1 ...6 7 8 10 11 12 ...22 El concepto de megaiglesia designa organizaciones protestantes que trabajan simultáneamente en el crecimiento y la integración diferenciada de sus seguidores sobre la base de múltiples formas de habitar vastas comunidades de creyentes. A los fines del libro, podemos reconocer que su programa institucional incluye ciertas regularidades morfológicas, doctrinales y litúrgicas. La primera remite a la distribución organizada de los individuos en “células” o “espigas”, esto es, pequeños grupos de pertenencia, también de monitoreo y seguimiento, que permite experimentar la vida interna de la iglesia como un circuito de sociabilidades y lealtades semejantes –en más de un sentido– a lo que Charles Tilly (2010: 19-20) define como una red de confianza; la segunda consiste en una revalorización doctrinal de “el mundo”, la sociedad, en cuanto territorio privilegiado de las acciones, compromisos y apuestas de los creyentes; la tercera y última regularidad señala la innovación activa de las pautas comunicacionales de acuerdo con el lenguaje en ascenso de la industria cultural (libros, música, películas, series, programas de radio, etc.), con sus esquemas y tipificaciones características, pero adaptadas al medio cristiano.
Algunos de estos templos dependen de organizaciones religiosas extranjeras –como la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD) o Deus é Amor–, las cuales replican un modelo corporativo de expansión religiosa, 6marginal a las asambleas y federaciones locales (ACIERA o FECEP). Otras responden, por el contrario, a experiencias nacionales de una segunda generación de líderes argentinos, como es el caso de El Tabernáculo de la Fe del pastor Hernán Pérez en Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut, o el templo Maranatha de Juvenal García en San Salvador de Jujuy, en el NOA. Cabe señalar que nuestros registros de campo se encuentran acotados al templo Rey de Reyes de Claudio Freidzon y a Catedral de la Fe de Osvaldo Carnival. Son dos de las cuatro megaiglesias más importantes de la ciudad de Buenos Aires, junto con Presencia de Dios de Bernardo Stamateas y el Centro Cristiano Nueva Vida de Guillermo Prein. Uno de sus rasgos distintivos consiste en la ubicación geográfica de ambas organizaciones, cuyos espacios de evangelización se encuentran circunscriptos a barrios históricamente asociados a los sectores medios-altos de la Capital Federal, con sus patrones estéticos y sus pautas de consumo.
Los grandes templos no sustituyen, ni desplazan, a la lógica de expansión basada en pequeñas iglesias barriales, tempranamente exploradas por Pablo Semán (2010: 16-32) y Marcos Carbonelli (2012), a cargo de un pastor o una pastora, su familia y una comunidad de vecinos involucrados en la vida cotidiana de la organización. Las variaciones en la escala tienden, por el momento, a reafirmar más que a disminuir la fuerza expansiva de las imágenes y prácticas religiosas. La competencia afecta, en todo caso, a las congregaciones intermedias doblemente expuestas a las ventajas territoriales de las iglesias chicas y el encuadre, los recursos, la estructura de las más grandes. Es posible que uno de los rasgos distintivos del neopentecostalismo contemporáneo, en sus diferentes proporciones y temporalidades, resida en su proyección determinada hacia dominios selectos de la sociedad con los que se producen afinidades.
Las líneas de investigación que comprenden el mundo judío y que permiten organizar el presente trabajo se dividen de la siguiente manera.
1 El estudio sobre Jabad Lubavitch incluye una primera etapa, correspondiente a la tesis de maestría de Damián Setton, centrada básicamente en las relaciones entre emisarios de Jabad y judíos no ortodoxos en el marco del programa Morashá Universitarios. La investigación desembocó en la sistematización de un conjunto de relaciones núcleo-periferia y en la aplicación inductiva de este par conceptual para la comprensión del fenómeno de revitalización religiosa. Aquí encontramos un primer punto de convergencia y área de interés compartida con el trabajo de Joaquín Algranti, lo que confluyó en las primeras producciones en coautoría.
