Andrés Guerrero - Blanco de tigre

Здесь есть возможность читать онлайн «Andrés Guerrero - Blanco de tigre» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Blanco de tigre: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Blanco de tigre»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Aquí comienza el lugar prohibido donde reina el tigre blanco.Esta historia pasó hace muchos años. Tantos que hoy ya nadie habla de ella. Aquellos que aún la recuerdan aseguran que fue tan solo una leyenda de tantas que se fraguaron en lo más recóndito de la selva. Pero no lo es. Nunca lo fue.Un día, el azar quiso que el destino de mi hermana Duna se cruzara con el del tigre blanco.Y juntos encontraron su lugar.

Blanco de tigre — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Blanco de tigre», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать
Para Mercedes porque es como la selva Y para Vera mi nieta salvaje Y para - фото 1

Para Mercedes, porque es como la selva.

Y para Vera, mi nieta salvaje.

Y para todas las personas a las que he abrazado.

La historia del tigre blanco ocurrió hace tanto tiempo que hoy ya nadie habla de ella, y quienes aún la recuerdan aseguran que fue tan solo una leyenda más entre tantas otras que se fraguaron en lo más recóndito de la selva.

Pero no lo es.

No lo fue.

El tiempo empaña la memoria, y aquellos hechos tan increíbles terminaron mezclándose con las viejas historias sobre tigres que, siempre en voz baja y al refugio de la lumbre, se contaban durante las largas noches en los hogares de las aldeas.

Sin embargo, yo la recuerdo perfectamente y, aunque no me creas, te puedo prometer que todo sucedió tal y como lo vas a leer.

Por entonces, yo era solo un niño.

El más pequeño de una larga estirpe de pescadores de ribera.

Mis padres eran pescadores, como lo fueron también mis abuelos y los abuelos de mis abuelos, y así hasta que ya nadie recuerda más.

Vivíamos en medio del río, como habían vivido todos nuestros antepasados: en casas levantadas sobre el agua, junto a las cuales amarrábamos nuestras barcas.

Habían sido construidas a una prudente distancia de la orilla y se unían a esta mediante pasarelas y puentes colgantes, a pocos kilómetros de donde se situaba la aldea a la que se suponía que, por derecho y proximidad, pertenecíamos.

Para lo bueno y para lo malo.

O así debía ser.

En la otra orilla comenzaba la selva; el lugar prohibido donde, por encima del resto de los animales de la creación, reinaba el tigre desde el comienzo del mundo.

No todos los hermanos fuimos pescadores.

Duna, mi hermana, no lo fue.

En realidad, ninguna de las mujeres de la aldea era nada.

Quiero decir que ninguna era pescadora, ni barbera, ni comerciante... ni cualquier otra cosa que se pareciera a un oficio.

Las mujeres solo se ocupaban de sus tareas: trabajar los sufridos huertos, recolectar frutos y plantas, cuidar del ganado doméstico... Y de todas aquellas cosas destinadas para ellas.

Salvo mi hermana Duna, que se convirtió en cazadora.

Y eso estaba prohibido por la ley.

En los pueblos, la tradición era la ley, y esta dejaba muy claro que una mujer nunca podría ser cazadora.

Ninguna lo había sido nunca, y así debía ser para siempre.

Por eso, mi hermana siempre fue, para los cazadores y para todos los habitantes de la zona, una furtiva.

Una cazadora furtiva.

LA CAZADORA

A pesar de lo resbaladizo de la pendiente embarrada y de la trama impenetrable que formaban las raíces de los oscuros árboles, la muchacha se deslizó entre ellas con engañosa facilidad. Sin provocar ningún ruido, con el mismo sigilo que una serpiente al acecho, alcanzó el refugio donde esperaría la llegada del tigre.

Se había embadurnado con el limo del río para disimular su olor, y sus cenicientas ropas y su faz oscura hacían de ella una sombra más entre las sombras de la selva.

Más abajo, en el claro que se abría al final de la pendiente, los restos desmenuzados de un jabato, dejados allí intencionadamente, desprendían ya un fuerte hedor a podredumbre.

Debía tener paciencia.

El tigre terminaría apareciendo.

Estaba en su zona de caza. Lo sabía por las distintas marcas que los felinos dejan en los árboles y en el suelo para marcar su territorio y evitar así que otros tigres intrusos invadan su espacio vital.

El calor y la humedad eran insoportables.

Los mosquitos se cebaban con las partes de su cuerpo que quedaban al descubierto. Solo el barro que cubría su piel hacía tolerable aquel castigo.

Las tiras de tela que, anudadas a modo de turbante, cubrían parcialmente su cabeza no lograban impedir que las gotas de humedad resbalasen por su rostro.

Sus ojos, oscuros como las piedras del río en que había nacido, se hundían más allá de la impenetrable barrera de cañas intentando atisbar el menor movimiento.

