Terry Goodkind - La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños

Здесь есть возможность читать онлайн «Terry Goodkind - La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Los músculos de Ulic se marcaron cuando se frotó las palmas de las manos.

— Cuando Rahl el Oscuro murió, a principios de invierno, y vos hablasteis delante de palacio, muchos d’haranianos creyeron que erais el nuevo amo Rahl. Sin embargo otros no. Algunos todavía mantenían su lealtad, su vínculo a Rahl el Oscuro. Debió de ser por esa puerta que decís que seguía abierta. Nunca había ocurrido antes, al menos que yo sepa.

»Luego, al regresar a palacio y vencer al espíritu de Rahl el Oscuro gracias al don, también vencisteis a los oficiales rebeldes que se oponían a vos. Al desterrar el espíritu de Rahl el Oscuro rompisteis el vínculo que aún mantenía con algunos de ellos y convencisteis al resto de los habitantes de palacio de que, efectivamente, erais el nuevo amo Rahl. Ahora todos son leales. Todo el palacio está vinculado a vos.

— Tal como debe ser —sentenció Raina—. Sois el poseedor del don; sois un mago. Sois la magia contra la magia; y los d’haranianos, vuestro pueblo, son el acero contra el acero.

Richard alzó la vista hacia los oscuros ojos de la mujer.

— Sé menos de ese vínculo, eso del acero contra el acero y de la magia contra la magia, de lo que sé sobre magia, y te advierto que apenas sé nada sobre magia. No tengo ni idea de cómo se usa.

Las mord-sith se quedaron mirándolo un momento y luego se echaron a reír como si Richard acabara de gastarles una broma y pretendieran quedar bien con él.

— No bromeo. No sé cómo usar mi don.

Hally le propinó una palmada en el hombro y señaló a Gratch.

— Mandáis sobre las bestias, como Rahl el Oscuro. Nosotras no podemos. E incluso habláis con él. ¡Habláis con un gar!

— No lo entendéis. Le salvé cuando era sólo un cachorro y lo crié, eso es todo. Luego nos hicimos amigos. No es magia.

Hally volvió a palmearle el hombro.

— Es posible que a vos no os parezca magia, lord Rahl, pero ninguno de nosotros podría hacerlo.

— Pero…

— Hemos visto cómo os volvíais invisible —arguyó Cara, que ya no reía—. ¿Vais a decirnos que no era magia?

— Bueno, sí. Supongo que eso sí que era magia, pero no del modo que os imagináis. Es que…

— Lord Rahl, a vos os parece de lo más normal porque poseéis el don. Pero para nosotros es magia. No nos diréis ahora que cualquiera puede hacerlo.

— No, no podríais —repuso Richard, en un aprieto—. Pero insisto en que no es lo que creéis.

Los oscuros ojos de Raina se clavaron en él con esa mirada con las que las mord-sith exigían obediencia ciega; una mirada acerada que pareció paralizarle la lengua. Aunque ya no estaba cautivo de una mord-sith y esas mujeres trataban de ayudarlo, la mirada lo impresionó.

— Lord Rahl —dijo Raina con voz queda que llenó el silencio de la habitación—, en el Palacio del Pueblo luchasteis contra el espíritu de Rahl el Oscuro. Vos, simplemente un hombre, os enfrentasteis al espíritu de un poderoso hechicero que había regresado del inframundo, del mundo de los muertos, para destruirnos a todos. Rahl el Oscuro ya no tenía una existencia corpórea; no era más que un espíritu animado gracias a la magia. A un demonio así sólo se lo vence con magia.

»Durante el combate lanzasteis rayos que, impulsados por la magia recorrieron el palacio para destruir a los líderes rebeldes, a los que deseaban el triunfo de Rahl el Oscuro. Todos aquellos que aún no estaban unidos a vos, ese día se unieron. Ninguno de nosotros había visto nunca nada semejante a la magia que crepitó en palacio ese día.

La mord-sith se inclinó hacia él, manteniéndolo preso de su oscura mirada. Su apasionada voz cortaba el silencio.

— Eso fue magia, lord Rahl. Estábamos a punto de ser destruidos, de ser engullidos por el mundo de los muertos. Vos nos salvasteis. Cumplisteis vuestra parte del pacto: ser la magia contra la magia. Sois el amo Rahl, y estamos dispuestos a dar nuestra vida por vos.

