En el sexto capítulo, desarrollado por Andrii Ryzhkov, encontramos un trabajo especializado de gran valor. A partir de la formación del autor como doctor en lengua coreana y habiendo desarrollado destacables habilidades en la traducción e interpretación del idioma, por primera vez en México se publica un capítulo del libro dedicado al análisis de la migración en el marco de la traducción especializada. El texto evidencia la importancia del dominio del idioma como herramienta para el estudio y la aproximación a las sociedades analizadas, en este caso, la sociedad coreana. El autor indaga en las características de los coreanos que inmigran a México y de los mexicanos que buscan insertarse en la dinámica social de Corea. A través de su estudio, nos despliega un mapa que permite ubicar lugares de origen y destino, motivaciones para la migración, perfiles personales, etcétera. Evidencia que la traducción del coreano al español y del español al coreano en México aún tiene un largo camino por recorrer, demostrando que los retos no sólo son estructurales, sino académicos también, pues desde el espacio educativo debemos formar jóvenes no sólo con el conocimiento de Corea, sino que logren profesionalizarse como expertos en el idioma coreano para que México pueda competir en el escenario internacional, desde la misma plataforma y con las mismas herramientas que otros países.
El último capítulo aborda el tema del cristianismo en Corea. Elaborado por Armando Azúa, este trabajo es de suma importancia para entender la realidad actual del país asiático donde, como menciona el mismo autor, esta religión “goza de gran vitalidad”. Contrariamente a lo que podría pensarse en México, el espacio que ha ganado el cristianismo en Corea, expresado en la actualidad a partir de múltiples manifestaciones, hace que la mayoría de la población esté adscrita a esta corriente religiosa occidental y no a una religiosidad automáticamente ligada a Asia, como el budismo. Así, a través de su descripción detallada del por qué una doctrina religiosa de este perfil logra anclarse a la península, nos permite entender su presencia y su configuración actual, incidiendo de manera directa en el modo de pensamiento de la Corea contemporánea.
Así, a lo largo de los siete trabajos que conforman este material académico, se exponen temáticas esenciales que amplían el conocimiento de la península coreana, permitiendo evidenciar que ésta no es sólo un tema de estudio interesante, o un lugar lleno de elementos fascinantes por entender; es, para la realidad mexicana, un área de análisis obligada, con la misma relevancia que otras regiones del mundo.
Esperando que el libro pueda resolver muchas dudas e iniciar diálogos constructivos, les invito a emprender este viaje académico que busca aportar respuestas acertadas a las interrogantes de quienes se interesen en la península coreana.
Nayelli López
1En adelante se referirá indistintamente como República de Corea o Corea del Sur.
2En adelante se referirá indistintamente como República Popular Democrática de Corea o Corea del Norte.
3Según datos del embajador de la República de Corea en México, existen más de 1 800 empresas coreanas en México, las cuales generan más de 150 mil empleos de calidad. Publicado en El Economista en línea 29.08.2018, disponible en https://www.eleconomista.com.mx/internacionales/Me-gustaria-concretar-un-TLC-con-Mexico-Kim-Sang-il-Embajador-de-la-Republica-de-Corea-20180829-0081.html, consultado el 14.06.2019.
Primera Parte
México y Corea del Sur en 2020: de las relaciones oficiales y empresariales a la hora de los ciudadanos
Bruno Figueroa *
Fascinación mexicana por Corea
Corea es el futuro que tuvimos un instante;
es el espejo de nuestras aspiraciones incumplidas.
En la dinámica presente de las relaciones bilaterales de México, entendida como el conjunto de actividades y concertaciones en el ámbito político, económico, cultural y de cooperación con un país, destaca la República de Corea1 en dos sentidos: el primero es que, a pesar de tratarse de una relación reciente en términos históricos, y de la gran distancia geográfica y cultural entre ambos países, la relación ha alcanzado ya un lugar de primer orden para ambos, de acuerdo con diversas variables. En segundo lugar, la relación económica, el turismo y otros ámbitos siguen creciendo a tasas importantes, y parece haber aún espacio para mayor crecimiento, en particular en el ámbito económico, si se fortalecen el marco institucional y el jurídico.
Corea alcanzó el estatus de miembro pleno de la comunidad internacional apenas en 1991, cuando ingresó a la Organización de las Naciones Unidas (onu). Hace tan sólo 20 años, el comercio total entre México y Corea era limitado —4 mil millones de dólares (mdd)—,2 al igual que las inversiones (638.5 mdd acumulados entre 1994 y 2000). En 2005, ambos países decidieron establecer una Asociación Estratégica para la Prosperidad Mutua, con el fin de llevar la relación a otro nivel. Hoy Corea es el quinto socio comercial de México y el quinto destino de nuestras exportaciones; es también la décima cuarta fuente de inversión internacional para nuestro país. México concentra la mitad de las exportaciones coreanas a América Latina y 30% de sus inversiones (Comisión Económica para América Latina y el Caribe [cepal], 2015).
No nos detendremos en la historia de las relaciones entre ambos países, muy bien reseñada por el embajador José Luis Bernal Rodríguez (Bernal, 2016). Analizaremos dichas relaciones, centrándonos en los ámbitos político y económico en la actualidad, y reflexionaremos sobre las posibilidades de incrementarlas. Finalmente, daremos cuenta de un fenómeno inédito hace apenas una década entre los dos países: la irrupción de las sociedades como nuevo motor de la relación bilateral, a través de cientos de miles de voluntades individuales, en particular jóvenes, de conocer y aprender más del otro, y de realizar actividades turísticas, de estudio y laborales. Este hecho, con impacto en otras áreas, transformará la naturaleza de la relación en el futuro.
Una dinámica económica ascendente
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía (se), en 2018, por primera vez, el comercio total entre México y Corea rebasó los 20 mil millones.3 Esto significa un crecimiento de 106% entre 2009 y 2019, en dólares corrientes. Las exportaciones mexicanas han crecido de manera más acelerada, 730% en el periodo, aunque el monto, al inicio de éste, era muy bajo al sumar sólo 498 mdd.
Esta situación colocó a Corea como el quinto socio comercial de México desde 2019, sólo rebasado por Estados Unidos, China, Canadá y Alemania, en orden decreciente y, por primera vez, por encima de Japón y además, de numerosos socios comerciales “históricos” o “tradicionales”, como España, Francia o el Reino Unido. De hecho, el comercio entre México y Corea en 2019 fue muy superior a la suma del comercio de nuestro país con Brasil y España, como se indica.
Detengámonos en la composición de importaciones y exportaciones en 2019; las compras mexicanas exceden tres veces y media las ventas a Corea, que sumaron 4 949 mdd. Éstas, ahora, colocan a Corea como el quinto mercado mundial para los productos mexicanos. Un dato notable es que, en 2019, por segundo año consecutivo, las exportaciones mexicanas a dicho país rebasaron aquéllas dirigidas a Japón, nación con una economía tres veces mayor, y con la cual México cuenta con un tratado de libre comercio desde 2004. En los últimos tres años registrados (de 2017 a 2019), el crecimiento de las exportaciones fue mayor al de las importaciones, reduciéndose gradualmente el déficit para nuestro país.
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