1 ...6 7 8 10 11 12 ...15 España en el mapa mundial del turismo: una imagen consolidada y uno de los países líderes
España tiene un buen cartel turístico. Es una de las mayores potencias turísticas del mundo, compitiendo con Estados Unidos, Francia, Italia y China, tanto si se considera el volumen de llegadas del turismo internacional como los ingresos aportados por dichos viajes (figura 1.4 y tabla 1.1). El país se encuentra en la zona mediterránea de Europa, es decir, en la confluencia de las dos regiones turísticas más importantes del mundo: la Unión Europea y la cuenca Mediterránea. Se beneficia de su amplio perímetro litoral e insular, que en buena parte es de fachada mediterránea; y la cuenca Mediterránea, como se sabe, es la primera de las tres «cuencas marítimas» turísticas más destacadas del mundo, por delante del Caribe y del Sudeste Asiático. Por otra parte, el protagonismo de España también se manifiesta en otros ámbitos, tales como el conocimiento, situándose en vanguardia en materia de know how y exportando experiencias y proyectos, o la presencia de empresas y cadenas turísticas por las regiones geoturísticas más importantes del mundo. También el hecho de albergar, desde 1975, en Madrid, la sede de la OMT ha de considerarse como un argumento del peso de España en el concierto turístico mundial (López Palomeque y Vera Rebollo, 2001: 547-548).
Figura 1.4 Mapa de distribución del turismo internacional en el mundo (2018).
Fuente : unwto-europapress.es.
En 1950, España ocupaba el decimoprimer lugar en el ranking de países según el volumen de ingresos por turismo internacional (con una cuota del 0,9 % del total) y en 1970 se situó en segundo lugar (con una cuota del 9,4 %), después de Estados Unidos. Desde entonces siempre ha ocupado uno de los primeros lugares, hasta llegar a ser potencia turística, si bien su participación sobre el total de ingresos por turismo internacional se sitúa en torno al 7 %. Un comportamiento parecido se observa si se considera la evolución de las llegadas del turismo internacional por países. En este sentido, cabe señalar que, en 1950, España ocupaba el octavo lugar, con 784.000 visitantes, el 3,1 % sobre los 25 millones del total mundial. En 1970, el país se situó en cuarto lugar (13,2 millones, que representaba el 8,3 % del total mundial). En el 2000 superó los 75 millones de visitantes (el 7,2 % de cuota del total) y en 2019 la cifra fue de 83,5 millones, en segundo lugar, lo que suponía casi el 6 % del movimiento turístico internacional (tabla 1.1 y figura 1.4). En 2010 perdió posiciones (se situó en cuarto lugar) debido a que el país se vio más afectado que otros destinos por la crisis económica iniciada en 2008. Por otra parte, el análisis a escala regional permite constatar, así mismo, el papel destacado de las comunidades autónomas españolas más turísticas (Canarias, Islas Baleares, Cataluña, Andalucía y Comunidad Valenciana) en el contexto de los destinos regionales de Europa (tabla 1.2).
TABLA 1.1
Evolución del ranking de los diez primeros países según turismo internacional (llegadas de turistas internacionales)
Fuente : elaboración a partir de datos aportados por UNWTO (World Tourism Organization).
TABLA 1.2
Principales regiones por volumen de pernoctaciones turísticas en la Unión Europea (nuts 2)
Fuente: elaboración propia a partir de EUROSTAT.
La secuencia temporal de los ingresos y las llegadas de turismo internacional permite afirmar que fue fundamentalmente en los años sesenta cuando España tuvo el crecimiento de su sistema turístico, el salto cuantitativo que permitió avanzar posiciones y convertir al país en un destino turístico destacado en el concierto mundial. En los últimos tres decenios, el crecimiento cuantitativo y la mejora cualitativa han permitido mantener la posición alcanzada y su buen cartel turístico. España destaca en el concierto turístico mundial por su condición de destino turístico o país receptor, más que por su condición de país emisor. De hecho, las cifras de salidas de turistas españoles y del gasto realizado son modestas en comparación con los principales países emisores europeos.
3. Estructura geográfica del turismo: una primera visión
La simplificación del lenguaje conduce a que se hable del turismo en España como un todo y se asocie el término a una condición de homogeneidad, que es justificable en un determinado nivel de comunicación y de intencionalidad de los mensajes. Pero nada más lejos de la realidad. El turismo en España es sinónimo de heterogeneidad. La variada geografía del territorio español posibilita una gran diversidad y abundancia de recursos y productos turísticos. Se puede observar la desigual distribución espacial de la oferta y de la demanda, así como el carácter estacional del turismo. Existe un desigual grado de desarrollo territorial de las actividades turísticas debido a los contrastes en la potencialidad turística de los lugares. Se puede observar, en definitiva, un mapa turístico asimétrico formado por espacios turísticos de intensidad diferenciada e incluso por espacios con escasa actividad turística. En el contexto de este capítulo introductorio se aportan los datos de una primera visión de esta realidad, y será en el capítulo 2 donde se aborden estas cuestiones, entre otras, con más profundidad.
Heterogeneidad geográfica y diversidad de productos y de espacios turísticos
En España existe una gran variedad de espacios turísticos (identificables a distintas escalas), con desarrollos diferentes, incluso hay espacios no turísticos; y existe una gran multiplicidad de productos turísticos derivada de la abundancia y riqueza de recursos. Estos rasgos se fundamentan, sin duda, en la heterogeneidad geográfica del país, tanto en lo que respecta a sus atributos naturales como a sus atributos culturales, que conforman un verdadero mosaico. El capítulo «Turismo», coordinado por Diego López Olivares (2018), de la obra España en mapas. Una síntesis geográfica (Atlas Nacional de España) , constituye la aportación más reciente y exhaustiva sobre este tema; se trata de un conjunto de mapas que permiten visualizar la heterogeneidad y el carácter asimétrico de la distribución espacial del turismo en España.
El espacio geográfico, cualitativamente diferenciado, constituye el soporte físico de los procesos sociales, pero también actúa como factor, ya que su diversidad conduce a actuaciones diferenciadas. La magnitud del espacio y sus atributos de carácter cualitativo tienen un valor intrínseco (ya sea natural o cultural) y, a la vez, el derivado de la valoración que le otorga la sociedad, hecho que induce su concepción y adecuación como producto turístico, en cada caso. Se pueda afirmar que España presenta una gran diversidad y un gran número de recursos turísticos, pero, en cambio, de acuerdo con sus posibilidades, aún existe margen para aumentar los productos turísticos; y en esta potencialidad se fundamentan precisamente los cambios y las nuevas ofertas turísticas del país, además del proceso de cualificación y potenciación de los recursos ya explotados. El carácter predominante del turismo de sol y playa ha alimentado una imagen turística del país que, de manera simplificada, se asocia e identifica casi exclusivamente con el modelo turístico litoral, y como tal así se percibe. Sin embargo, fundamentados en la diversidad geográfica del territorio español, que comprende un rico patrimonio natural y cultural, han existido y existen otros tipos de turismo que avalan el eslogan «mucho más que sol y playa». Con estas mismas o parecidas palabras han proliferado los mensajes de promoción en muchos destinos de ámbito local o regional, y también se ha aplicado al conjunto del país, rompiendo la imagen «casi única» del sol y playa (véase capítulo 2).
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