Estas convergencias se traducen en concertaciones periódicas en numerosos organismos internacionales: la onu y sus órganos subsidiarios, y el gran número de organismos que forman parte del Sistema; otras organizaciones, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (ocde) o el Foro Económico de Asia Pacífico (apec), y mecanismos de diálogo como el G20 o el grupo mikta (México, Indonesia, Corea, Turquía y Australia). Al menos una vez al año, los cancilleres de ambos países se reúnen para intercambiar opiniones y buscar apoyos sobre una multitud de temas de interés mutuo. Viceministros (subsecretarios), representantes permanentes y embajadores lo hacen en numerosas ocasiones, tejiendo así un entramado de consensos y apoyos políticos permanentes. El nivel de coincidencias en votaciones de resoluciones en la Asamblea General (agonu) y el apoyo mutuo a candidaturas en organismos multilaterales son elevados.
Cuando México solicitó el apoyo de la comunidad internacional de donantes para el Plan de Desarrollo Integral para Guatemala, El Salvador y Honduras, a comienzos de 2019, Corea lo ofreció; incluso expresó su interés por medio de la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (koica), su agencia de cooperación internacional, en elaborar un proyecto de cooperación con su homóloga mexicana, la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (amexcid). Las conversaciones seguían su curso a finales de 2019.
El grupo mikta (México, Indonesia, Corea, Turquía y Australia) es una expresión acabada de las afinidades políticas entre ambos. Constituido a iniciativa de México en 2013, es una agrupación plural de países de cuatro continentes (si consideramos que Turquía también es europeo), basada en el “interés común en fortalecer el multilateralismo, apoyar los esfuerzos globales dirigidos hacia la estabilidad y la prosperidad, facilitar soluciones pragmáticas y creativas para problemas regionales y globales, y hacer reformas muy necesarias en las estructuras de la gobernanza global” (sre, 2015).
Para subrayar su elevado compromiso con el mecanismo, Corea asumió la segunda coordinación anual en 2015, después de la mexicana de 2014, y ha sugerido, en varias ocasiones, que se llevará a cabo una cumbre para darle el mayor realce posible. Hasta el primer trimestre de 2020, el grupo había emitido 25 declaraciones sobre diversos temas. Las reuniones de cancilleres (una al año) permiten una “diplomacia de proximidad”, con intercambios directos de opiniones y posiciones sobre los temas de mayor relevancia para los cinco países. También contiene un componente de diplomacia parlamentaria que no debe soslayarse, al reunirse, una vez al año, los presidentes de los parlamentos respectivos en la capital de quien ostente la coordinación; éstos también comparten sus visiones y preocupaciones sobre los temas de común interés.
A pesar del entramado de encuentros y concertaciones señalado, el nivel de la relación requeriría más contactos de alto nivel, tanto en el marco de mecanismos institucionales como fuera de ellos. Asimismo, sería deseable que hubiera mayor simetría en los contactos, dado que son más frecuentes las visitas oficiales de Corea a México que viceversa. Por ejemplo, el último Jefe de Estado en viajar a Corea en visita oficial fue Vicente Fox en 2001 y en 2005, para participar en la Reunión de Líderes de apec en Busan. En tanto, la anterior presidenta de Corea, Park Geun-hye, viajó a nuestro país con una delegación de más de 45 personas, entre miembros de gabinete, altos funcionarios y empresarios, en abril de 2016.5 El último canciller mexicano en visitar Corea fue José Antonio Meade en 2015, fecha de la última reunión del Mecanismo de Consultas Políticas a nivel ministerial. La canciller coreana Kang Kyung-wha asistió a la toma de posesión del presidente Andrés Manuel López Obrador el 1 de diciembre de 2018.
