Nora Cortese - Diario íntimo de una mujer audaz

Здесь есть возможность читать онлайн «Nora Cortese - Diario íntimo de una mujer audaz» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Diario íntimo de una mujer audaz: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Diario íntimo de una mujer audaz»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El mundo será de los audaces, dijo, y comenzó a vivir su vida sin importarle el qué dirán. Ingenua, suspicaz, fría, sensual, romántica, abnegada, calculadora, pero por sobre todas las cosas, valiente.
Solo quería ser feliz y encontrar al amor de su vida, aunque eso la llevara a cometer una y otra vez el mismo error. Nada de lo vivido fue en vano, porque al final aprendió lo más importante, que en su vida no había lugar para ningún tipo de maltrato. Ella podés ser vos.

Diario íntimo de una mujer audaz — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Diario íntimo de una mujer audaz», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Nora Cortese

Diario íntimo de una mujer audaz

Cortese Nora Diario íntimo de una mujer audaz Nora Cortese 1a ed Ciudad - фото 1

Cortese, Nora

Diario íntimo de una mujer audaz / Nora Cortese. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-2329-7

1. Novelas. I. Título.

CDD A863

EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA

www.autoresdeargentina.com info@autoresdeargentina.com

El mundo será de los audaces. Atrévete.

Capítulo I

—Necesito llegar al aeropuerto, por favor, tiene que haber un lugar por dónde pasar.

—No se puede. Hay un piquete que obstruye el tránsito—dijo el oficial con cara de resignación, pero transmitiendo calma a la vez.

Estaba muy nerviosa, había trabajado mucho para poder viajar. Juntar el dinero del pasaje no había sido fácil. Mis ojeras me delataban, ni el corrector ni el maquillaje en exceso habían logrado disimular el insomnio de la noche previa.

Aquellas imágenes que una y otra vez repetían los noticieros, estaban frente a mí. La columna de humo impedía ver la ruta. Las llamas envolvían en cámara lenta los neumáticos esparcidos sobre el asfalto. Hombres con capuchas, palos en mano y actitud desafiante trataban de imponer autoridad ante el puñado de personas indignadas que rodeaban al policía, exigiéndole una solución que no dependía de él.

Una señora con el mate en la mano, ropa gastada por el paso del tiempo y pechera fluorescente que la identificaba se me acercó. Tapándose la cara con un pañuelo y dejando al descubierto su pelo despeinado, me dijo:

—Bajate de esos zapatos y caminá..., mamita.

La miré, y mientras las lágrimas corrían sin ningún pudor por mi rostro, salí del auto y acercándome a ellos les dije:

—Necesito pasar sí o sí. Ustedes no pueden arruinarme el viaje que tanto soñé y por el cual me sacrifiqué mucho. Déjenme pasar. El derecho a reclamar termina donde empieza el mío de circular por las calles.

No podía creer lo que me estaba pasando, ¿sería una señal?

Mis tacos ya no me hacían sentir segura, mi pelo comenzó a enredarse con el viento y el olor a goma quemada había tapado mi costoso perfume importado. Las manos no me alcanzaban para bajar los volados de la pollera que dejaban al descubierto el borde de mi ropa interior. Como hormigas, los autos trataban de huir del lugar originando un congestionamiento aún peor. Todo era caos.

Cuando mi cabeza estaba a punto de estallar, el oficial se acercó y en tono cómplice me dijo:

—La única manera de llegar es caminando. Yo que usted me saco los tacos y aprovechando las rueditas de las valijas, empiezo a caminar. Y si por esas cosas del destino pierde el avión, acá tiene un servidor que la va a estar esperando.

—¿Me está hablando en serio?

Acomodó su visera y esbozando una sonrisa dijo:

—Por ahora es lo único que tengo para decirle.

Antes de reaccionar, el remisero que me llevaba comenzó a bajar el equipaje del auto.

—No se preocupe, señora—dijo, y alcanzándome el bolso de mano agregó–: yo la acompaño, usted va a tomar el avión.

¿Por qué?, ¿para qué?, siempre qué… todos los qué posibles retumbaban en mi cabeza. Mientras tanto, el hombre caminaba a paso acelerado y yo corría zapato en mano, para no pasar sola la barrera humana que se encontraba a metros de las llantas humeantes.