Richard se dio cuenta de que su mano derecha aferraba con tanta fuerza la empuñadura de su espada que notaba cómo las letras doradas en relieve de la palabra «VERDAD» se le hundían en la carne. De algún modo logró sustraerse de la mirada de Raina y posar los ojos en el resto.

— Todo lo que decís es cierto, pero no es tan simple como creéis. Hay más. Me niego a pensar que fui capaz de hacer lo que hice porque sabía cómo. Simplemente sucedió. Rahl el Oscuro estudió toda su vida para convertirse en mago, para usar la magia. Pero yo apenas sé nada de eso. Depositáis demasiada confianza en mí.

Cara se encogió de hombros.

— Lo comprendemos —dijo—. Aún os queda mucho que aprender sobre la magia. Eso es bueno. Siempre está bien aprender más. Cuanto más sepáis, mejor nos serviréis.

— No, no lo comprendéis en absoluto…

— No importa cuánto sepáis —lo tranquilizó Cara, poniéndole una mano sobre el hombro—, siempre habrá más. Nadie lo sabe todo. Pero eso no cambia nada. Vos sois el amo Rahl, y estamos unidos a vos. —La mujer le estrujó el hombro antes de añadir—: No podríamos cambiar eso ni aunque quisiéramos.

Richard tuvo una súbita sensación de calma. De hecho, no le interesaba cambiar las cosas; podía servirse de su ayuda y su lealtad.

— Antes, en la calle, me ayudasteis, y es posible incluso que me salvaseis el cuello, pero no quiero que tengáis una desproporcionada fe en mí. No quisiera decepcionaros. Deseo que me sigáis porque estáis convencidos de que lo que hacemos está bien y no debido a un vínculo forjado con magia. No quiero esclavos.

— Lord Rahl —intervino Raina, y por primera vez titubeó—, en el pasado estábamos unidas a Rahl el Oscuro y nada podíamos contra eso, como tampoco podemos ahora. Él nos arrebató de nuestros hogares cuando éramos niñas, nos entrenó y nos utilizó para…

— Lo sé. —Richard se levantó y la silenció poniéndole un dedo sobre sus labios—. Ya pasó. Ahora sois libres.

Cara le agarró por la camisa y acercó mucho su rostro al de ella.

— ¿Es que no lo veis? Aunque muchas de nosotras odiábamos a Rahl el Oscuro, no podíamos evitar servirlo debido al vínculo. Eso sí era esclavitud.

»No nos importa que no lo sepáis todo. Estamos unidas a vos porque sois el amo Rahl. Pero por primera vez en nuestras vidas no es una carga. Si el vínculo no existiera, de todos modos decidiríamos serviros; no somos esclavas.

— Nosotras no sabemos nada sobre magia —dijo Hally— pero os podemos enseñar qué significa ser el amo Rahl. Después de todo la misión de una mord-sith es enseñar. —Su irónica sonrisa suavizó sus ojos azules y dejó entrever la mujer que había más allá de la mord-sith. Pero enseguida la sonrisa desapareció para adoptar una expresión seria—. No nos importa que os queden más etapas en el camino; nosotras no os abandonaremos.

Richard se pasó los dedos por el pelo. Estaba conmovido por sus palabras, pero lo inquietaba la devoción ciega que le demostraban.

— Quiero que comprendáis que no soy el mago que creíais. Sé algo de magia, por ejemplo de la magia de mi espada, pero no sé cómo usar mi don. Es algo que sale de dentro de mí sin que lo entienda ni pueda controlarlo, y hasta ahora los buenos espíritus me han ayudado. —El joven hizo una pausa y se sumergió en lo más profundo de sus expectantes miradas—. Denna está con ellos.

Las cuatro mujeres sonrieron; cada una a su manera. Todas habían conocido a Denna, sabían que ella lo había entrenado y que la había matado para poder escapar. Al hacerlo, la había liberado del vínculo con Rahl el Oscuro y también la había liberado de aquello en lo que se había convertido. Pero por mucho que supiera que ahora el espíritu de Denna estaba en paz, esa muerte lo seguía atormentando. Había vuelto blanca la Espada de la Verdad y había puesto fin a la vida de Denna con ese lado de la magia, con su amor y su perdón.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños»

Обсуждение, отзывы о книге «La Sangre de la Virtud. El Caminante de los Sueños» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x