Станислав Лем - La fiebre del heno

Здесь есть возможность читать онлайн «Станислав Лем - La fiebre del heno» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Madrid, Год выпуска: 2018, ISBN: 2018, Издательство: Impedimenta, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La fiebre del heno: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La fiebre del heno»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Una agencia de detectives requiere los servicios de un astronauta norteamericano retirado para que ayude a esclarecer una serie de misteriosas muertes acaecidas en un balneario en Nápoles. Varias personas han enloquecido y algunas se han suicidado sin que se conozca motivo para ello; otras parecen haber muerto accidentalmente. Todas las víctimas eran extranjeras, viajaban solas, rondaban la cincuentena y padecían algún tipo de alergia. Tanto la policía local como la Interpol consideran que no hay pistas suficientes como para afrontar el caso con garantías, hasta que empieza a cundir la idea de que en cierto modo las muertes obedecen a algo más perverso. ¿Está sujeto el asesinato al juguetón capricho de las leyes de la probabilidad y el caos?
La nueva y premiada obra maestra del genio polaco de la ciencia ficción, Stanisław Lem: una fábula metafísica con tintes detectivescos del autor de «Solaris». cite New York Times Books Review

La fiebre del heno — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La fiebre del heno», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

»Brunner seguía en el hospital, la confusión de su mente había remitido un poco, pero surgieron complicaciones en la soldadura de los huesos de la cadera y el pariente que debía venir a buscarle desde Estados Unidos aplazaba una y otra vez su llegada. Al final un reputado especialista declaró a Brunner irresponsable de sus actos a causa de un agudo estado psicopático de etiología desconocida, y su diagnóstico dio al traste con las investigaciones.

»El segundo americano, Adam Osborn, un solterón licenciado en Economía, partió de Nápoles el 5 de junio en un coche alquilado de la agencia Avis en dirección a Roma, pero abandonó el hotel con tal precipitación que se dejó los utensilios personales: maquinilla de afeitar, cepillos, zapatillas. A fin de remitirle estos objetos, el Savoy llamó al hotel de Roma donde Osborn había hecho reservar una habitación, pero no se encontraba en él. El Savoy renunció a la búsqueda del caprichoso huésped, y tras las exhaustivas pesquisas policiales se supo que Osborn ni siquiera había llegado a Roma. El detective se enteró en la agencia Avis de que el Opel Rekord alquilado había sido hallado cerca de Zagarolo, a las puertas de Roma, en el arcén de la autopista, en perfectas condiciones y con todo el equipaje de Osborn. Avis informó a la policía romana de que el Opel estaba matriculado en Roma porque pertenecía al parque romano de la empresa, y su presencia en Nápoles solo se debía a que un turista francés había viajado con él desde la capital italiana. La prefectura de Roma se hizo cargo de las cosas de Osborn y llevó asimismo la investigación del caso, ya que Osborn fue hallado al amanecer del día siguiente…, muerto. Un coche lo había atropellado en la salida de la Autostrada del Sole, casi a nueve kilómetros del lugar donde dejara el coche alquilado.

»Al parecer se había apeado sin motivo aparente y había caminado por el borde de la autopista hasta el siguiente desvío, y precisamente allí un coche lo atropelló y se dio a la fuga. Se pudo reconstruir el curso de los acontecimientos con bastante exactitud, pues Osborn había derramado un poco de agua de colonia sobre la alfombrilla de goma del coche.

»A pesar de la lluvia caída durante la noche, el perro de la policía encontró fácilmente el rastro. Osborn había caminado hasta la carretera de salida por el arcén, pero allí donde la autopista bordeaba un terreno elevado había abandonado varias veces el asfalto para trepar por el montículo. Después bajaba de nuevo al carril y seguía caminando. Al llegar a la salida avanzó en zigzag, como si estuviera borracho, y allí murió en el acto por fractura de cráneo. Sobre el asfalto quedaron manchas de sangre y trozos de cristal de uno de los faros. Hasta la fecha, la policía romana no ha logrado localizar al causante del accidente. Dio que pensar el hecho de que Osborn recorriera nueve kilómetros de la autopista y nadie se fijara en él, aunque era por la tarde y el tráfico era muy denso. Por lo menos tendría que haberlo detenido alguna patrulla, ya que no se permiten viandantes en una autopista. El asunto se aclaró unos días más tarde cuando, una noche, alguien tiró frente a la comisaría una bolsa con palos de golf. En las asas estaba grabado el nombre de Osborn, y era de suponer que el americano había caminado con los palos de golf al hombro y que los automovilistas, teniendo en cuenta que los palos no sobresalían de la funda y que Osborn llevaba pantalones tejanos y una camisa de manga corta, lo habían tomado por un trabajador de la autopista. No cabía duda de que los palos de golf habían caído en el lugar del accidente; alguien debió de recogerlos y, al enterarse por la prensa de las pesquisas policiales, temió verse envuelto en un posible caso de homicidio y se deshizo de los palos.

