1 ...8 9 10 12 13 14 ...20 —Mami y papi y Ry-Ry y yo, tuvimos que huir porque los ángeles vinieron y prendieron fuego a los árboles, y entonces la gente gris atravesó la cerca y se comió todos los borregos y las vacas y trataron de comerse a… —de pronto se detuvo y miró alrededor. Sus ojos se llenaron nuevamente de lágrimas—. ¿Dónde está mi mami?
—Shhh, shhh, calma, todo está bien —la tranquilizó Nix—, vamos a encontrarla.
Benny estaba maravillado con la paciencia de Nix. Por más empatía que sintiera por Eve, él no podía soportar las lágrimas, el llanto, el pánico que emanaba de la niña. Lo hacían querer gritar y correr y golpear cosas. Cosas muertas. O… lo que fuera. Árboles, una pared de roca. Sus puños se habían cerrado con fuerza y todo su cuerpo estaba rígido, tenso por una posible nueva ola de llanto.
—Cariño —le dijo Nix a Eve—, ¿dónde estaba tu mami la última vez que la viste?
El rostro de Eve se volvió inexpresivo mientras reflexionaba en ello. Miró por encima del hombro de Nix hacia la cuesta que se elevaba sobre la irregular boca del barranco, después volteó y examinó todo el terreno.
—Yo estaba jugando en el arroyo —dijo—. Mi mami estaba lavando la ropa. Y Ry-Ry estaba preparando el desayuno y…
Benny asintió. Se inclinó hacia el frente y dijo:
—Eve… ¿tu mamá tiene el cabello negro?
Eve parpadeó como una tortuga confundida.
—No. Mi mami tiene el cabello amarillo —lo dijo como si todo el mundo lo supiera.
Chong se inclinó hacia él y susurró:
—¿Por qué preguntas eso?
Benny se encogió de hombros.
—Probablemente no sea nada. Me pareció ver a una mujer en el bosque justo antes de que los zoms comenzaran a seguirme.
—¿Estaba…? —empezó Chong, pero calló el resto.
—Me pareció que sí —dijo Benny—, pero los zoms no la atacaban.
—¿Cadaverina? —sugirió Chong.
—Puede ser. No lo sé, todo pasó tan rápido.
Chong asintió tristemente. Ambos recordaban la advertencia de Tom sobre los extraños. “Un zom recientemente reanimado no ha tenido tiempo de descomponerse, así que parecerá una persona viva hasta el momento en que te arranque un pedazo a mordidas.”
—¿Dónde estaba tu campamento? —preguntó Nix a la niñita.
—No sé. Cuando la gente gris trató de atraparme, yo corrí y corrí. Tenemos que encontrar a mami y papi y Ry-Ry.
—¿Quién es Ry-Ry?
—Una niña —dijo Eve, como si eso fuera obvio para todos—. Ella nos estaba llevando a un nuevo hogar donde pudiéramos estar a salvo de la gente gris y de los ángeles.
Lilah se levantó abruptamente.
—Voy a buscarlos —dijo, y se fue a preparar el equipo para una cacería.
—¿Adónde va la señora de la lanza? —preguntó Eve.
—Ella es una cazadora muy buena —dijo Nix—. Va a encontrar a tu mami y a los otros.
—¿Qué hay de la gente gris? —preguntó Eve llena de horror—. ¡La van a atrapar!
Nix sonrió.
—No, querida. La gente gris no atrapará a Lilah. Ella es muy lista y bastante fuerte, y ha aquietado a muchos de ellos.
—¿Aquietado?
—Los ha puesto a dormir.
—¿A fingir que duermen o a dormir para siempre?
—Mmmm… a dormir para siempre —le aseguró Nix.
Chong volvió a inclinarse hacia Benny.
—Esto es fascinante —dijo en voz baja—. Si hay otros asentamientos aquí afuera, entonces probablemente serán como solían ser las islas o los países distantes en los días anteriores a que el mundo fuera mapeado. Tan aislados que sus propias expresiones y referencias, toda la jerga y el argot que hemos usado desde la Primera Noche serán distintos.
—Pero… los monjes de estación de paso viajan por todos lados, ¿no?
