Louise Cooper - Espectros
Здесь есть возможность читать онлайн «Louise Cooper - Espectros» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:Espectros
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:5 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 100
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Espectros: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Espectros»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
Espectros — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Espectros», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
—Índigo... —Los sueltos cabellos de color miel de la chiquilla se balancearon sobre sus hombros, centelleando bajo U brillante luz—. ¿Estás despierta? Te he traído una infusión caliente. —Entró si esperar respuesta y depositó una bandeja de latón que contenía dos tazones de cerámica sobre la mesita de noche.
Índigo se frotó los ojos y ahogó un bostezo tan amplio como el de Grimya.
—Ellani..., ¿qué hora es? ¿He dormido más de la cuenta? Me siento tan avergonzada...
—No, no. Madre dijo que debíamos dejarte dormir hasta que despertases; pero tenemos visita. —De forma muy expresiva hizo girar los ojos en dirección a la escalera y articuló en silencio: «Tío Choai está aquí».
Índigo tomó su tazón y ocultó una sonrisa tras su borde mientras sorbía la tisana, que era fuerte y sin azúcar tal como le gustaba.
—¿Se me solicita?
Ellani realizó un respetuoso gesto.
—Cuando estés lista, dice madre. Pero si... —Su voz se apagó.
—Si puedo darme prisa, tu madre me lo agradecerá. No te preocupes, Ellani; me he tropezado en muchas ocasiones con personas del estilo de tío Choai.
Ellani era una chiquilla preciosa, y cuando sonreía sin reservas su rostro mostraba la belleza que heredaría al alcanzar la edad adulta. Se sentó en el borde de la cama de Índigo y, al hacerlo, extendió mecánicamente la mano para acariciar el pelaje de la cabeza de Grimya; un gesto natural y valeroso que encantó a la loba.
—¿Puedo beber mi tisana contigo, Índigo? Madre y padre están atendiendo a su visitante y yo preferiría no tener que acompañarlos a menos que sea inevitable. Tío Choai siempre me hace pensar en ranas.
Calpurna no lo habría aprobado, pero Índigo no pudo resistir una ahogada risita.
—Claro; no tengo el menor inconveniente.
La infusión le quemó la lengua y la volvió a dejar sobre la bandeja para que se enfriara mientras ella empezaba a vestirse. Le habría encantado tomar un baño —no había habido tiempo más que para un rápido aseo antes de la comida la noche anterior— pero no estaría bien hacer esperar a tío Choai demasiado rato, de modo que sacó de la bolsa unas cuantas prendas más limpias que sus ropas de viaje y se las puso, esperando que resultaría aceptable.
—¿Dormiste bien? —inquirió Ellani, solícita.
Índigo y Grimya intercambiaron una mirada, y la voz de la loba dijo en la mente de la muchacha:
«Pregúntale. No hay ningún mal en ello. »
Índigo asintió imperceptiblemente con la cabeza; luego, en voz alta y en un tono despreocupado, dijo:
—Dormí muy bien... ¡oh!, excepto por una cosa. —Se volvió sonriente hacia la niña—. Creo que algunos parrandistas debieron de regresar bastante tarde al enclave. Sus voces me despertaron.
—¿Parrandistas? —Ellani pareció perpleja.
—Eso supongo. Cuchicheaban y reían entre ellos en la calle; parecía como si estuviesen justo debajo de mi ventana, —Índigo se detuvo—. ¿No escuchaste nada?
—No.
¿Se equivocaba, o había aparecido de improviso una chispa furtiva en los ojos de Ellani? Índigo volvió a mirar a Grimya, y la loba dijo en silencio:
«Lo sé. Yo también me he dado cuenta. Algo la ha trastornado, pero no quiere que sepas lo que es. »
Ellani había vuelto el rostro ahora, de modo que su expresión quedaba oculta tras el borde del tazón mientras bebía apresuradamente su tisana.
—Si ya estás lista —dijo de forma confusa, entre hirvientes sorbos—, quizá deberíamos bajar...
La chiquilla estaba claramente desconcertada, e Índigo supuso que cualquier intento de nuevos sondeos sólo conseguiría hacer que se encerrara aún más en su coraza. De mala gana, decidió que sería más prudente bajar, sonreír a tío Choai y dejar de lado el misterio de la noche anterior, al menos por el momento. Más adelante, pensó, si daba la ocasión, desde luego que hablaría de ello con Calpurna.
No había ningún espejo en la habitación, pero Índigo Dudo distinguir una buena aproximación de su propio reflejo en la ventana. Las ropas estaban lo bastante limpias; los cabellos no quedaban mal. Tomó un rápido sorbo de su tazón y luego dedicó una sonrisa tranquilizadora a Ellani.
