Kris Buendía - El Malo (edición especial)

Здесь есть возможность читать онлайн «Kris Buendía - El Malo (edición especial)» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Malo (edición especial): краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Malo (edición especial)»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Morir y revivir nunca se sintió tan bien…
Todos piensan que estoy muerto, pero la verdad es que yo ya estaba muerto antes de desaparecer, cuando todos me llamaban Lucifer. Ahora era dueño de un club del placer con mis dos mejores amigos.
El Cielo.
Era mi santuario aquí arriba. Podía ver a través del panel polarizado a los malditos adinerados ir por todo el pecado en su máximo esplendor.
Ahora era un maldito dios.
Pero, así como era dios, también era malo.
Pero cuando vi a Tate entrar a mi club mi corazón cobró vida. Ella estaba rota y mi necesidad de repararla era mi nueva obsesión. Ella quería ser mi nueva bailarina.
Tate Cole tenía secretos oscuros y yo iba a descubrirlos.

El Malo (edición especial) — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Malo (edición especial)», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Cuando ese día pase, tienes pase libre para ser bailarina y puta de este lugar, te prometo que no me meteré en tus asuntos y tendrás mi maldito respeto.

Había firmado mi lecho de muerte. No podría enamorarme de alguien como él jamás. Emanaba dolor.

Era un jodido idiota.

Pero. Al menos tenía el trabajo.

—¿Cuándo empiezo?

—Puedes empezar esta noche. Cualquier cosa que saque tu culo de mi oficina ahora mismo.

Me reí.

Él no entendió por qué.

—¿Siempre eres así de idiota?

—No querrás haberme conocido en el pasado. Te habría hecho la chica más feliz de este maldito mundo. Tenías razón, fui profesor, uno muy bueno. Y tú habrías sido mi alumna. Te habría doblado en mi escritorio y hacerte gritar, sacar siempre As. Cualquier cosa, para que no te hagas esa mierda a ti misma. Habría borrado cada dolor que sintieras con mis caricias.

Me había dejado sin palabras.

Porque tenía razón, él podía hacer lo que quisiera conmigo si seguía hablándome de esa forma.

William tenía un ser atormentado viviendo en su interior. Y mi parte cruda y sin sensibilidad alguna, lo quería conocer.

¿Quién lo habrá hecho así?

Nadie se hace… malo.

Te hacen malo.

—Ahora, lo que hagas con tu vida, no me importa en absoluto. Mantente fuera de raya, no te metas con Vill o con Bones, son unos malditos dementes. Tienes suerte de que ahora tendrás su protección. Ahora, saca tu culo de mi oficina y vete a trabajar. Taylor te mostrará el lugar.

—¿Quién es Taylor? —pregunté.

Tocaron a la puerta y el grandote entró.

—¿Él? —hice la pregunta de mala gana.

—¿Tienes algún problema?

—No, pero no me cae bien—me giré para ver a Taylor—No me caes bien, me echaste la primera vez que me viste.

—Solo estaba haciendo mi trabajo, pequeña.

—¿Pequeña? —la voz ronca de William me sobresaltó—¿Acaso quieres follártela, Taylor?

Taylor cambió su expresión y negó.

—No, señor.

—Entonces llámala por su nombre. Se llama Tate, Tate Cole. ¿Quedó claro?

—Muy claro, señor.

Yo no dije nada. Solamente vi por un segundo a William. Era sobreprotector y además celoso. No me conocía, no tenía por qué cuidar de mí.

Mi cuchillo de nuevo, no lo tenía. Lo necesitaba.

Me giré de nuevo y me acerqué donde él.

—Dame lo que es mío—le exigí.

Él levantó la mirada y no atisbé nada.

Su mirada estaba en blanco.

—No te daré nada. No vas a ir por ahí con esto, es peligroso. Alguien lo puede usar contra ti.

Me dio risa.

—¿Acaso crees que soy una maldita niña?

Me miró de forma lasciva.

—Me lo puedes demostrar.

Entendí bien a qué se refería, sexo.

—Dámelo, me pongo de mal humor cuando no lo traigo.

Podía rogarle si quisiera, de todas maneras, iba a recuperar lo que era mío. Significaba mucho para mí.

Ese maldito cuchillo llevaba la sangre de mi hermano y mía.

—No puedo, Tate.

Tate, era sexy y caliente cuando lo decía.

—Por favor, William. Lo necesito.

—Vamos a comenzar por que te refieras a mí con más respeto, ¿Te parece? Ahora soy tu jodido jefe.

Bajé la mirada.

—Por favor, señor. Lo necesito.

Miró mis ojos. Hervían. Tenía fuego en ellos, estoy segura que sí. Necesitaba sentir mi propia sangre cada noche. Lo necesitaba o él no se iría.

Me quería suya.

Ese hombre por el cual hui me quería suya y solo ese cuchillo me mantenía a salvo.

