• Пожаловаться

Clifford Simak: Caminaban como hombres

Здесь есть возможность читать онлайн «Clifford Simak: Caminaban como hombres» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, год выпуска: 1963, категория: Фантастика и фэнтези / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Clifford Simak Caminaban como hombres

Caminaban como hombres: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Caminaban como hombres»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Parker Graves, periodista, llega una noche a su casa para descubrir que ante su puerta se ha dispuesto una trampa. Para horror suyo, esta trampa se convierte en una bola, de esas de bolera, y huye. Muy pronto, toda la ciudad se transforma en el escenario de extraños sucesos — os edificios son comprados por sumas fabulosas, no se renuevan las licencias de arrendamientos, los negocios establecidos son cerrados, y nadie encuentra un lugar donde poder vivir.

Clifford Simak: другие книги автора


Кто написал Caminaban como hombres? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Caminaban como hombres — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Caminaban como hombres», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

En la parte superior, hacia la izquierda del periódico en la primera página, había un artículo de economía subrayado por Grant Jensen, de la editorial de comercio del personal de la mañana. La tendencia a aumentar de los negocios, decía, era firme y fuerte. Las ventas de los establecimientos se sostenían bien, los índices industriales estaban todos favorables, no había ningún indicio de reclamos de mano de obra — todo estaba color de rosa. Esto era particularmente cierto, continuaba el artículo, en el campo de la construcción de habitaciones. La demanda había superado la oferta, y todos los constructores en todo el distrito de reserva federal estaban contratados a plena capacidad hasta un año más.

Me parece que bostecé. Todo era verdadero, indudablemente, pero, de todas maneras, era el mismo estúpido material que tipos como Jensen estaban entregando constantemente. Pero, al editor le gustaría, ya que hacía sentir muy bien a los clientes y promovía una psicología de bienestar, y los antiguos luchadores del distrito de las finanzas hablarían del artículo en la edición matutina del periódico cuando se reunieran a almorzar en el Club de la Unión esta tarde.

Pero si las cosas fueran al revés, me dije para mí — que bajaran las ventas de los establecimientos, que la construcción se detuviera, que las fábricas se deshicieran de sus obreros — hasta que la situación se hiciera insoportable, no se escribiría una palabra de ello.

Doblé el periódico y lo hice a un lado. Abrí el cajón, saqué un atado de anotaciones que había hecho la tarde anterior y comencé a revisarlas.

Lightning, el copista del turno de la madrugada, salió de entre las sombras y se aproximó a mi escritorio.

—Buenos días, señor Graves, — dijo.

—¿Eras tú quién silbabas? — le pregunté.

—Sí, creo que sí.

Dejó una prueba sobre mi mesa.

—Su columna para hoy — dijo —. Esa acerca de la extinción de los mamuts y otros animales grandes. Creí que desearía verla.

La recogí y la leí. Como de costumbre, algún bromista de la sección de copias había escrito un titular «inteligente» para el artículo.

—Ha llegado temprano, señor Graves, — dijo Lightning.

Le expliqué:

—Debo adelantar mi trabajo en unas semanas. Saldré de viaje.

—He oído decir algo, — expresó Lightning con ansiedad —. Astronomía.

—Sí, creo que así podrías llamarlo. A todos los grandes observatorios. Tengo que escribir una serie de artículos acerca del espacio exterior. Muy lejos. Las galaxias y esas cosas.

—Señor Graves, — dijo Lightning —. ¿Creo que le dejarán observar por alguno de los telescopios?—Lo dudo. El horario de observación de un telescopio es muy restringido.

—Señor Graves…

—¿Qué deseas, Lightning?

—¿Cree usted que hay gente por allí? ¿En las otras estrellas?

—No lo sé. Nadie lo sabe. Se cree que es razonable que exista vida en otras partes.

—¿Como nosotros?

—No, no creo que sean como nosotros.

Lightning se quedó allí, moviendo nerviosamente los pies; y entonces dijo súbitamente:

—Cielos, se me había olvidado decirle, señor Graves. Hay alguien que desea verle.

—¿Alguien? ¿Aquí?

—Sí. Llegó hace un par de horas. Le dije que usted no llegaría hasta mucho más tarde. Pero, me respondió que esperaría.

—¿Dónde está, entonces?

—Fue a la sala de instrucción y se sentó en el sillón. Creo que se quedó dormido.

Me levanté de la silla pesadamente. — Vamos a ver —, le dije.