En el ámbito de la cooperación, la Comisión Mixta de Cooperación Económica, Técnica y Científica sesionó por última ocasión en 2015; el Programa de Cooperación Educativa y Cultural vigente fue suscrito en 2012 y para finales de 2019 no había sido renovado. Si bien la cooperación es intensa en estos ámbitos, si existieran mecanismos de cooperación independientes de las comisiones señaladas, como el Programa de Intercambio de Conocimientos (ksp) del Ministerio de Economía y Finanzas, se ganarían nuevas oportunidades de cooperación en ámbitos como la Cuarta Revolución Industrial, inteligencia artificial, nueva movilidad o economía del hidrógeno, de reunirse las comisiones y autoridades de ambos países.
Existe una inercia diplomática con el llamado Viejo Mundo (Europa), con el cual el entramado institucional a nivel bilateral, cubriendo un amplio espectro temático, es más rico que el existente con la mayoría de países de Asia, a pesar de que la realidad de las relaciones económicas y muchos intereses políticos favorecen hoy, mucho más, a Asia como la región más dinámica del mundo. Esta situación debe corregirse.
La hora de los ciudadanos
El paisaje coreano se puebla poco a poco de mexicanos, algunos con itinerarios insólitos, como aquellos niños de 12 años que radicaron seis meses en Seúl para dominar el arte del Baduk (juego de tablero de estrategia, conocido también como Go en China). La presencia coreana es aún más visible en México, tanto en sitios turísticos como en las ciudades más importantes del país. Al margen de los gobiernos, aunque propiciados por ellos, flujos crecientes de mexicanos y de coreanos recorren los 12 500 kilómetros que separan los dos países para llevar a cabo actividades de turismo o de estudios. En el caso de los ciudadanos coreanos, la expansión de la inversión en México explica una presencia más importante de ejecutivos y trabajadores, y son cada vez más los empresarios independientes que buscan probar suerte en nuestro país. De esta forma, son más de 14 mil los coreanos residentes que registra la embajada de Corea en México. Los mexicanos en Corea no llegan a mil.
La reducción de costos de viaje, la multiplicación de rutas, la apertura del vuelo directo México-Seúl en julio de 2017, aunado al incremento en los poderes adquisitivos, explican el crecimiento del turismo entre los dos países. El poder suave y la diplomacia pública apuntan también a selecciones de destinos dictadas por atractivas construcciones narrativas culturales. A comienzos del siglo no existían muchos incentivos para motivar el turismo de México a Corea. Hoy, eficientes campañas y numerosas ofertas culturales hacen que Corea compita con sus vecinos y tenga una sólida identidad positiva propia. ¿Qué sería hoy del turismo a Corea sin el K-pop, un fenómeno musical que atrae a millones de jóvenes de todo el mundo? El propio gobierno coreano promueve con eficiencia este atractivo; por ejemplo, cuando llevó al grupo bts a la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2018. Sólo en México el número de fans del K-pop se mide en cientos de miles.
No hay mes en el que en algún lugar de Corea no abra un restaurante mexicano, o con pretensión de serlo, por el hecho de que nuestra comida se ha popularizado en un país que, hace 25 años, todavía conocía grandes restricciones en sus importaciones de alimentos extranjeros no básicos. La narrativa mexicana también se ha consolidado a lo largo de los años, con el apoyo de la penetración de música, cine, telenovelas y eficientes campañas turísticas.
Según datos de la Secretaría de Turismo (sectur), en 2018 fueron 86 mil los coreanos que realizaron actividades turísticas en México, esto es 54 mil más que sólo seis años antes (datatur, 2019). La Organización de Turismo de Corea (kto) señaló que 25 mil mexicanos viajaron en sentido contrario con fines turísticos en 2018 (Korea Tourism Organization, 2019), cuando apenas fueron 10 026 en 2012 (Korea Tourism Organization, 2013). El turismo entre ambos países crece a tasas superiores a 15% anual, pronosticando un amplio espacio de expansión, sobre todo el de Corea a México, dado el nivel de ingreso de su población y la propensión para salir de su país (en 2018, se registraron 25 millones de salidas del territorio).
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