Media hora después llegamos al aeropuerto. Saqué unos billetes de mi cartera y pagué el viaje, mucho más de lo estipulado. Se lo merecía. Su actitud no tenía precio.

Otra vez el desconcierto.

Era la primera vez que estaba ahí. No sabía qué hacer. Traté de relajarme, tenía que llegar al lugar de embarque. Cientos de personas se cruzaban por el amplio salón. Algunos sonrientes, otros con cara adusta, vaya uno a saber qué historia personal había detrás de cada uno de ellos. La mía era muy simple, me había enamorado de un hombre que vivía en el exterior y tenía que optar por dónde vivir. Y para llegar a eso fue necesario hacer un trabajo emocional muy profundo, y un ajuste económico descomunal a mi vida para poder juntar los cinco mil dólares que me había costado ese viaje.

Me desplomé sobre uno de los sillones de la zona de embarque implorando que todo pasara lo más rápido posible. A pesar de la comodidad no podía permanecer sentada durante mucho tiempo. A través del ventanal miré al avión maniobrar en la pista. Me acerqué al monitor que estaba ubicado en el centro de la sala de espera y pude ver que anunciaba el vuelo 2383 con destino a Yakarta para las ocho y treinta a. m. Mi estómago se estrujó.

Las nubes comenzaron a dar paso a los rayos del sol. Estaba comenzando el día, el más importante de toda mi existencia. Iba a encontrarme con el amor de mi vida. Un mundo nuevo se abría ante mis ojos. Los pisos brillantes de la sala, los amplios cristales, gente vestida con ropa de marcas conocidas, señoras con olientes perfumes, hombres luciendo oro en sus muñecas y las avenidas linderas ocupadas por un enjambre de autos contrastaban con el barrio que había dejado atrás.

—¿Te vas para siempre?—preguntó mi compañera de banco ocasional, luego de levantar la vista que hacía tiempo tenía clavada en su celular.

—Buena pregunta, pero no lo sé.

—¿Por qué?—retrucó.

—Voy a encontrarme con el que creo que es el amor que siempre soñé. Lo conocí acá y por problemas laborales volvió a Indonesia.

—Tienen costumbres, religión y valoración de la mujer opuestas a las de los occidentales. No será fácil—suspiró en un castellano trabado, pero entendible.

Lucy, la señora en cuestión, volvía a su país de origen, Indonesia, luego de visitar a su hijo quien, a diferencia de lo mío, encontró su amor en la Argentina y acá se quedó.

De entrada me pareció entrometida pero, a medida que transcurría la conversación, sus comentarios me parecían sinceros. Su cara de pergamino delataba unas cuantas décadas de experiencia. Su sonrisa diáfana jamás desaparecía de sus labios, incluso cuando trataba de convencerme de que no sería fácil adaptarme a la sociedad asiática. Su paz me envolvía, pero no lo suficiente como para permanecer sentada por largo tiempo, aunque ahora era ella la que se había levantado. En su lugar se había sentado un joven con una valija y una mochila que apretaba sobre su pecho. Lo noté algo inquieto. Se movía todo el tiempo, cruzaba las piernas para un lado y otro. Su nerviosismo aumentó más el mío. Quería saber cuál era la causa de su ansiedad, quizás estaba viviendo una historia igual a la mía y ambos nos podíamos consolar al mismo tiempo.

—¿A dónde viajás?—le pregunté.

—A España—me contestó por compromiso.

—Qué lindo, no conozco España, pero he leído revistas en las que muestran a los artistas en sus playas paradisíacas.

—No voy en viaje de placer—me contestó, ahora de manera más amena, dejando de mirar de un lado hacia otro—. Un amigo me espera allá porque me consiguió un trabajo temporario. Tengo a mi hijo con cáncer y necesito plata, acá no encuentro trabajo. Me ofrecieron un muy buen sueldo.

Pobre hombre, pensé. En ese instante me hubiese gustado ser una persona con mucha plata para poder ayudarlo, sin embargo se me ocurrió otra manera de hacerlo.

—¿Tenés abierta alguna cuenta bancaria para depositar plata?

—Sí, mi hermana me la abrió.

—Pasame por favor el número así lo replico en las redes sociales. Acá hay gente muy solidaria.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Diario íntimo de una mujer audaz»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Diario íntimo de una mujer audaz» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Diario íntimo de una mujer audaz»

Обсуждение, отзывы о книге «Diario íntimo de una mujer audaz» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x