—Estoy lista —anunció.
Hollend, Calpurna y su visitante estaban sentados en tres de los cuatro sillones colocados a una distancia escrupulosamente calculada unos de otros en la sala de recibir de la casa. Cuando Índigo entró a través de la cortina que separaba la habitación de la escalera, Calpurna le dedicó Una sonrisa de bienvenida y Hollend se incorporó e hizo una reverencia, contradiciendo el protocolario gesto con un guiño que Choai no podía ver.
El funcionario —cuyo sillón era sensiblemente mayor que el de los demás— saludó la presencia de Índigo con Un preciso movimiento de cabeza y luego se dirigió a Calpurna.
—Resulta grato para una anfitriona saber que un visitante ha pasado una noche cómoda y revivificante bajo su techo.
Todavía no muy acostumbrada a los más refinados matices del protocolo, Índigo no supo qué decir, pero Hollend acudió en su auxilio. Tras indicarle que se sentara en el cuarto sillón, que era también el más pequeño, dedicó una radiante sonrisa a Choai.
—Nuestra invitada ha descansado bien, tío, y mi esposa se siente satisfecha de haber podido ser útil. Te volvemos a dar las gracias por habernos enviado a Índigo.
El anciano mostró una expresión complacida.
—No tengo la menor duda de que vuestra invitada os resultará tan útil como vosotros lo habéis sido para ella. ¿Os ha contado que es médica?
Hollend y Calpurna intercambiaron una mirada de complicidad y luego ambos disimularon, fingiendo no saber nada de las aptitudes de Índigo. Esto pareció complacer aún más a Choai, quien se volvió para mirar directamente a la joven.
—Me alegra ser el transmisor de la noticia de que se te ha encontrado un puesto de trabajo temporal, de modo que puedas empezar a ejercer tus habilidades curativas sin improductivos retrasos. Tu primer paciente vendrá a verte hoy al mediodía, y el último al anochecer. Serán treinta pacientes en total, y se te ha asignado una adolescente para que lleve a cabo todas las tareas domésticas.
Índigo se quedó sin habla. Le parecía imposible poder creer que Choai hubiera trabajado tan rápido ni con tanta eficiencia, y al punto empezó a examinar de nuevo sus anteriores impresiones de que el hombre no era más que un inútil presuntuoso. Sin perder tiempo expresó su gran agradecimiento y admiración, confiando en que sus palabras no traicionaran el pánico que amenazaba con apoderarse de ella ante la idea de verse arrojada sin miramientos al desempeño de una tarea para la que sabía que no estaba capacitada. Por muy despreocupadamente que sus anfitriones pudieran dejar de lado las habilidades del antiguo médico de Alegre Labor, Índigo no sabía si podría enfrentarse a tal responsabilidad. O más bien, si quería ser franca consigo misma, si conseguiría mantener el engaño.
Tío Choai, sin embargo, parecía no tener dudas sobre sus habilidades. Era evidente que estaba dispuesto a confiar por completo en ella, e Índigo sospechó que traer a un nuevo curandero a la población le proporcionaría gran renombre entre los demás ancianos de los comités de gobierno de Alegre Labor; hasta tal punto que la insignificante cuestión de la aptitud del curandero podía ser dejada de lado. Sus sospechas no tardaron en verse confirmadas cuando la conversación empezó a girar, de modo sutil y progresivo, hacia un nuevo tópico, con Hollend y Calpurna insistiendo en que Choai debía aceptar una pequeña muestra de la estima que sentían por él. Choai protestó con vehemencia, alzando ambas manos con las palmas hacia afuera ante el rostro en gesto de humildad, mientras insistía en que el honor y la satisfacción eran totalmente tuyas. Hollend desechó sus protestas, con la mayor educación, proclamando que los regalos —en plural ahora— eran simplemente una insuficiente muestra de la consideración y el afecto que toda su familia sentía por su bondadoso mentor y amigo desde hacía tanto tiempo, y que declinar estas insignificantes ofrendas le proporcionaría una gran desilusión a él, a su esposa y a sus hijos, Índigo comprendió que se trataba de un ritual practicado y perfeccionado con la exactitud de una solemne danza ceremonial. La discusión se balancearía de un lado a otro hasta alcanzar el deseado punto de equilibrio; en ese momento Choai fingiría por fin capitular ante la voluntad de Hollend, y el pago —pues, despojado de todos sus adornos, esto era lo que el agantiano ofrecía— se efectuaría.
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «Espectros»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Espectros» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «Espectros» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.