Debiera haberlo sabido. Nadie más podía hacer una cosa así. A nadie más le significaba menos el tiempo.

Estaba desparramado sobre el sillón, con una sonrisa estúpida dibujada en el rostro. Del panel de la radio salía el cotorreo a media voz de los varios departamentos de policía, y las otras agencias de la ley y el orden, dando un fondo de jerigonza a su delicado ronquido.

Nos detuvimos a observarle.

Lightning pregunto:

—¿Quién es, señor Graves? ¿Le conoce usted, señor Graves?

—Su nombre — le dije —, es Carleton Stirling. Es un biólogo de la universidad y amigo mío.

—A mí no me parece un biólogo, — expresó firmemente Lightning.

—Lightning — le dije escéptico —, con el tiempo encontrarás que los biólogos, astrónomos y físicos y todo el resto de esa atea tribu de la ciencia son personas como nosotros.

—Pero, venir a verle a las tres de la madrugada. Y esperando que usted estuviera aquí.

—Esa es su forma de vivir — le respondí —. Al él no se le ocurriría pensar que el resto del mundo vive en forma diferente. Esa es la clase de hombre que es.

Y, ciertamente, esa era la clase de hombre que era.

Tenía reloj, pero jamás lo usaba a no ser para controlar el tiempo de sus ensayos y experimentos. Su noción del tiempo era nula. Si sentía hambre, se las arreglaba para pedir algo que comer. Si no podía mantenerse despierto, siempre encontraba algún lugar donde echar una pestañeada. Cuando terminaba lo que estaba haciendo, o quizás, se sentía desmoralizado se iba a una cabaña que poseía en un lago, hacia el norte, y pasaba allí holgazaneando un día o una semana.

Se olvidaba tan a menudo de asistir a clases, iba tan de vez en cuando a las conferencias que la administración de la universidad se dio por vencida. Le dejaron mantener su laboratorio y quedarse allí con sus jaulas de conejillos de India y ratas y lodos sus apáralos. Pero, les valía la pena. Constantemente salía con algo que resplandecía de publicidad, no sólo para él mismo sino también para la universidad. En cuanto a él concernía, la universidad podía quedarse con todo. Para Carletan Stirling, lo que estuviera dentro del público, de la prensa, o fuera de todo, le daba exactamente lo mismo.

El objeto de su vida eran sus experimentos, el incesante escudriñar en los misterios que eran como un desafío para él. Tenía un departamento, pero, a veces pasaba días y días sin ir a él. Los cheques con su sueldo los acumulaba en un cajón hasta que la sección de contabilidad de la universidad le telefoneaba urgentemente para saber que había sucedido. En cierta oportunidad, ganó un premio, no uno de esos premios grandes, imponentes, pero sí uno de gran honor y con algo de dinero por añadidura, y se olvidó absolutamente de asistir al almuerzo con que le festejaban y en que le harían entrega del premio.

Y ahora, estaba allí, tendido sobre el sillón, con la cabeza echada hacia atrás y sus largas piernas extendiéndose hasta bajo las sombras de la consola de la radio. Roncaba suavemente y no se parecía en nada a uno de los más promisorios investigadores del mundo, sino más bien un transeúnte que había encontrado un lugar donde dormir. No solo necesitaba afeitarse más también un buen corte de pelo. El nudo de su corbata era una ruina y estaba colgando hacia un lado, y lleno de manchas, más que seguro que eran manchas de la sopa que había tomado distraídamente mientras continuaba luchando con uno de esos problemas que siempre le estaban preocupando.

Entré en la habitación y poniendo una mano sobre su hombro, le remecí suavemente.

Se despertó con toda tranquilidad, sin asustarse, y me miró sonriendo.

—Hola, Parker, — me dijo.

—Hola — le respondí —. Te habría dejado seguir durmiendo, pero tuve miedo que se te rompiera el cuello por la forma en que lo tenías.

Se desenrolló y puso de pié trabajosamente, después me siguió hacia la oficina.

—Es casi de mañana — dijo, echando una mirada a las ventanas —. Es hora de despertarse.

Me fijé que las ventanas ya no estaban oscuras sino que reflejaban un color grisáceo.

Pasó sus dedos por el enmarañado pelo, y se restregó el rostro con la mano. Después, metió la mano en uno de sus bolsillos y sacó un puñado de arrugados billetes. Eligió dos de ellos y me los extendió.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Caminaban como hombres»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Caminaban como hombres» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «Caminaban como hombres»

Обсуждение, отзывы о книге «Caminaban como hombres» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.