Al disminuir la vergüenza, los sentimientos compartidos se vuelven alimento de la motivación (“puedo lograrlo”), y se avivan cuando asumimos que los problemas personales son cosas que también otros experimentan. Hay un motivo por el cual las personas que asisten a Alcohólicos Anónimos se presentan como “Soy alcohólico”. Admitir algo que les provoca vergüenza ante un grupo de personas con el mismo problema los une en una hermandad de apoyo mutuo para el cambio.
Al mostrarte diez formas en las que los demás luchan contra la invariabilidad, te ofrezco formas de encontrar motivación quitando los efectos asfixiantes de la vergüenza, con el reconocimiento de que no estás solo.
2. Tomar una posición integral hacia el cambio . Cuando intentas transformar tu comportamiento, la resistencia al cambio se hace sentir, siempre. No puedes escapar de ella. Esto conduce a una revelación importante: si el cambio inevitablemente implica resistencia, podemos ver nuestra inclinación a la invariabilidad como parte del cambio. Por lo tanto, transformación e invariabilidad no se oponen, sino que coexisten, son partes de un todo.
En el mundo moderno occidental nos resulta difícil comprender que dos fuerzas opuestas sean segmentos de una cosa. Tendemos a pensar en dicotomías: limpio-sucio, éxito-fracaso, hermoso-feo. Esta tendencia se agudiza en la publicidad, mucha de la cual proyecta una realidad ficticia de gente inequívocamente limpia, saludable y exitosa para vender productos (con mucha autoayuda que se ajusta a ese molde de forma sospechosa). Aunque no quiero abordar detenidamente la dicotomía entre el pensamiento occidental y oriental, vale la pena considerar que la filosofía china se opone al pensamiento maniqueo y ofrece una visión muy diferente del cambio. El símbolo del yin y el yang es la encarnación más famosa de este enfoque.
En el yin-yang, la oscuridad se encuentra en la luz, y la luz se encuentra en la oscuridad, y juntos forman un todo. Dos cosas al parecer opuestas están en diálogo permanente y es imposible comprenderlas a profundidad sin ver que están conectadas.
Piensa en un artista. Él no puede expresar la luz sin pintar la sombra; y no puede retratar la sombra sin capturar la luz. En italiano se llama chiaroscuro , y el significado literal de la palabra encarna esta dualidad: claro-oscuro. El arte siempre es un proceso integral.
El arte de la transformación no es distinto. No puedes comprender el cambio sin la invariabilidad; no puedes entender lo que significa quedarse igual sin conocer el cambio; y no puedes comprender a profundidad ninguno de estos conceptos sin verlos como parte de un todo.
La transformación se dará más fácil y se volverá más sostenible si trabajas duro para comprender el matrimonio entre cambiar y permanecer igual. En los siguientes capítulos verás cómo reconocer esta dualidad te ayudará a avanzar en tu vida.
3. Ver lo universal en lo personal . Existe un mensaje importante sobre nuestra humanidad en la invariabilidad. Al comprender el mensaje del yin-yang te ayudará a lidiar con los comportamientos más insignificantes que desees cambiar.
“Cuanto más específico seas, más universal serás”, afirma la novelista Nancy Hale. 16Esa idea es una verdad para el arte. Pero también para las profesiones terapéuticas (“Lo que es más personal es lo más universal”, escribe el gran psicólogo humanista Carl Rogers). 17Conforme este libro te guíe para ser extremadamente específico sobre por qué te resistes al cambio, descubrirás las razones universales para la invariabilidad.
Cada una de las diez razones que se exploran en los siguientes capítulos se origina en la misma base filosófica. Cada una habla de algo de lo que significa ser humano. Al ser tomadas como un todo, hacen honor a eso con lo que todos luchamos como humanos conscientes: la responsabilidad por nuestras vidas, el dolor de nuestra soledad, nuestra tendencia a sentir vergüenza, el llamado a ser valientes ante la vulnerabilidad y nuestra lucha por la esperanza y la fe. Comprender las diez razones como un todo te abre la puerta hacia estos asuntos profundamente existenciales y cómo se desarrollan en tu vida. Espero que al comprender estos problemas obtengas claridad sobre por qué te opones a las corrientes del cambio: ya sean tus intentos fallidos de organizar tu clóset o tu promesa no cumplida de ser voluntario en una campaña política que ayude a transformar el mundo en un lugar mejor.
