Lope de Vega - FUENTEOVEJUNA
Здесь есть возможность читать онлайн «Lope de Vega - FUENTEOVEJUNA» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Драматургия, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:FUENTEOVEJUNA
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:4 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 80
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
FUENTEOVEJUNA: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «FUENTEOVEJUNA»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
FUENTEOVEJUNA — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «FUENTEOVEJUNA», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
el disgusto que se siente.
COMENDADOR: Éstos ¿se igualan conmigo?
FLORES: Que no es aqueso igualarse.
COMENDADOR: Y el villano, ¿ha de quedarse
con ballesta y sin castigo?
FLORES: Anoche pensé que estaba
a la puerta de Laurencia,
y a otro, que su presencia
y su capilla imitaba,
de oreja a oreja le di
un beneficio famoso.
COMENDADOR: ¿Dónde estará aquel Frondoso?
FLORES: Dicen que anda por ahí.
COMENDADOR: ¡Por ahí se atreve a andar
hombre que matarme quiso!
FLORES: Como el ave sin aviso,
o como el pez, viene a dar
al reclamo o al anzuelo.
COMENDADOR: ¡Que a un capitán cuya espada
tiemblan Córdoba y Granada,
un labrador, un mozuelo
ponga una ballesta al pecho!
El mundo se acaba, Flores.
FLORES: Como eso pueden amores.
ORTUÑO: Y pues que vive, sospecho
que grande amistad le debes.
COMENDADOR: Yo he disimulado, Ortuño;
que si no, de punta a puño,
antes de dos horas breves,
pasara todo el lugar;
que hasta que llegue ocasión
al freno de la razón
hago la venganza estar.
¿Qué hay de Pascuala?
FLORES: Responde
que anda agora por casarse.
COMENDADOR: ¿Hasta allí quiere fïarse?
FLORES: En fin, te remite donde
te pagarán de contado.
COMENDADOR: ¿Qué hay de Olalla?
ORTU˜O: Una graciosa
respuesta.
COMENDADOR: Es moza brïosa.
¿Cómo?
ORTUÑO: Que su desposado
anda tras ella estos días
celoso de mis recados
y de que con tus crïados
a visitarla venías;
pero que si se descuida
entrarás como primero.
COMENDADOR: ¡Bueno, a fe de caballero!
Pero el villanejo cuida…
ORTUÑO: Cuida, y anda por los aires.
COMENDADOR: ¿Qué hay de Inés?
FLORES: ¿Cuál?
COMENDADOR: La de Antón.
FLORES: Para cualquier ocasión
ya ha ofrecido sus donaires.
Habléla por el corral,
por donde has de entrar si quieres.
COMENDADOR: A las fáciles mujeres
quiero bien y pago mal.
Si éstas supiesen, ¡oh, Flores!,
estimarse en lo que valen…
FLORES: No hay disgustos que se igualen
a contrastar sus favores.
Rendirse presto desdice
de la esperanza del bien;
mas hay mujeres también,
porque el filósofo dice,
que apetecen a los hombres
como la forma desea
la materia; y que esto sea
así, no hay de qué te asombres.
COMENDADOR: Un hombre de amores loco
huélgase que a su accidente
se le rindan fácilmente,
mas después las tiene en poco,
y el camino de olvidar,
al hombre más obligado
es haber poco costado
lo que pudo desear.
CIMBRANOS: ¿Está aquí el comendador?
ORTUÑO: ¿No le ves en tu presencia?
CIMBRANO: ¡Oh, gallardo Fernán Gómez!
Trueca la verde montera
en el blanco morrión
y el gabán en armas nuevas;
que el maestre de Santiago
y el conde de Cabra cercan
a don Rodrigo Girón,
por la castellana reina,
en Ciudad Real; de suerte
que no es mucho que se pierda
lo que en Calatrava sabes
que tanta sangre le cuesta.
Ya divisan con las luces,
desde las altas almenas
los castillo y leones
y barras aragonesas.
Y aunque el rey de Portugal
honrar a Girón quisiera,
no hará poco en que el maestre
a Almagro con vida vuelva.
Ponte a caballo, señor;
que sólo con que te vean
se volverán a Castilla.
COMENDADOR: No prosigas; tente, espera.
Haz, Ortuño, que en la plaza
toquen luego una trompeta.
