[1]Véase Wilhelm Bousset, Die Offenbarung Johannis, Gotinga, Vandenhoeck und Ruprecht, 1906, p. 91.
[2]Gregorio López, Tratado del Apocalipsis, p. xxi (cursivas del autor).
[3]Idem.
[4]Tratado..., p.1.
[5]Tratado…, p. 1-2. Las cursivas marcan las palabras originales del Apocalipsis; los comentarios de Gregorio López están en texto normal; ese orden se mantiene en la edición del Tratado del año 1789.
[6]Richard Baukham, The Theology of the Book of Revelation, Cambridge, Cambridge University Press, 2003, p. 1.
[7]Pongamos atención en el hecho que Gregorio López también se llama a sí mismo “el siervo de Dios”; quizás por este epíteto él quería marcar su parentesco espiritual con el autor del Apocalipsis (véase Tratado…, p. xx).
[8]Tratado…, p. 5; véase también el texto griego del Apoc. I., 1-9 en donde se justifica el destierro de Juan por su predicación de la palabra de Dios y por su testimonio por Jesús: διὰ τὸν λόγον τοῦ Θεοῦ καὶ τὴν μαρτυρίαν.
[9]Tratado…, p. 6. Sobre el carácter específico de ese género véase el capítulo “Revelation as a circular letter” en Bauckham, op. cit., p. 12-17.
[10]Analizaremos el contenido de esas epístolas y su interpretación por parte de Gregorio López en el segundo capítulo.
[11]Claudio Doglio, “Introduzione all’Apocalisse di Giovanni”, en Giuseppe Gilberti y cols. (ed.), Opera Giovannea, Torino, Elledici, 2008, pp. 141-142: Molti studiosi hanno cercato di risolverse il problema di questa “strana grammatica”, proponendo soluzioni diverse: non sembrano sufficienti le ipotesi di una semplice ignoranza della lingua greca o di un forte influsso semitico, dal momento che l’autore “mentre scrive in greco, pensa in ebraico”; è meglio pensare ad una libera scelta di Giovanni che adopera voluntariamente un linguaggio greco-ebraico, creando una specie di “stile sacro” molto vicino al linguaggio dell’ Antico Testamento.
[12]Eusebio de Cesarea, Historia ecclesiastica, VII. 25. 1-3 (traducción del autor).
[13]Ibid., VII. 25. 4-5.
[14]Ibid., VII. 25. 6-8.
[15]Ibid., V. 25. 20-21; 23-26.
[16]Ibid., V. 25 y 27.
[17]Claudio Doglio, op. cit., p. 150.
[18]Eusebio de Cesarea, op. cit., III. 28, 1-2.
[19]Ibid., III, 39-68; véase también Claudio Doglio, op. cit., p. 149.
[20]Afirmando que el Apocalipsis aparece como la herencia de la tradición profética veterotestamentaria, López muestra que en aquel libro se habrán de desarrollar los acontecimientos dramáticos, expresados en los símbolos parabólicos e imágenes figurativas que transmiten la grandeza de los planes de Dios acerca del mundo.
[21]Desiderii Erasmi Roterodami Opera Omnia… Tomus sextus complecens Novum Testamentum…, Leiden, 1703, col. 1123.
[22]Irena Backus, Reformation Readings of the Apocalypse: Geneva, Zürich and Wittenberg, Oxford, Oxford University Press, 2000, p. 27.
[23]Eadem, “The Church Fathers and Canonicity of the Apocalypse in the Sixteenth Century: Erasmus, Frans Titelmans and Theodore Beza”, en Sixteenth Century Journal, 1998, vol. XXIX, p. 655.
[24]A la filosofía de la historia de Gregorio López y a su interpretación de la historia romana a través del Apocalipsis le dedicaremos una investigación independiente.
[25]Eusebio de Cesarea, op. cit., VII.10.
[26]Tratado…, pp. 113-114.
[27]Se menciona también un tal Hebion, una figura mítica que nunca ha existido. Es un nombre inventado para fingir un fundador de una herejía de los ebionitas, cuyo nombre proviene de la palabra hebrea ebionim lo que significa “pobres”. Eran cristianos judaizantes quienes seguían observando la ley de Moisés (véase Barth Ehrmann, The Lost Christianities: The Battles for Scripture and the Faiths We Never Knew, Oxford, Oxford University Press, 2003, p. 99).
[28]Claudio Doglio, op. cit., p. 148.
[29]Tratado… pp. 116-117.
[30]Claudio Doglio, op. cit., pp. 148-149.