»La razón de que Osborn bajara del coche y siguiera adelante a pie y con los palos de golf no pudo aclararse. La botella vacía de agua de colonia y las gotas en el suelo del coche hacían suponer que se había mareado, tal vez estaba a punto de desmayarse y por ello se humedeció la cara. La autopsia no reveló nada de alcohol ni ninguna clase de veneno en el organismo. Poco antes de abandonar el hotel, Osborn quemó en la papelera unas hojas escritas de papel de cartas. No quedaba nada de ellas, pero entre las cosas que dejó en el hotel se encontraba un sobre vacío dirigido a la prefectura, como si hubiese querido comunicar algo a la policía y al final no lo hubiera hecho.

»El tercer americano, Emmings, era corresponsal de la United Press International. Procedía del Cercano Oriente, desde donde había enviado reportajes a Estados Unidos, y se detuvo en Nápoles. Dijo en el hotel que se quedaría por lo menos dos semanas, pero a los diez días se marchó de modo inesperado. Había comprado en la agencia de British European Airways un billete para la línea Nápoles-Londres, y una sola llamada bastó para averiguar que, una vez llegado a Londres, se suicidó en el lavabo del aeropuerto. Se había disparado un tiro en la boca y tres días después murió en el hospital sin recobrar el conocimiento.

»El motivo de su marcha era plausible: tenía que ir a Londres por encargo de la United Press, de la que había recibido un telegrama para que mantuviera diversas entrevistas en relación con los rumores de un nuevo escándalo en el Parlamento. Emmings era conocido por su valor y carácter equilibrado. Como corresponsal se dirigía siempre a lugares donde estallaban conflictos militares; había estado en Vietnam y anteriormente, tras la capitulación de Japón, como joven reportero en Nagasaki, ciudad sobre la cual escribió un reportaje que le valió una gran popularidad.

»En vista de estos hechos, el ayudante, que seguía con las investigaciones, quería volar a Londres, a Oriente Próximo e incluso a Japón, pero su superior le encargó que interrogase a las personas que habían estado en contacto con Emmings durante su estancia en Nápoles. Estas se reducían al personal del hotel, ya que Emmings solía viajar solo. Nadie había observado nada anormal en su conducta. Únicamente la camarera que arregló la habitación después de su marcha recordó haber visto gotas de sangre en la bañera, y una venda ensangrentada en el suelo del cuarto de baño. Según la autopsia practicada en Londres, Emmings tenía un corte en la muñeca izquierda. Esta herida reciente estaba cubierta por un esparadrapo. De esto se dedujo que Emmings ya intentó suicidarse antes de salir del hotel, cortándose las venas, pero después se vendó y fue al aeropuerto. También había tomado baños sulfurosos y había estado en la playa, además de haber recorrido la bahía en una lancha alquilada. En suma, su comportamiento había sido completamente normal.

»Tres días antes de la fecha crítica había ido a Roma para encontrarse con el agregado de prensa de la embajada americana, antiguo conocido suyo. El agregado declaró que Emmings estaba de muy buen humor, pero que cuando lo acompañó al aeropuerto le llamó la atención que mirase con mucha insistencia por el espejo retrovisor. Le preguntó en broma si se había granjeado enemigos en El Fatah, a lo que Emmings respondió sonriendo que se trataba de una historia muy diferente que no podía confiarle, pero que esto no le apenara porque no tardaría en aparecer en las primeras páginas de los periódicos. Cuatro días después estaba muerto.

»El ayudante requirió la ayuda de otros dos detectives y volvió una vez más al balneario para examinar todos los libros de los últimos años. En casa de los Vittorini le miraban ya con franco desagrado, pues las continuas visitas de la policía perjudicaban el buen nombre del instituto. Pese a ello, los libros se amontonaron uno tras otro sobre la mesa, y al final se encontraron en ellos ocho nuevas pistas.

»Aunque el mecanismo de los acontecimientos continuaba siendo tan incomprensible como antes, el ayudante descubrió que se trataba de hombres de mediana edad, todos extranjeros, cuya vida regular cesaba entre la primera y la segunda semana de su estancia.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La fiebre del heno»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La fiebre del heno» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La fiebre del heno»

Обсуждение, отзывы о книге «La fiebre del heno» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x