—¿Tate? —la voz de William hizo que lo viera.

Arrugó su frente. Como si intentara leerme.

Tragué una gran bola de aire en mi garganta y se lo pedí una última vez, no me importaba lastimarlo para conseguirlo, tampoco perder el trabajo que me acababa de dar. Iba a salir de ahí con lo que era mío.

—Démelo, por favor.

—No. Ve a trabajar.

—No lastimaré a nadie.

—Me queda claro a quien lastimas—dijo sin sentido de culpa. No me importaba.

—Se lo pido una última vez, señor.

Mi mirada estaba encrucijada en la suya. De pronto me pareció una pintura, una obra de arte. Como las que tenía colgadas en su pared. En todas era una parte del infierno.

Me preguntaba si él sabía el significado de cada una de ellas.

Suponía que sí, era un hombre listo. Muy inteligente, como peligroso.

Fue cuando sentí su mano.

—Espera afuera, Taylor—le dijo y escuché cuando el grandote salía.

Mi respiración estaba agitada.

Tenía el pulso a mil. No podía detenerme. Estaba pasando de nuevo.

La sombra a mi lado, se estaba acercando.

Era él.

Necesitaba el cuchillo o no se iría.

—Tate.

—Démelo—le imploré con un hilo de voz. Él al darse cuenta de lo mal que me encontraba. Continuó tocando mi mano. Y me entregó el cuchillo.

—No lo hagas—me pidió—Lo que sea que te haga hacerlo, no lo hagas.

Parpadeé un par de veces. La sombra se fue.

Miré el cuchillo en mi mano y luego a William. Me miraba, me miraba como una puta loca en trance.

—Gracias—le dije y me fui de su oficina. Encontrándome con el grandote.

¿Qué había sido eso? Mi corazón estaba a mil, su voz, su caricia, todo de él. Me estaba volviendo loca. Y me gustaba esa sensación, me gustaba, aunque me odiaba que provocara cosas en mí. Apenas lo conocía, pero la sombra se había ido, solo podría significar una cosa.

La sombra le temía a él.

—Estoy lista para trabajar, Taylor.

Taylor estaba cruzado de brazos. Puso los ojos en blanco y caminé junto a él.

—Esto será divertido. Me apuesto lo que sea que no aguantaras ni dos días.

—Yo me apuesto a que sí, no me conoces.

—No hace falta—dijo con sorna.

La música era buena. No era como las típicas de un club. Era como una droga. Ritmo, tambores, zumbidos.

Música celtica.

—Este es el bar—dijo, el bar era grande, lleno de botellas de todos tamaños y colores y mejores marcas de alcohol. Había dos chicos usando traje negro y una chica tatuada desde el cuello hasta el abdomen que llevaba descubierto, usando un top negro. Su cabello en un moño desordenado y tenía los labios pintados de color rosa fuerte.

Me saludó.

—Nueva—dijo Taylor.

—Hola, soy Anneke—Me tendió la mano—Hola, soy Tate.

—Tate te ayudará a servir las bebidas a los clientes —le dijo Taylor y luego se dirigió a mí—Como verás solo hay dos chicos que sirven en las mesas, los jefes lo prefieren así. Serás la única mesera mujer por aquí, buena suerte con eso.

Hice mala cara.

—Puedo cuidarme sola, gracias.

Una de las chicas que hacía un momento estaba bailando casi desnuda sobre la tarima, estaba sedienta y se dirigía hacia mí.

Anneke le sirvió un mojito y ella se lo llevó a la boca de inmediato.

Era cabello negro. Esbelta y de piel bronceada. Tenía un pequeño tatuaje en uno de sus muslos, eran unos labios rojos. El color resaltaba mucho en su piel. Me miró y me sonrió.

—Hola, soy Blair. ¿Buscas a alguien?

Ella era muy dulce. A pesar de que era una… ¿Bailarina?

—Soy Tate.

—Pequeña, ella trabajará ahora aquí. —se dirigió Taylor a ella.

Blair, sonrió emocionada.

—¿Vas a bailar? Eres muy guapa. —me hizo un escaneo con maestría de arriba abajo.

—No—dije regresándole la sonrisa—Seré mesera, o una mierda así.

—Oh, ¿Eres familia de alguno de los chicos?

No sabía por qué lo preguntaba.

—No, ¿Por qué?

—Porque no eres la primera que busca trabajo. Todos mueren por trabajar aquí, pero los chicos con muy selectivos. Las chicas que trabajamos acá hemos sido reclutadas de diferentes países. No secuestradas ni nada de eso por si te lo imaginaste. Yo soy de escocia. Mi chico, Alexander me trajo aquí.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Malo (edición especial)»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Malo (edición especial)» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Malo (edición especial)»

Обсуждение, отзывы о книге «El Malo (edición especial)» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x