El turismo, factor de desarrollo económico y de modernización de la sociedad: mitos y realidades
Para valorar el papel del turismo como factor de desarrollo económico y de modernización de la sociedad hay que considerar la perspectiva temporal, su origen y su evolución hasta hoy día, así como la escala de observación de los efectos de las actividades turísticas.
En la amplia bibliografía sobre historia económica de España aparecen de manera recurrente, entre otras, dos referencias clave para ilustrar esta argumentación: a ) el turismo es considerado como uno de los motores del desarrollo económico español en los años sesenta y setenta del siglo XX gracias a las aportaciones de las divisas que generaba (gasto del turismo internacional), que constituyeron una de las fuentes de capitalización para hacer posible el proceso de desarrollo e industrialización; b ) los ingresos por turismo internacional han permitido a lo largo de décadas equilibrar el déficit del comercio exterior, incluso su valor monetario ha sido superior al de las importaciones de petróleo (dependencia energética de España). Sin duda, la modernización del sistema económico español posibilitó, a su vez, la modernización de la sociedad en términos de disponibilidad de rentas y mayor capacidad de consumo, pero también en comportamientos sociales, en nuevos hábitos que tenían en los extranjeros (turistas) uno de los espejos donde mirarse y de contraste con lo tradicional. En la tabla 1.3 se recogen datos significativos a nivel macro sobre la dimensión de la actividad turística como actividad productiva y su significado en el conjunto de la economía española.
TABLA 1.3
Composición del PIB de España: aportación de los principales sectores (2018)
Fuente : C. Molina (2019): «El turismo ya aporta al PIB español tres veces más que la automoción», Cinco días / El País , 30 de agosto de 2019.
A lo largo de las últimas décadas, la incorporación del turismo ha supuesto en muchos lugares la creación de riqueza, con la puesta en valor de recursos y la creación de empresas y empleos, la posibilidad de modernización y de desarrollo socioeconómico. En algunos casos, estos lugares (ciudades, comarcas, regiones, etc.) cuentan hoy con actividades turísticas en sus estructuras productivas diversificadas (lugares con turismo), mientras que en otros casos constituyen destinos turísticos donde la actividad turística ha adquirido un carácter estructural y su economía presenta una alta especialización (lugares turísticos, destinos turísticos). La realidad, las realidades, también muestran otras manifestaciones: la articulación del turismo en las estructuras preexistentes y su desarrollo con impactos medioambientales, con desarticulación de economías y sociedades locales, con conflictos territoriales y sociales.
Sobre el turismo español se pueden identificar numerosos mitos, pero en un primer nivel aparece la propia idea de la bondad del turismo. Se fundamenta en la hegemonía y casi exclusividad del discurso basado en los impactos positivos de las actividades turísticas y en la sinergia del turismo en su dialéctica con el territorio. Este discurso es alimentado, sobre todo, a través de datos macro de carácter económico: el valor económico del turismo medido principalmente a escala estatal y regional, y también a escala local y regional a partir de su papel como factor de desarrollo socioeconómico y territorial. La articulación del turismo en las estructuras territoriales y socioeconómicas preexistentes puede manifestarse en términos de indiferencia, de sinergias y de conflicto. El proceso histórico del desarrollo del turismo español comprende, obviamente, situaciones diversas que ilustran las distintas expresiones de la dialéctica turismo-territorio, máxime si la observación y la valoración se hacen a distintas escalas. La evolución del turismo en las dos últimas décadas –principalmente–, con un notable incremento de las situaciones de conflicto, ha propiciado la aparición y consolidación de una mirada crítica que, en parte, rompe con la idea hasta ahora hegemónica que solo contemplaba los aspectos positivos del turismo. No es siempre una percepción contra el turismo, sino una visión crítica sobre un determinado modelo turístico o sobre determinadas formas de turismo, tal como se ha indicado anteriormente y que se ha acentuado en tiempos de pandemia al manifestarse los efectos inducidos por la dependencia del turismo.
4. Factores de cambio y nuevo escenario: incertidumbres y certezas
La evolución del turismo muestra los cambios de este fenómeno social a lo largo de la historia contemporánea y, en particular, en el último medio siglo. En distintos momentos históricos se han identificado crisis del turismo y, en clara relación causa-efecto, se ha hablado de «nuevo turismo» y de «nuevo turista». Sin duda, este proceso no es más que un reflejo de la evolución de la economía, de la sociedad y de los modos de vida. La crisis actual ¿es una crisis cíclica del sistema o es de carácter estructural? ¿Cuáles son los factores del cambio y su alcance? ¿Qué futuro se vislumbra?
Globalización, cambio y crisis: identificación de los componentes y procesos relevantes del cambio y cómo afectan al turismo
El turismo es un fenómeno social contemporáneo, de estructura compleja y de naturaleza diversa, tal como se ha señalado. Su origen aparece asociado al proceso de industrialización que surge de la Revolución Industrial (revoluciones industriales). También, a su vez, asociado al propio surgimiento del capitalismo como sistema económico (y sus sucesivas fases), hasta llegar al siglo XXI en un escenario de globalización como máxima expresión del sistema y de sus contradicciones. El término globalización se utiliza de forma reiterada en diferentes ámbitos, tanto de tipo económico como político y cultural. En esta ocasión se incorpora como referencia a los cambios estructurales en la forma en que la economía global está organizada e integrada. Estos cambios, con el advenimiento de la cuarta revolución industrial –Industria 4.0–, consisten en esencia en la intensificación de la internacionalización de las actividades económicas y de la movilidad geográfica de mercancías, personas y capitales, hasta el punto de que no solo supone un cambio cuantitativo, sino también cualitativo respecto a la situación anterior.
Las sucesivas fases del capitalismo han conllevado crisis del modelo en cada momento histórico, y la superación de dichas crisis han dado paso a una nueva fase en cada caso. Cabe destacar el paso del fordismo al posfordismo como nuevo modelo de organización de la producción, que se caracteriza por un nuevo régimen de acumulación, denominado de acumulación flexible. En las dos últimas décadas se han intensificado las evidencias y contradicciones del sistema, y entre las causas estructurales figuran el cambio climático, la emergencia energética y las desigualdades sociales, que aparecen a su vez como retos para el propio sistema, así como las disfunciones de la propia globalización o la afectación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación a los procesos de producción-consumo y a las relaciones sociales. Este conjunto de procesos específicos constituye, en un primer nivel, los factores inductores del cambio en el siglo XXI (sociedad acelerada) en relación con las lógicas preexistentes.
Si bien el turismo ha sido una pieza clave de la economía mundial durante más de un siglo, en las últimas décadas se ha convertido particularmente en un componente central de un proceso mundial de neoliberalización. La neoliberalización describe un programa político-económico de «libre comercio» que integra de manera interrelacionada los mecanismos de desregulación, descentralización, privatización y mercantilización. Siendo una de las industrias más grandes del mundo, el desarrollo del turismo ha sido uno de los componentes clave de los programas de ajuste estructural incorporados en la planificación del desarrollo internacional, teniendo así un papel relevante en la consolidación de una sola economía integrada a nivel mundial. En el proceso, el desarrollo turístico ha desempeñado un papel crucial para ayudar a estabilizar una economía capitalista neoliberal plagada de contradicciones fundamentales y sometida a crisis periódicas (Fletcher, 2019: 37).
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