Existe el dicho: “Es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el nuestro”, y esto significa que nos encanta juzgar a los demás, pero no nos gusta ver nuestros propios defectos. Si comenzamos un sincero camino de autoconocimiento y auto observación, nos vamos a dar cuenta de que todos somos seres imperfectos que estamos aprendiendo, que no tenemos idea de como funciona nuestro cerebro-mente y mucho menos nuestras emociones y casi no tenemos control sobre ellas. No nos enseñan estas cosas en la escuela, por lo que hacemos lo que podemos, y así vamos por el mundo, la mayoría de las veces causando y causándonos sufrimientos más o menos evitables, si tuviéramos ciertos conocimientos al respecto.
Por ahora podemos limitarnos a la observación y darnos cuenta que nadie es perfecto y que cada quien lleva a cuestas una historia, ciertas heridas, cierta educación y a partir de esto actúa y se expresa en el mundo de la manera que mejor puede o que le parece más conveniente. Quizás yo soy ansioso y no puedo controlar mi ansiedad, capaz yo tengo poca energía y me cuesta trabajar más de 5 horas al día, quizás no puedo controlar mi enojo ante determinadas situaciones, quizás no puedo controlar mis celos, son más fuertes que yo y me generan angustias grandísimas, quizás soy una buena persona pero estoy triste la mayoría del tiempo, quizás miento porque no puedo mostrarme tal cual soy por mi baja autoestima. Cada quien tiene partes en su personalidad que le son más difíciles de manejar, que vienen de múltiples factores que se conjugaron para que así suceda, y cada quien es responsable de trabajar esos aspectos en sí mismo para equilibrarlos y tener así mejores relaciones interpersonales en su vida.
Pero si tu reconoces que no eres perfecto, ¿por qué crees que tienes derecho a juzgar duramente a otros?. Los otros son iguales a ti, solo que están expresando su imperfección de otra manera, quizás tu eres ansioso y tienes ese defecto, pero juzgas duramente a tu vecino porque suele enojarse con facilidad, sin darte cuenta que ambos son seres en evolución y cada uno expresa su imperfección de diferentes maneras.
Lo que sí sabemos y aprendimos muy bien, es a juzgar y criticar en lugar de comprender y amar. Nos hace falta aprender a ser humildes y reconocer en el otro a una persona igual a nosotros, que esta en este mundo de incertidumbre y que carga con sus propio pasado, con sus heridas y sufrimientos, con sus propios miedos, y hay que aprender a ser compasivos con nosotros mismos y con los demás para tener relaciones más armoniosas.
Practica la comprensión amorosa
Ser compasivo con nosotros mismos y con los demás implica saber que no somos perfectos y que estamos en un proceso de aprendizaje, en el cual hacemos lo que creemos que es lo mejor a cada paso, y podemos equivocarnos, porque la equivocación es una parte casi inevitable cuando estamos aprendiendo. Sabiendo esto, el ser compasivos con nosotros mismos, quiere decir que debemos “perdonarnos” por nuestros errores y también cuidarnos y querernos. Si estamos con una persona que nos hace daño, como puede ser alguien que ejerce violencia tanto física como psicológica debemos tratar de salir de esa situación, por una cuestión de cuidado hacia nosotros mismos y de amor propio.
Pero no debemos confundirnos, el amor propio no implica que odiemos y juzguemos duramente a la persona por sus acciones. La otra persona actúa así porque es el resultado de una multiplicidad de factores que lo lleva a actuar de esa manera. El sentimiento de odio solo le hace mal a la persona que lo siente, por lo que nos provoca malestar y sufrimiento a nosotros mismos.
Hay personas que pueden tener ciertos trastornos mentales más o menos graves y realmente llegar a hacer mucho daño, en este caso estas personas deben ser apartadas de la sociedad y rehabilitadas si es posible. Pero de qué sirve que la odie y la juzgue si es una persona enferma o incapaz de controlar sus emociones, así como no odio ni juzgo con ira a una persona diabética o con cáncer, no puedo odiar a una persona que tiene una enfermedad o trastorno mental.
