interpretación de la cultura :
El concepto de cultura que propugno... es esencialmente un concepto semiótico. Creyendo con Max Weber que el hombre es un animal inserto en tramas de significación que él mismo ha tejido, considero que la cultura es esa urdimbre y que el análisis de la cultura ha de ser, por lo tanto, no una ciencia experimental en busca de leyes, sino una ciencia interpretativa en busca de significaciones. (1991, p. 20)
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