¿Qué soldados tengo aquí?
ORTUÑO: Pienso que tienes cincuenta.
COMENDADOR: Pónganse a caballo todos.
CIMBRANOS: Si no caminas apriesa,
Ciudad Real es del rey.
COMENDADOR: No hayas miedo que lo sea.
PASCUALA: No te apartes de nosotras.
MENGO: Pues, ¿a qué tenéis temor?
LAURENCIA: Mengo, a la villa es mejor
que vamos unas con otras,
pues que no hay hombre ninguno,
porque no demos con él.
MENGO: ¡Que este demonio crüel
nos sea tan importuno!
LAURENCIA: No nos deja a sol ni a sombra.
MENGO: ¡Oh! Rayo del cielo baje
que sus locuras ataje.
LAURENCIA: Sangrienta fiera le nombra;
arsénico y pestilencia
del lugar.
MENGO: Hanme contado
que Frondoso, aquí en el prado,
para librarte, Laurencia,
le puso al pecho una jara.
LAURENCIA: Los hombres aborrecía,
Mengo; mas desde aquel día
los miro con otra cara.
¡Gran valor tuvo Frondoso!
Pienso que le ha de costar
la vida.
MENGO: Que del lugar
se vaya, será forzoso.
LAURENCIA: Aunque ya le quiero bien,
eso mismo le aconsejo;
mas recibe mi consejo
con ira, rabia y desdén;
y jura el comendador
que le ha de colgar de un pie.
PASCUALA: ¡Mal garrotillo le dé!
MENGO: Mala pedrada es mejor!
¡Voto al sol, si le tirara
con la que llevo al apero,
que al sonar el crujidero
al casco se la encajara!
No fue Sábalo, el romano,
tan vicioso por jamás.
LAURENCIA: Heliogábalo dirás,
más que una fiera inhumano.
MENGO: Pero Galván, o quien fue,
que yo no entiendo de historia;
mas su cativa memoria
vencida de éste se ve.
¿Hay hombre en naturaleza
como Fernán Gómez?
PASCUALA: No;
que parece que le dio
de una tigre la aspereza.
JACINTA: Dadme socorro, por Dios,
si la amistad os obliga.
LAURENCIA: ¿Qué es esto, Jacinta amiga?
PASCUALA: Tuyas lo somos las dos.
JACINTA: Del comendador crïados,
que van a Ciudad Real,
más de infamia natural
que de noble acero armados,
me quieren llevar a él.
LAURENCIA: Pues, Jacinta, Dios te libre;
que cuando contigo es libre,
conmigo será crüel.
PASCUALA: Jacinta, yo no soy hombre
que te pueda defender.
MENGO: Yo sí lo tengo de ser,
porque tengo el ser y el nombre.
Llégate, Jacinta, a mí.
JACINTA: ¿Tienes armas?
MENGO: Las primeras
del mundo.
JACINTA: ¡Oh, si las tuvieras!
MENGO: Piedras hay, Jacinta, aquí.
FLORES: ¿Por los pies pensabas irte?
JACINTA: ¡Mengo, muerta soy!
MENGO: Señores…
¿A estos pobres labradores?…
ORTUÑO: Pues, ¿tú quieres persuadirte
a defender la mujer?
MENGO: Con los ruegos la defiendo;
que soy su deudo y pretendo
guardarla, si puede ser.
FLORES: Quitadle luego la vida.
MENGO: ¡Voto al sol, si me emberrincho,
y el cáñamo me descincho,
que la llevéis bien vendida!
COMENDADOR: ¿Qué es eso? ¿A cosas tan viles
me habéis de hacer apear?
FLORES: Gente de este vil lugar,
que ya es razón que aniquiles,
pues en nada te da gusto,
a nuestras armas se atreve.
MENGO: Señor, si piedad os mueve
de suceso tan injusto,
castigad estos soldados,
que con vuestro nombre agora
roban una labradora
a esposo y padres honrados;
y dadme licencia a mí
que se la pueda llevar.
COMENDADOR: Licencia les quiero dar…
para vengarse de ti.
Suelta la honda.
MENGO: Señor!
COMENDADOR: Flores, Ortuño, Cimbranos,
con ella le atad las manos.
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «FUENTEOVEJUNA»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «FUENTEOVEJUNA» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «FUENTEOVEJUNA» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.