Permanecía quieta, completamente quieta.

Sus únicos movimientos eran el lento recorrido de su mirada por la selva y el parpadeo con el que intentaba librar sus ojos del permanente goteo del sudor.

Una sensación de peligro invadió la selva y puso en alerta todos sus sentidos de cazadora.

No se oyó nada; al contrario, el silencio se adueñó de todo: las aves callaron, los monos, que solían aullar descontrolados en las ramas más altas, se refugiaron en callado sigilo de aterrados supervivientes.

Incluso el aire se volvió insoportablemente denso.

Tal y como sucedía siempre que se aproximaba el momento decisivo, su instinto natural hizo que su corazón alejara el miedo de su cabeza y que se concentrara en lo que debía hacer.

Lentamente, con un suave ademán de pantera, colocó una flecha en posición y tensó el arco a media cuerda.

Sujetó otra segunda saeta entre sus dientes, por si no bastaba con la primera, y dejó el cuchillo fuera de la funda, al alcance de un pequeño gesto.

Con un tigre, todas las precauciones son pocas: si fallas, no tendrás la oportunidad de salir vivo.

Por eso, Duna acechaba a sus presas desde sitios escarpados donde, en caso de errar, a las fieras les resultaría difícil alcanzarla, y ella tendría, al menos, alguna posibilidad de salvar su piel.

Pero ni siquiera estas precauciones sirven de mucho frente a un tigre herido. Lo mejor es no anticiparse y esperar el momento preciso, de manera que el ataque sea irremisiblemente mortal.

Su adiestrada mirada de ojeadora descubrió al felino antes de que este saliera al claro.

Un imperceptible movimiento en el cañizo delató su presencia, si bien debía de llevar allí agazapado un tiempo considerable.

El animal miraba cauteloso los restos del jabato desde la espesura.

El hambre lo empujaba a abandonar la protección del ramaje, y su respiración agitada revelaba la ansiedad por calmarla; pero, antes de salir, debía asegurarse de que aquello no era una trampa.

No había rastro de olores extraños en el aire, solo el fuerte tufo de la carne putrefacta.

No se escuchaban ruidos.

Todo parecía normal.

Aun así, el tigre esperó pacientemente con el vientre pegado al suelo y sus extremidades recogidas y tensas como una ballesta. Dispuesto a saltar sobre cualquier posible enemigo.

Duna lo sabía.

Sabía que el tigre solo saldría a campo abierto cuando estuviera totalmente seguro de que no había ningún peligro.

Pero tardaba demasiado.

Lentamente, una poderosa cabeza rayada asomó entre las hierbas, y un rugido ronco y grave, como el ronroneo de un enorme gato, recorrió el claro durante un instante, dejando en el aire pegajoso un silencio letal.

Con unos breves pasos sigilosos, la fiera quedó al descubierto.

Las trazas de sol que atravesaban la selva y se estrellaban en el cuerpo de la fiera iluminaron su pelaje con un refulgente color anaranjado.

Era una hembra, una hermosa tigresa. Con las mamas abultadas.

«¡Maldita sea!», pensó la cazadora. «Una madre». Y templó un poco más el arco, apuntando al lugar donde hundiría la flecha: el cuello del felino.

La tigresa miró hacia atrás y, con un pequeño gruñido de llamada, hizo salir de la fronda al cachorro que la acompañaba.

Duna estuvo a punto de gritar en voz alta una blasfemia.

Pero se contuvo.

El menor ruido revelaría su presencia, y eso la situaría al otro lado; al fatídico lado en el que ella, la supuesta cazadora, se convertiría en una presa.

Por suerte, la tigresa actuó como solían hacer siempre los de su especie: se alejó de allí seguida de su retoño, llevando entre sus fauces el cadáver del jabato para devorarlo en la espesura, al abrigo de cualquier peligro para ella y su cría.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Blanco de tigre»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Blanco de tigre» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Andrea Camilleri - Un Giro Decisivo
Andrea Camilleri
libcat.ru: книга без обложки
Leslie Charteris
Edgar Andrés Fuentes Blanco - Contratos inteligentes
Edgar Andrés Fuentes Blanco
Omar Lares - Hijo `e Tigre
Omar Lares
María López - El Tigre del Subte
María López
Osvaldo Baigorria - El ladrido del tigre
Osvaldo Baigorria
Eka Kurniawan - Hombre Tigre
Eka Kurniawan
Gonzalo Alcaide Narvreón - Aquiles y su tigre encadenado
Gonzalo Alcaide Narvreón
Gustavo Sainz - Salto de tigre blanco
Gustavo Sainz
Ana Luisa Guerrero Guerrero - Filosofía política y derechos humanos
Ana Luisa Guerrero Guerrero
Отзывы о книге «Blanco de tigre»

Обсуждение, отзывы о книге «Blanco de tigre» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x