‘No, que haces?’
‘Nada. Estaba intentando.’
Babi lo aleja un poco molesta.
‘Pero aquí, en el carro? Mi primera vez debe ser una cosa bellísima, un lugar romántico con el perfume de las flores, la luna.’
‘Aquí esta la luna.’ Step abre un poco el techo. ‘Ves, un poco cubierta pero esta. Y siente…’ Aspira hondo. ‘Esta lleno de flores acá alrededor. Que falta? Es romántico, anda. Hasta tenemos Tele Radio Stereo. Es perfecto!’
Babi se echa a reír.
‘Yo quería decir otra cosa.’ Mira el reloj. ‘Es tardísimo. Si regresan mis padres y no me consiguen termino de nuevo castigada! Anda apurémonos.’
Se arreglan sus jeans y después tratan juntos de arreglar el asiento de Babi. Nada que hacer. Regresan riendo con el espaldar roto. Cada vez que acelera, Babi termina siempre abajo. Pensando en todo eso que podría decir su hermano. Que noche… con este final quizás, se volvió una comedia dramática. Acompaña a Babi hasta la puerta y se despide. Maneja veloz en la noche recordando esa ‘romantica’ abstinencia y ese perfume de los suspiros de ella que le queda entre sus manos.
‘Pero donde estabas? Te espero desde hace una hora, debo llevar a Manuela a su casa.’
Paolo esta ya nervioso. Imagina como se pondría si le hubiera dicho lo del asiento.
‘Podias agarrar la moto, como ahora agarras todas mis cosas.’
Paolo no ríe para nada y se encierra en la sala con Manuela.
Step va al cuarto, se quita la ropa y se mete en la cama. Apaga la luz. Esta destruido. De la sala llegan voces. Trata de escuchar mejor. Son Paolo y Manuela. Están discutiendo algo. La voz de su hermano es repetitiva y fastidiosa.
‘Dime la verdad. Quiero saber la verdad.’
‘Ya te la dije.’
‘Te dije que me dijeras la verdad.’
‘Esa es, te lo juro.’
‘Te lo pido por la ultima vez. Dime la verdad, quiero saber la verdad.’
‘Te juro que te he dicho todo.’ Manuela también parece bastante segura. En la oscuridad del cuarto Step mueve la cabeza. No se si son peores los golpes del Siciliano o las discusiones de mi hermano. Quien sabe que querrá saber Paolo, igual Manuela no se lo dirá nunca. Una cosa es segura. La única gran verdad es que Manuela regresara a casa sentada en el asiento malo. Y con ese pensamiento, Step se duerme divertido.
Babi esta en Fregene con toda su clase. Están festejando el día libre que les dieron. Terminaron de comer hace un rato y se pusieron a pasear en la playa. Algunas de sus amigas juegan a roba-bandera. Ella esta sentada sobre un banco hablando con Pallina. Después lo ve. Va hacia ella con esa sonrisa, esos lentes oscuros y esa chaqueta. A Babi le salta el corazón. Pallina se da cuenta rápido.
‘Hey, no mueras, eh?’
Babi le sonríe después corre a encontrar con Step. Se va con el, sin preguntarle como hizo para conseguirla, donde la está llevando. Se despidió de sus compañeras con un ‘adios’ distraído. Algunas de ellas dejan de jugar y la siguen con la mirada. Envidiosas y soñadoras, deseosas de estar en su puesto, abrazadas a Step, a 10 con honores. Después la chica del centro llama fuerte. ‘Numero… siete!’ dos de ellas arrancan en la arena, corriendo hacia ella. Se para una frente a la otra, con los brazos alargados, mirándose a los ojos, retándose sonrientes. De repente ese pequeño pañuelo blanco suspendido en el aire se vuelve su único pensamiento.
Cuando llegan frente a la moto, Babi lo mira curiosa.
‘Adonde vamos?’
‘Es una sorpresa.’ Step va detrás de ella y saca fuera del bolsillo la bandana azul que le robo y le cubre los ojos.
‘No hagas trampa… no debes ver.’
Ella se lo arregla mejor, divertida.
‘Hey, este pañuelo me parece conocido…’ después le pasa un audífono de su Sony y parten juntos abrazados escuchando las notas de Tiziano Ferro.