Me gusta pensar en las diez razones para no cambiar como algo similar a esas pinturas realizadas por el artista Chuck Close. Sus más recientes retratos están compuestos de obras de arte más pequeñas. Cuando ves de cerca las pinturas de Close (sí, en inglés parece chiste), estas obras más pequeñas pueden ser apreciadas de forma individual. Si te alejas un poco y observas las pequeñas piezas colocadas una junto a otra, cada una cobra más sentido y obtiene más valor (como tesoros de un bazar, una abundancia de cosas pequeñas para compararlas y contrastarlas). Entonces, cuando te alejas todavía más, se vuelven parte de un retrato adorable, y un poco abstracto, pero también insólito por su precisión. Si te alejas aún más y observas la obra en la pared del museo, verás que es difícil distinguirla de una foto. El cambio es así. Es un asunto serio, porque incluso el intento más pequeño de transformar un comportamiento está conectado de forma íntima con asuntos más importantes y profundos.
Este concepto de piezas más pequeñas que contribuyen a un todo abarcador me recuerda algo que señaló el rabino del siglo xvi Simcha Bunim Bonhart. 18Escribió que la gente debería llevar en cada uno de sus bolsillos una tira de papel. En una deberían escribir: “Sólo soy polvo y cenizas”. Y en la otra: “El mundo fue creado para mí”. El secreto de la vida es comprender que las dos son verdaderas, sólo cuando se llevan al mismo tiempo (una en cada bolsillo), y saber cuándo leer cada una.
Estamos hechos de polvo de estrellas. Cada uno de nosotros contiene el universo, y también somos polvo. Nuestras circunstancias especiales son un yin-yang de los problemas cósmicos. Con respecto al cambio personal, a veces está bien observar sólo el polvo del comportamiento aislado, pero en ocasiones es mejor ver tu comportamiento como algo conectado que responde a un mundo creado para ti.
Asociar la adicción al teléfono inteligente, a organizarse bien o a perder peso con los problemas más profundos de nuestra humanidad puede parecer un serio desafío para el cambio. Pero la vida es seria, y el hecho es que todos enfrentamos con bastante severidad problemas sobre el cambio que en apariencia son pequeños: están en el fondo y al frente de nuestras mentes todo el tiempo. Honremos las pequeñeces como una forma de mejorar, en vez de reducir el mundo hermosamente complejo al que llamamos experiencia humana.
Quizá sientas que te pido que te alejes de la meta cuando te sugiero que coloques aquello que quieres cambiar dentro del mundo de las preocupaciones universales. Sé que parece algo extraño. Lo sé porque lo veo en mí todo el tiempo. En el instante que quiero cambiar algo es como si jugara a los dardos: suelo mirar de reojo mi perspectiva, me concentro en la meta y elimino cualquier distracción posible mientras apunto al blanco. ¿Y sabes qué? Ese enfoque funciona muy bien un viernes por la noche en un bar irlandés. Nunca funciona con el cambio personal.
Permíteme darte una garantía: te prometo que no te vas a volver más gordo, feo, solo o menos pleno si consideras los problemas universales mientras intentas llevar a cabo el cambio personal. De hecho, te prometo que comprender un poco de lo que significa ser humano y conectar tu humanidad con los motivos por los cuales te resistes al cambio, te ayudará a avanzar. Quién sabe, quizás incluso te ayude a modificar algunas ideas sobre lo que necesitas cambiar. Una vez que tengas una imagen más completa de las preocupaciones humanas más grandes y cómo éstas se conectan con tu propia capacidad de cambiar, quizá descubras que el problema no es tu peso, sino si puedes encontrar mejores formas de amar tu cuerpo: no es tu aspecto, sino preocuparte menos por tu imagen; no es la soledad, sino tu incapacidad de estar solo; no es un sentimiento de insatisfacción, sino la necesidad de amar y aceptar la invariabilidad. Por otro lado, quizá quieras perder unos cuantos kilos. De todas formas, eres más libre de avanzar hacia el cambio que deseas cuando lo ves como parte de asuntos más grandes.
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