2 La segunda etapa corresponde a la tesis de doctorado de Damián Setton, centrada ya en las dinámicas propias a la comunidad Jabad Lubavitch. Este trabajo cristalizó en la construcción de un esquema que permite comprender los modos de habitar el espacio jabadiano y la construcción de la experiencia de la “lubavitcheidad”. En este punto, construimos un esquema de distingue las dimensiones de organización, comunitario-cultural y espiritual, e identifica las tensiones y atravesamientos entre ellas.
3 La tercera etapa, en lo que atañe a este libro en particular, corresponde al interés por las articulaciones entre rock y judaísmo, indagadas a través de un estudio sobre la banda Atzmus. Este trabajo se insertó en el proyecto dirigido por Joaquín Algranti relativo a las mercancías religiosas, financiado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, cuyos resultados fueron publicados en el libro La industria del creer. Atzmus es una banda de nu metal formada, en el momento en que llevamos a cabo nuestra investigación, por dos miembros de Jabad Lubavitch y dos cristianos evangélicos. Su formación es la de power trío con un cantante que oficia de frontman. El cantante escenificaba, tanto en el escenario como en fotos y videos, la corporeidad típica de los adeptos a Jabad, a la vez que las letras de la banda remitían a contenidos de la Cábala. Estas características llamaron nuestra atención y nos condujeron a un análisis que intentó complejizar estas cuestiones. Luego de algunos cambios en su formación, Atzmus se disolvió en 2020.
4 Finalmente, la cuarta línea de investigación se centró en el caso de los judíos no afiliados. En este caso, llevamos a cabo entrevistas en profundidad a individuos, autopercibidos como judíos, que no formaban parte de organizaciones o comunidades religiosas. Este tipo de objeto de estudio ha venido gozando de relativo prestigio, en parte debido a la producción de la categoría de “religión vivida” que le aporta un aura de legitimidad académica al habilitar la puesta en palabra (a veces en inglés) de experiencias opacadas por una aproximación “comunitaria” a los fenómenos sociales.
Por su parte, el fenómeno evangélico incluye un universo de estudio amplio, de una altísima variabilidad y dinamismo. Las referencias empíricas del presente texto incluyen casos correspondientes a cuatro áreas de investigación académicas. Ellas comparten entre si el interés por las transformaciones recientes de la vida religiosa y su relación con (a) la política; (b) la cultura material; (c) el sistema penitenciario, y (d) las terapéuticas en el tratamiento de adicciones. Los estudios se inscriben, en un sentido estrecho, dentro de la sociología de la religión y, en una comprensión más extensa, dentro de los estudios socioantropológicos de la cultura y las instituciones, abordadas mayoritariamente desde las estrategias de estudio cualitativas. La elección de los tópicos de investigación se deprende en todos los casos del trabajo de campo y la captación inductiva de problemáticas sociales.
1 La primera línea de análisis coincide con la tesis doctoral (2005-2009) de Joaquín Algranti realizada en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires en cotutela con la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París. Este eje prioriza el estudio de la dimensión política que subyace a las nuevas formas de organización propias de las megaiglesias. Allí nos propusimos explorar analíticamente –y a partir del estudio de caso del templo Rey de Reyes– los espacios en los que se moldea la subjetividad de los agentes, se forman grupos de pertenencia y se refuerzan lógicas de construcción de identidades colectivas. Espacios en donde circulan discursos, pero también mitos historificados y representaciones, sobre la realidad del país, sus problemas concretos y el impacto biográfico que suscitan bajo las formas de la violencia y el sufrimiento social. En dichos dominios se establecen posiciones nucleares, intermedias y periféricas en el modo de habitar las creencias mientras se define un ethos que postula la necesidad de un cambio moral de la sociedad. Los cuadros medios, semiprofesionalizados, en la vida religiosa –denominados líderes o guías– representan el sujeto político de esta transformación. A partir del estudio de las megaiglesias, pudimos ver que el potencial movilizante del neopentecostalismo, su capacidad de afectar las estructuras de poder de la sociedad reside, por el momento, en los márgenes del sistema partidario, en su habilidad para construir circuitos de socialización en los que se construye discursivamente la necesidad de un cambio social y el protagonismo de los cristianos en este proceso. El abordaje cualitativo de la tesis incluye un corpus de entrevistas en profundidad, observaciones, registros y análisis de los materiales escritos y audiovisuales de la iglesia.
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