Margaret Weis - La Guerra de los Dioses

Здесь есть возможность читать онлайн «Margaret Weis - La Guerra de los Dioses» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Guerra de los Dioses: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Guerra de los Dioses»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Palin y Tas cruzan el Portal y entran en el Abismo, donde aguarda Raistlin para llevarlos a presenciar un acontecimiento extraordinario: la asamblea de los dioses. En ella, Paladine accede a la petición de la Reina Oscura y de Gilean, que consiste en retirar los dragones del Bien para que los Caballeros de Takhisis se alcen con la victoria y unifiquen bajo un mando único todas las fuerzas de las distintas razas. De esta manera podrán afrontar la lucha contra Caos y evitar la destrucción de Krynn y de todo lo creado.
La Torre del Sumo Sacerdote cae en manos de las fuerzas de la Oscuridad por primera vez en la historia y el dominio absoluto de Ariakan se extiende rápidamente por Ansalon. Entre tanto, Steel Brightblade va a ser ajusticiado por haber dejado escapar a su prisionero, Palin Majere. En la posada El Último Hogar, Caramon y Tika tiene la alegría de volver a ver a su hijo, a quien creían muerto. Pero el joven Palin llega acompañado de un visitante inesperado: Raistlin Majere, quien ha vuelto al plano mortal para ayudar en la batalla contra Caos.

La Guerra de los Dioses — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Guerra de los Dioses», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—¡La Gema Gris! —chilló Dougan—. ¡Intenta atraparlos con la Gema Gris! Te ayudaré muchacha. ¡Puedes hacerlo!

Usha no las tenía todas consigo sobre eso, pero no se le ocurría otra cosa. Tenía que actuar deprisa. La oscuridad se estaba tragando a Palin y casi tenía envuelto a Tasslehoff.

Sosteniendo una mitad de la Gema Gris en cada mano, Usha se deslizó sigilosamente hacia los seres de sombras.

—¡No los mires, muchacha! —advirtió Dougan—. ¡Hagas lo que hagas, no los mires!

Usha no quería mirarlos. Cada vez que su vista pasaba fugaz sobre ellos, la joven se estremecía de terror de pies a cabeza. Fijó los ojos en Palin, en su amado rostro, ahora contraído por el pavor.

Y entonces, de repente, Usha estaba de pie ante sí misma.

La muchacha parpadeó, sorprendida y aterrada.

—¡No mires sus ojos, muchacha! —aulló el enano—. ¡No lo hagas!

Usha miró a Palin, se concentró en él, hizo caso omiso de la voz del ser que intentaba atraerla hacia su oscuridad. Con la cabeza vuelta, extendió las manos a ciegas y arremetió con la Gema Gris a la imagen de sí misma.

Un horrible, doloroso, entumecedor frío le heló los dedos. Estuvo a punto de soltar la joya. El dolor era insoportable, como si por sus venas corrieran agujas de hielo. Estaba perdiendo el sentido, cayendo hacia la oscuridad.

—¡Atrápalo! —ordenó Dougan— ¡Mételo dentro de la joya!

Desesperadamente, Usha cerró con un golpe las dos mitades de la Gema Gris.

El frío se tornó calor.

La oscuridad se hizo luz.

Los seres de sombras desaparecieron.

Usha miró a su alrededor, aturdida, preguntándose si realmente habían estado allí. Bajó la vista hacia la Gema Gris, que sostenía apretada entre sus manos, y empezó a temblar.

Dougan llegó a todo correr, jadeando y resoplando, sus gruesas botas metiendo ruido y levantando nubes de sofocante ceniza.

—¡Bien hecho, muchacha! Bien hecho. Ahora los tenemos. —En un murmullo para sí dijo:— Por lo menos, algunos de ellos. —Luego se apresuró a añadir:— Yo la cogeré. —Y le arrebató a Usha la Gema Gris.

La joven había querido la joya antes, pero ahora estaba más que satisfecha de librarse de ella.

—¿Palin? —dijo con ansiedad mientras agarraba al mago de la manga—. Palin, ¿te encuentras bien?

El joven miraba fijamente al frente, con aquella espantosa expresión impresa en su pálido semblante. El sonido de la voz de Usha, el contacto de su mano, hizo que girara la cabeza lentamente.

—Palin. Soy Palin.

La muchacha le echó los brazos al cuello.

Él la abrazó, estrechándola contra sí, con los ojos cerrados, el cuerpo tembloroso.

Dougan se inclinó sobre Tasslehoff.

El kender había caído de rodillas; todavía tenía la cucharilla sujeta en la mano, y sollozaba mientras repetía una y otra vez:

—¡No soy nada! ¡No soy nada! ¡No soy nada!

—¡Eh, chico! ¡Se han marchado! —llamó Dougan mientras palmeaba al kender en la espalda con la sana intención de reanimarlo, pero que tuvo el efecto de dejarle los pulmones casi sin aire.

Tas se puso a toser y a resollar y a parpadear. Al ver a Dougan, esbozó una vaga sonrisa.

—Ah, hola.

—¿Me reconoces, muchacho? —preguntó el enano con ansiedad.

