Rafael Cuevas Molina - Polen en el viento

Здесь есть возможность читать онлайн «Rafael Cuevas Molina - Polen en el viento» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Polen en el viento: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Polen en el viento»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

"Históricamente, Costa Rica ha cobijado a migrantes de muchos países y, sin embargo, la literatura se ha ocupado poco del tema. Esta novela, escrita por un migrante guatemalteco sobre una familia de migrantes nicaragüenses representa un maravilloso aporte a esa deuda literaria, no solo por su ausencia sino por su enfoque humano, actual y conmovedor.
Después de 30 años en Costa Rica, una familia nicaragüense se expresa entre la fidelidad sandinista, la fidelidad nicaragüense y la construcción de una nueva identidad nacional, la costarricense.
Y los tiempos de la covid-19 se convierten en el catalizador de esas contradicciones, modulados por la familia con una madre especial."

Polen en el viento — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Polen en el viento», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Ahí vivimos como tres años. Mi mamá no perdió el tiempo y por las noches llevó clases en una universidad privada en donde le reconocieron varios cursos y al final se graduó. Después, dejamos de vivir en la casa de Fini y empezamos a viajar todos los días solo para ir a trabajar. Mi mamá me contó que Fini le reclamó que ella decidiera irse de la casa, le dijo que no entendía por qué, puesto que ahí nosotras teníamos todo.

Tampoco recuerdo el momento en que mi madre dejó de trabajar en esa casa, y pasó a la panadería donde trabajaba mi papá, pero a lo largo de los años seguimos visitándola, e incluso yo me iba a pasar las vacaciones de medio año con ella. Las primeras veces dormía con Fini, me sentía muy amada por ella y me gustaba estar en aquella casa grande, que no estaba llena de polvo como mi casa de esos tiempos, que tenía los pisos alfombrados, que tenía agua caliente para bañarme y me encantaba que siempre me daban cosas muy ricas para comer. Después, a pesar de que Fini conservaba intactas las recamaras de Luis y Álvaro, en una de esas vacaciones me dejó dormir en una de ellas, y yo elegí la de Álvaro.

Recuerdo cómo volvía a mi casa, con toda aquella ilusión de haber vivido dos semanas con Fini, extasiada de todas las comodidades y aventuras que vivíamos juntas, ir en su carro a diferentes lugares de Santa Ana y Escazú, pasando por casas que me parecían increíbles o centros comerciales donde me enamoraba de todo lo que veía; su cajón en el mueble de noche, lleno de chocolates que yo podía comer, y todas las monedas de veinte colones que me regalaba. Para mí, Fini era increíble y yo quería ser como ella, quería aprender a pintar, a hablar en inglés y a escribir a máquina.

Seguramente, yo tenía mareada a mi mamá con toda esa ilusión que Fini me causaba. Un día me miró y me dijo que no creyera que Fini era tan buena como aparentaba, y que en el fondo era una mujer egoísta. Yo me quedé muy asustada, y probablemente mi mamá se percató de eso, entonces suavizando su tono me contó que cuando ella trabajaba ahí y Álvaro acababa de empezar a trabajar en una empresa, el día que él recibió su primer salario llegó muy alegre a la casa a contarle a mi mamá y decidió regalarle a ella cincuenta dólares, pero luego escuchó cómo Fini le reclamaba el haberle regalado ese dinero.

Es verdad que siempre me sentí diferente a Fini y todo lo que representaba para mí. Sabía que éramos distintas, yo nunca me sentí del todo libre dentro de esa casa, y conforme crecía sentí que debía andar de puntitas, ya no solo frente al cuarto de Luis. No podría explicar esa ambivalencia, una mezcla entre mucha felicidad y recelo en todo lo que hacía. Creo que la última vez que pasé las vacaciones en la casa de Fini fue cuando tenía once años. Todo fue increíble, justo como yo siempre lo esperaba. Como yo estaba más grande, nos dedicamos a pintar cuadros, cajas de madera, botellas y objetos de barro con flores, aves y atardeceres en la playa. Ya en la casa teníamos una gran colección de estos objetos que Fini nos regalaba cada vez que la visitábamos; de hecho, el primer regalo del día de la madre de mi mamá fue una pequeña vasija de barro pintada por Fini. Todo había sido tan lindo, que le enseñé un pequeño poema que había escrito. Era para mi mamá en el día de la madre, y me habían dicho que lo iban a poner en el periódico mural de mi clase. Se me quedó viendo, me acarició la cabeza y siguió pintando un guacamayo azul que tenía al frente en un bastidor. No me dijo nada, pero yo sentí que le había gustado.