Mas tarde… Babi se mantiene abrazada detrás de el, con la cabeza apoyada sobre su espalda y los ojos cubiertos por la bandana. Siente como si volara, un viento fresco acaricia sus cabellos y un olor de humedad perfuma el aire. Hace cuanto salieron? Trata de calcular el tiempo del CD que esta escuchando. Entonces lleva casi una hora que están viajando. Pero hacia donde vamos?
‘Falta mucho?’
‘Ya casi llegamos. Estas viendo?’
‘No.’
Babi sonríe y se apoya de nuevo a su espalda, apretándolo fuerte. Enamorada. Acelera dulcemente y va hacia la derecha, arriba por la subida preguntándose si ella ha entendido.
‘Aquí, ya llegamos. No, te quites la bandana. Esperame aquí.’
Babi trata de entender donde esta. Sigue siendo de tarde. Siente un sonido lejano, repetitivo y ahogado, pero no entiende de qué se trata. Por un momento, escucha un ruido más fuerte, como si algo hubiera sido golpeado.
‘Aquí esta.’ Step la agarra por la mano.
‘Que paso?’
‘Nada. Sígueme.’ Babi temerosa se deja llevar. Ahora el viento paro, el aire se volvió mas fría, pareciera casi húmeda. Su pierna se tropieza con algo.
‘Ay.’
‘No es nada.’
‘Como que no es nada. Es mi pierna!’
Step se echa a reír.
‘Y siempre te la golpeas. Quédate quieta aquí.’ Step la abandona por un momento. La mano de Babi se queda sola, suspendida en el vacío.
‘No me sueltes…’
‘Estoy aquí cerca de ti.’
Después un fuerte sonido continuo, mecánico, como madera. Una ventana que se alza. Step le quita dulcemente la bandana. Babi abre los ojos y de repente todo aparece.
El mar en el horizonte brilla frente a ella. Un sol caliente y rojo parece sonreírle. Esta en una casa. Sale afuera, debajo de la ventana alzada, hacia la terraza. Abajo a la derecha reposa romántica la playa del primer beso de ellos. A lo lejos sus colinas preferidas, su mar, los lugares conocidos: Port’Ercole. Un pelicano le pasa cerca. Babi mira alrededor emocionada. Ese mar plateado, la arena amarilla, los arbustos verdes oscuros, esa casa solitaria sobre las rocas. Su casa, la casa de sus sueños. Y ella esta ahí, con el, y no esta soñando. Step la abraza.
‘Estas feliz?’ ella le indica que si con la cabeza. Después abre los ojos. Mojados y soñadores de pequeñas lágrimas transparentes, lucidas de amor, bellísimas. El la mira.
‘Que pasa?’
‘Tengo miedo.’
‘De que?’
‘Que nunca volveré a ser tan feliz como ahora…’
Después, loca de amor, lo besa de nuevo en medio de ese hermoso horizonte.
‘Vente, entremos.’
Se ponen a dar vueltas por esa casa desconocida, abriendo cuartos, inventando historias de cada habitación, imaginándose como si fueran los propietarios.
Levantan todas las ventanas, consiguen un gran Stereo y lo prende. ‘Aquí también se escucha Tele Radio Stereo.’ Ríen. Giran por esa casa abriendo las gavetas, revelando los secretos, divirtiéndose juntos. Separados, se llaman cada tanto para mostrarse hasta el descubrimiento más pequeño y todo parece mágico, importante, increíble.
Step saca el baúl de la moto y entra de nuevo en la casa. Poco después la llama. Babi entra en el cuarto. La gran ventana da hacia el mar. El sol ahora parece que estuviera guiñando un ojo. Esta desapareciendo en silencio detrás del horizonte lejano. Ese ultimo rayo educado pinta de rosado las nubes suaves esparcidas mas en lo alto. Su reflejo casi dormido corre por una línea dorada. Atravesando el mar para apagarse sobre las paredes de ese cuarto, entre sus cabellos, sobre sabanas nuevas, apenas puestas.
‘Las compre yo, te gustan?’ Babi no responde. Mira alrededor. Un pequeño mazo de rosas rojas reposa en un vaso cerca de la cama. Step trata de echar broma. ‘Juro que no las compre en el semáforo…’
Step abre el baúl.
‘Y voila!’
Adentro esta hielo derretido y algunos cubos todavía flotando. Step saca fuera una botella de champaña con dos copas envueltas con un periódico.
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