Con trastorno mental no me refiero necesariamente a una persona que tiene un problema mental grave como esquizofrenia, todos tenemos algún tipo de trastorno mental, porque no controlamos del todo nuestra mente y nuestras emociones, pero estos van desde trastornos muy leves hasta muy graves. Cuanto más grave es el trastorno más daño puede causar la persona en la sociedad o a otra persona. Ninguna persona sana mentalmente le hace daño a otra, y esto es un hecho. Por ende si juzgamos, lo estamos haciendo a alguien que esta enfermo en algún grado, siempre. No existe eso de pensar que la persona que viola es un “vivo” que se aprovecha de otra persona. De vivo no tiene nada, es una persona enferma que no puede con su compulsión, y al hacer eso corre grandes riesgos, como puede ser ir a la cárcel muchísimos años o ser descubierto y generar un rechazo social severo. Nadie en su sano juicio se expondría a tal peligro.
Pero esto no lo entendemos, porque nos encanta juzgar y así sentirnos mejor a nosotros mismos. Podemos meter en la cárcel a esa persona porque es un peligro para la sociedad, pero también reconocer que es una persona igual a nosotros solo que con trastornos más graves y en lugar de odiarlo podemos desearle de todo corazón que se pueda rehabilitar y mejorar su situación, así como nosotros la nuestra en cualquier ámbito en donde tengamos problemas. Al dejar de odiar, aprender a perdonar y ser compasivo con nosotros mismos y los demás, somos nosotros los que ganamos, porque nos sentimos mucho mejor.
Pero si no lo comprendemos y seguimos juzgando, no importa, ya que Dios o el universo es tan compasivo que te da otra oportunidad de corregir tu error. Entonces si juzgaste duramente y le hiciste la vida imposible a tu ex pareja porque te fue infiel por ejemplo, no te preocupes, tu próxima pareja también te va a ser infiel, porque no tuviste la humildad de reconocer que la otra persona cometió un error, y actuaste desde el odio, como si tu fueras perfecto, y en lugar de entender que esta persona tiene derecho a cometer errores como seguramente tú los cometes en otros ámbitos de tu vida, solo juzgaste y actuaste desde el odio y la reactividad en lugar de actuar desde la comprensión y el amor. Entonces el universo, al cual le interesa que evolucionemos hacia la comprensión y el amor, te va a volver a mandar la misma situación, a ver si esta vez tú actúas de otra manera.
Si tu quieres que tu pareja solo este contigo y con nadie más y no puedes soportar que tenga algún tipo de relación con otra persona, simplemente reconoces que tu quieres exclusividad porque te genera mucho miedo que la otra persona este cerca de alguien mas y no puedes controlar tus emociones al respecto. Lo que debes hacer es reconocer que sientes celos, y que a causa de tus miedos quieres apegarte y te sientes más segura con la monogamia, por lo que debes buscar a alguien que también sienta lo mismo que tú y acuerden una relación de exclusividad.
Pero aun así puede suceder que tu pareja no pueda cumplir con ese acuerdo y te engañe, quizás porque no se siente segura para hablar contigo de que se sintió atraído hacia otra persona, o porque no le parece tan importante hacerlo. Si te sucede esto, puede que sientas algo de odio cuando te des cuenta de que tu pareja te engañó, porque el juzgar lo tenemos muy adquirido, pero debes perdonarte a ti misma por no poder controlar tus emociones, tanto de celos como de odio. También reconoce que apaciguar y gestionar las emociones es algo que lograrás con el tiempo, el aprendizaje y la experiencia, por lo que recuerda que estás en proceso de ello y trata de no juzgarte tanto. Lo mismos debes hacer con el otro, reconocer que es un ser imperfecto en proceso de aprendizaje y te puedes separar si quieres, pero sin odio, solo reconociendo que son personas imperfectas que quizás quieren cosas diferentes o que quizás durante el paso de la relación empezaron a sentir que quieren cosas diferentes y no pudieron manejarlo.
Читать дальше