Esa semana coincidió con el regreso por unos días de Luis. Me sentía muy incómoda y temerosa de él. Me encontró durmiendo en la habitación de su hermano y yo siempre había tenido la impresión de que mi presencia ahí no le agradaba. En un día de tantos, cuando terminamos Fini y yo tres cuadros que pintamos juntas, Fini estaba tan emocionada que agarró los cuadros y se fue junto conmigo al cuarto de Luis a enseñárselos. Nos recibió con desánimo, pero fingió que le interesaban, y Fini seguramente para hacer una gracia que me hiciera feliz le dijo que yo estaba vendiendo mis pinturas en dos mil colones, a lo cual Luis le respondió algo a ella en inglés y yo noté que Fini se puso muy incómoda y ambos se pusieron a discutir en inglés frente a mí.

Todavía me recorren escalofríos por el cuerpo y siento cómo se me hace un puño el corazón cuando recuerdo ese momento. Me sentí tan avergonzada y humillada, y me quedé ahí totalmente paralizada en medio de dos personas que me parecieron en ese momento tan extrañas, sin poder entender nada. Eso fue como un miércoles, y sufrí mucho toda la semana deseando que llegara el domingo para que mi mamá me sacara de ahí. Decidí nunca más quedarme en esa casa. En los años siguientes solo íbamos a visitar a Fini por unas horas y siempre me sentía aliviada cuando mi mamá preguntaba por Luis o por Álvaro y Fini le decía que estaban fuera del país.

Capítulo VI

Nicaragua

Cuando era niña, en las vacaciones teníamos la dicha de irnos a pasear a Nicaragua y ver a mi abuela, a mis tías y al montón de primos y primas. La primera vez iba en el bus con mi mamá y mi papá, porque Darío nunca quiso venir con nosotros, y cuando estábamos en la frontera ella me dijo que habíamos llegado a Nicaragua, y yo me sentí muy confundida porque todo el viaje había estado viendo por la ventana y pensaba que todo eso que veía era Nicaragua. Era lindo no solo la aventura del viaje sino también ir de hija única, llegar a Peñas Blancas, bajarnos del autobús y empezar a comer todas esas comidas que a mis papás les encantaban, que vendían a la orilla de la carretera y que a mí me daban diarrea inmediatamente, pero que también me gustaban mucho. Sentir el calor, los gritos de las mujeres ofreciendo su comida, la de los vendedores ambulantes, de los que cambiaban dinero, y ver a los guardias uniformados y con su fusil al hombro, algo a lo que ya me había desacostumbrado, me daba la impresión de fiesta, de alegría y de vida. Era una mezcla de recuerdos y novedad, como volver a una normalidad anormal. No sé cómo decirlo. Me sentía volviendo a lo conocido, a lo que nadie tenía que explicarme, en donde sabía cómo actuar o qué decir, pero que ya no podía ver como natural porque había conocido otra cosa y, aunque me había costado mucho adaptarme, entonces me daba cuenta que ya me había cambiado.

Era un lugar de muchas ambivalencias y silencios. Cuando estaba allá me causaba mucha ilusión sentirme acompañada, cómo me abraza mi abuela, ver la alegría de la gente, su entrega y sinceridad que arrasaba con todo lo malo. Había como una fuerza volcánica, que a veces todavía siento dentro de mí como algo que me ha permitido sostenerme. Y a la vez, cuando estaba allá entre tanto bullicio, alegría y locura, sentía la necesidad de volver a Costa Rica, al silencio y la soledad en donde me sentía segura.

Desde muy niña no logro ser del todo de Costa Rica, pero tampoco de Nicaragua, y comprendí que cuando mis compañeros hablaban con acento nicaragüense los otros se burlaban, así que yo nunca mencionaba que era nicaragüense o que pasaba las vacaciones allá. También vi que mis palabras, gestos y mi acento eran considerados violentos o groseros por las mamás de mis amigas de la escuela, y siempre había el peso de ser una posible mala influencia para sus hijas; y me miraban feo porque era buena estudiante, porque Darío y yo siempre fuimos buenos en los estudios, y cómo no iba a ser así, si mi mamá es maestra; pero también, en Nicaragua, mi abuela me decía: «se me volvió modosita mi princesa», así que también allá me hacían a un lado, era como un bicho raro que cuando me acercaba a donde estaban conversando mis tías y mis primas se hacía el silencio, dejaban de cuchichear y de reírse y se me quedaban viendo; era demasiado silenciosa para tener una conversación divertida, demasiado delicada para subirme a una árbol o tener el valor de tirarme a una poza, y demasiado endeble para aceptar comer cualquier cosa que mis primos y primas devoraban en minutos. Pero aunque me sentía distinta, no me sentía sola. En cambio en Costa Rica sí.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Polen en el viento»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Polen en el viento» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Polen en el viento»

Обсуждение, отзывы о книге «Polen en el viento» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x