[31]“No le tuviese por apostólico y profético Lutero”. Tratado…, p. xxvii.
[32]Tratado…, p. xxiv.
[33]Ibid., p. 52-53.
[34]Ireneo de Lyon, Contra haereses libri quinque, V. 30. 3, en Patrologia Graeca, vol. 7, col. 1207.
[35]“Et dicit mihi: oportete te iterum prophetare populis, et linguis, et gentibus, et regibus multis”. Hoc dicit, propterea quod quando haec Johannes vidit, eran in insula Pathmos in metallo damnatus a Domitiano Caesare. Ibi ergo vidit Apocalypsin. Et cum jam senior putaret se per passionem accepturum receptionem, interfecto Domitiano, omnia judicia ejus soluta sunt. Et Johannes de metallo dimissus, sic postea tradidit hanc eamdem quam acceperat a Deo Apocalypsin. Victorinus, Scholia in Apocalypsin beati Johannis, en Patrologia Latina, vol. 5, col. 333.
[36]Interfecto autem Domitiano, et actis ejus ob nimiam crudelitatem a senatu rescissis, sub Nerva principe redit Ephesum, ibique usque ad Trajanum principem perseverans, totas Asiae fundavit rexitque Ecclesias, et confectus senio, sexagesimo octavo post passionem Domini anno mortuus, juxta eamdem urbem sepultus est. Jerónimo, De viris illustribus, cap. IX secundum post Neronem persecutionem movente Domitiano, in Patmos insulam relegatus, scripsit Apocalypsim, quam interpretatur Justinus Martyr et Irenaeus.
[37]George Raymond Beasley-Murray, The Book of Revelation, Grand Rapids, Eerdman’s, 1974, p. 38.
[38]Clemente de Alejandría, Stromata, VII. 17.
[39]Epifanio de Salamina, Adversus octoginta Haereses, opus quod inscribitur Panarium sive Arcula, LI.33, en Patrologia Latina, vol. 41, col. 949.
[40]Kenneth J. Gentry, Before Jerusalem Fell: Dating the Book of Revelation, Atlanta, American Vision, 1989, p. 104.
[41]Para más detalles véase Bruce Metzger, The Canon of the New Testament: Its Origin, Development and Significance, Oxford, Clarendon Press, 1987, pp. 191-194.
[42]El texto latino lo citamos de acuerdo con el siguiente enlace .
[43]Traducción al castellano del Fragmento Muratoriano [en línea], disponible en .
[44]A veces se cree que el autor del Fragmento Muratoriano podría haber sido san Hipólito, obispo de Roma, pero Bruce Metzger refuta esta opinión afirmando que Hipólito había tenido la misma posición en torno de la autoría del Apocalipsis que san Irineo; es decir, afirmaba que el Apocalipsis fue escrito en los tiempos de Domiciano (Metzger, op. cit., pp. 193-194).
[45]“Ni los hechos ni las cartas nos hablan de la muerte de Pablo; pero existe una tradición fiable de que murió mártir durante el reinado de Nerón, bien en la misma época que Pedro (64) o un poco más tarde (67)”. Raymond E. Brown, Introducción al Nuevo Testamento, vol. II, Madrid, Trotta, 2002, p. 575.
[46]Véase William Hugh Clifford Frend, Martyrdom and Persecution in the Early Church. Study of a Conflict from Maccabees to Donatus, Oxford, Basil Blackwell, 1965, pp. 159-162. En torno a las persecuciones en contra de Flavio Clemente y su esposa Domicilla, contamos con un examen crítico por parte de J. Christian Wilson, quien se mostró escéptico acerca del carácter fidedigno de esa leyenda hagiográfica. Véase J. Christian Wilson, “The Problem of the Domitianic Date of Revelation”, en New Testament Studies, 1993, vol. 39, pp. 589-594.
[47]Leonard Thompson, The Book of Revelation: Apocalypse and Empire, Nueva York-Oxford, Oxford University Press, 1990, pp. 95-167.
[48]“The Book of Revelation provides an abundance of internal evidence for determining this date. […] The most important internal evidence for dating Revelation is the passage chapter 17”, pp. 9-11. Véase, por ejemplo, J. Christian Wilson, op. cit., pp. 597 y 599.
[49]Tratado…, p. 202.
[50]Tratado…, p. 205. Todavía permanecen inciertas las referencias como “Marmar Manapoli” y “Citorio Cavalo”. La roca Tarpeya está al costado de Capitolio, no de Aventino.
Читать дальше