Chong se encogió de hombros.
—Por supuesto. Como los monjes irlandeses durante la Edad Media o los Jesuitas algunos siglos después. Los Shaolin también lo hicieron en China. Viajaban, registraban, difundían información y creaban vínculos entre los estudiosos. Todo un tema, eso de los monjes viajeros.
—Aunque los monjes de estación de paso no viajan para difundir su religión.
—No todos los monjes o sacerdotes son misioneros, Benny. Algunos eran académicos o historiadores. Sin embargo, por más sorprendente que sea, tienes razón en una cosa. Si encontramos a gente que use la misma jerga post-Primera Noche, será probablemente a causa de los monjes.
—Cielos, Enciclopedia Chong. Gracias por darme crédito.
—Es un pequeño crédito. Disfrútalo.
Benny le dio un codazo en las costillas, pero lo hizo discretamente. No quería asustar a la niña.
12
Eve finalmente se quedó dormida. Nix ahuyentó a todos con una seña para que no molestaran a la niña. Benny se fue a contemplar a los zoms en el barranco.
Chong vio a Lilah sentada en un tronco caído, afilando la hoja de su lanza como parte de los preparativos de su partida para encontrar a los padres de Eve. No se sentía con ganas de otra reprimenda, así que se sentó con la espalda apoyada en un delgado pino, cerró los ojos y comenzó a deambular lentamente por la biblioteca de su mente. Así era como él la veía. Una biblioteca, con estantes de libros e hileras de archiveros en los que sus pensamientos, recuerdos y experiencias estaban cuidadosamente resguardados.
El único archivero mental que no estaba ordenado con cuidado y precisión era uno etiquetado como LILAH.
Ése se ladeaba con una extraña inclinación, tenía los costados abollados y ninguno de los cajones se abría con suavidad.
Lilah era el huracán que giraba alrededor de la vida de Chong y él vivía en el ojo, fascinado por su poder y su belleza, pero de ninguna manera seguro de entenderla. Chong estaba prácticamente seguro de que moriría de viejo antes de poder comprenderla del todo.
Evocó en su mente la imagen de ella. Era fácilmente la chica más hermosa que hubiera visto jamás. Alta, ágil, con extremidades largas y bronceadas, ojos del color de la miel y cabello blanco como la nieve. Desde la muerte de Tom, había recaído en Lilah ser la líder de facto de su expedición. A pesar de que nunca había estado en Nevada —ni en un desierto—, entendía la lógica de la supervivencia. Desde los once hasta los dieciséis años había vivido sola en Ruina, a veces huyendo de los zoms y los mercenarios, a veces cazándolos. Chong creía que Lilah podía sobrevivir en cualquier ambiente de la tierra en que se encontrara. Y aunque podía entender a un nivel intelectual las habilidades que ella poseía, sabía que carecía de su instinto básico de supervivencia.
Una patada a mitad de su muslo terminó abruptamente con su ensoñación.
—¡Auch! —gritó, y cargó su lengua con el insulto más vil que conocía para lanzar a Benny, sólo que… no era Benny.
Cuando Chong abrió los ojos, vio que Lilah estaba parada frente a él. Tenía su bolso de cuero de cacería colgando cruzado sobre su cuerpo y su lanza en la mano.
—Despierta —dijo.
—Estoy despierto.
Lilah dejó caer la lanza sobre la hierba y se sentó con las piernas cruzadas frente a él.
—Me voy —dijo.
—Acabas de llegar.
—No, me voy a buscar a los padres de Annie.
—De Eve —corrigió él.
Los ojos de ella destellaron con irritación.
—Eso es lo que dije.
—Claro —dijo Chong.
Lilah se quedó ahí sentada con una expresión expectante en el rostro.
—¿Sí? —preguntó Chong.
—¿Y bien…? —dijo ella.
—¿Y bien… qué?
—Dije que me voy.
—Lo sé. ¿Querías… que fuera contigo?
Ella rio.
—Ésta es una cacería.
—Lo sé.
—Me estaré moviendo rápido. Rastreando.
—Sí —dijo él—. Lo sé.
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