—Pues claro. Eres Reorx.

Dougan sacudió la cabeza.

—Dejemos eso ahora. Lo importante es si sabes quién eres tú. ¿Lo recuerdas, muchacho?

Tasslehoff soltó un suspiro de alivio y contento que empezó en la punta de sus calzas amarillas y lo recorrió cálidamente por todo el cuerpo. Abrió los brazos al máximo.

—¡Sí que lo sé! ¡Soy yo! ¡Yo!

La Gema Gris estaba en las manos del enano, que de repente parecía muy viejo. Le temblaban los dedos, tenía el rostro macilento y ajado. Se había quitado el sombrero con la llamativa pluma y lo había dejado a un lado. Sus ropas estaban cubiertas de ceniza, llevaba los botones desabrochados, las puntillas colgando. Sostuvo la gema y la contempló con tristeza mientras inhalaba profunda, temblorosamente.

—Recuerdo bien el día en que la creé —dijo—. Una parte minúscula de Caos, eso era todo cuanto quería, todo cuanto necesitaba. Nada más que unos cabellos, o un trocito de uña, para expresarlo en términos mortales. Pero Él andaba rondando por allí, fisgoneando, como siempre. Nuestro mundo, el mundo que habíamos creado sin contar con Él, funcionaba ya para entonces, ¿comprendéis? No podía soportarlo. El desorden, la confusión, la anarquía... Habría disfrutado viendo nuestra creación hundiéndose en todo eso.

»Sobre todo detestaba mi forja. Dar forma, concebir, producir cosas, era un anatema para Él. La destrucción: eso era lo que le gustaba.

»Él mismo tenía muchos hijos, pero, de todos, tres eran sus preferidos: Paladine, Takhisis y Gilean. Les dio gran poder, y después se puso furioso cuando lo utilizaron; y, a su modo de ver, lo utilizaron para contrariarlo, para oponerse a sus designios, para hacer un mundo y después poblarlo con seres vivientes, a los que dieron la vida infundiéndoles el aliento de los dioses, para que así pudieran continuar creando, construyendo, ordenando. Ninguno de sus otros hijos se había atrevido jamás a intentar algo así. No podía soportarlo.

»Deseaba destruirlo, pero éramos demasiado poderosos y se lo impedimos. Él había proporcionado a sus hijos los medios para hacerlo, ¿comprendéis? ¡Y cómo lo lamentaba ahora! Despreciaba a Paladine y Takhisis, los dos que siempre habían anhelado el orden, tramando e intrigando para conseguirlo. Gilean era su hijo favorito, pero resultó ser una triste decepción para Él.

»Fue a causa de Gilean, creo, por lo que Caos contuvo el deseo de destruir al principio el mundo recién poblado. Pensó que Gilean se ocuparía de que Él lo reinara. Pero Gilean había tenido siempre una inclinación estudiosa, con la nariz metida en un libro, reacio a que lo molestaran. Y, así, Paladine y Takhisis lo hicieron a su modo, y el equilibrio fue cambiando hacia uno u otro lado, con Gilean en medio, pasando páginas. —Dougan contempló los dos fragmentos de la joya, sopesándolos y observando intensamente el centro hueco.

»Dicen que lo atrapé dentro, que intenté agarrar una pequeña fracción de Caos para meterla aquí y acabé introduciendo la totalidad. La gema tenía que ser un apuntalamiento, ¿comprendéis? Haría lo que Gilean, absorto en sus libros, no estaba haciendo. El plan me pareció bueno en aquel momento. Quizá, si lo hubiera pensado bien... Pero no lo hice, y el asunto acabó como acabó.

»Pero mi intención no era atraparlo. No.

»Él lo hizo adrede. Vio su oportunidad y la aprovechó. Se coló en la gema justo antes de que yo la sellara. Fue Él mismo quien se remontó y sobrevoló por todo el mundo, cambiando esto y alterando aquello, sumiendo en el desorden todo lo que habíamos hecho. Y qué bien lo estaba pasando: guerras, el Cataclismo, sus hijos luchando entre ellos... Y entonces van los irdas y le estropean la diversión, ¿comprendéis? Rompieron la gema y acabaron con su juego. Así que ahora brama, despotrica y se encoleriza, y, puesto que ya no puede influir en el mundo, lo destruirá. Ésa es la verdad del asunto, a mi modo de ver.

El enano asintió con la cabeza enérgicamente, y, apoyando la gema sobre sus rodillas con cuidado, se enjugó el sudor del rostro con la mano.

Palin rebulló, inquieto.

—Así que tú no tienes la culpa —dijo—. Ni Paladine ni Takhisis. Nadie la tiene, al parecer. Todo eso está muy bien, pero supongo que poco importará si hay o no un culpable cuando nuestro mundo esté roto como esta maldita gema y todos estemos muertos y olvidados.

—Cierto, muchacho —manifestó Dougan broncamente.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Guerra de los Dioses»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Guerra de los Dioses» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Guerra de los Dioses»

Обсуждение, отзывы о книге «La Guerra de los Dioses» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x