Jose Abasolo - Nadie Es Inocente

Здесь есть возможность читать онлайн «Jose Abasolo - Nadie Es Inocente» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Nadie Es Inocente: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Nadie Es Inocente»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Un sacerdote, que en su juventud estuvo relacionado con la organización terrorista ETA, desaparece en compañía de una hermosa mujer tras apoderarse de una importante suma de dinero de su congregación. Para evitar el escándalo se encargará del caso otro religioso que antes de ordenarse había sido policía. El pasado de ambos, reflejo del pasado y presente de una Euskadi que se debate entre la violencia y las ansias de paz, condiciona de tal manera la investigación, que finalmente se convierte en un juego muy peligroso, donde lo importante no es la recuperación del dinero, sino el ajuste de cuentas entre los dos contrincantes. Un ajuste de cuentas que parece personal, pero que en realidad contiene la clave de la violencia que ha sufrido el propio País Vasco.
La trama se complica aún más cuando una mujer es asesinada y otra desaparece inexplicablemente. A partir de ese momento, se inicia una investigación paralela en la que se entremezclan policías de todos los pelajes con proxenetas sin escrúpulos y miembros de la Brigada Antiterrorista. Todo conduce a un desenlace soprendente que valida la frase: «Las cosas nunca son lo que parecen».

Nadie Es Inocente — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Nadie Es Inocente», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Cuando Ansúrez me dijo que ibas a venir por aquí no podía creérmelo -dijo Romero después de abrazar a Emilio Vázquez-. Mira, éste es Emilio Vázquez -añadió dirigiéndose a Castrofuerte-, te he hablado de él muchas veces, mi antiguo jefe, el que dejó este negocio y se metió a cura. Emilio, te presento a mi compañero, el inspector Ernesto Castrofuerte.

– Encantado -dijeron al unísono los dos, estrechándose las manos.

– ¿Cómo te va la vida de cura? Todavía me parece imposible que dieras ese paso, sobre todo con lo que te gustaban las mujeres -dijo guiñándole un ojo, mientras con las manos hacía un ostensible gesto obsceno.

– Y me siguen gustando -respondió con un deje nostálgico-, pero todo eso pertenece al pasado. Ya te expliqué mis razones en su momento y la verdad, no quisiera parecer ofensivo, pero no me apetece volver otra vez sobre lo mismo. ¿Y tú qué me cuentas?

– Ya ves, sigo de inspector. Los de ahora me usan para lo mismo que me usaban los de antes, sólo que no se atreven a ascenderme a comisario, por el qué dirán y esas cosas, mi nombre ha salido en la prensa más de lo conveniente, pero que se jodan si creen que eso me importa un huevo, ya me cuido yo de compensar la falta de ascenso profesional con otro tipo de prebendas. Y que conste que todo esto te lo digo bajo estricto secreto de confesión, no vayas a piar mis palabras ante oídos inconvenientes -finalizó entre grandes risotadas.

Mientras estaban hablando se habían acercado a una de las dependencias del edificio, en la que se encontraban las oficinas de los dos inspectores. Su aspecto había cambiado radicalmente desde que Vázquez les abandonara. El antiguo cuchitril había sucumbido a los designios de la modernidad. Muebles funcionales, limpieza absoluta y ordenadores, sobre todo ordenadores. La tecnología como nuevo soporte de la lucha contra el crimen.

– Me ha dicho Ansúrez que necesitabas nuestra ayuda -dijo Romero después de haberse aposentado en la oficina-. La verdad es que me ha extrañado, porque me ha contado en qué estabas metido y no veo qué tiene que ver con nosotros.

– Bueno, si Ansúrez te ha contado de qué va la cosa, mejor, así no tenemos que perder el tiempo en prolegómenos. Se trata de una idea que me ha venido a la cabeza. Tal vez el problema no sea estrictamente la desaparición del padre Gajate, ni siquiera el robo de los cien millones de pesetas, sino algo relacionado conmigo directamente.

– ¿En qué te basas para pensar eso?

– En que continuamente me está dejando pequeñas señales, como si fueran mensajes que me envía para facilitar la búsqueda. Da la impresión de que quiere que le encuentre.

– Eso suena más a un desequilibrio metal que a otra cosa, y por lo que me ha contado Ansúrez no parece ser ése el caso.

– Y posiblemente no lo es, no creo que de repente el padre Gajate se haya convertido en un perturbado, ni siquiera que la mujer que le acompaña le haya sorbido el seso de un modo tal que le haya cambiado por entero la personalidad. No, tiene que haber algo diferente y he pensado que quizá se encuentre en su pasado, sobre todo si está relacionado con el mío.

– ¿Os conocíais de antes? -preguntó Romero.

– No, creo que no, al menos no me suena de nada.

– Entonces, ¿cuál es exactamente tu idea?

– Verás, se trata de un cura de ideas progresistas.

– Sí, conozco el paño -le interrumpió desabridamente el inspector Romero.

– No lo pongo en duda -se sonrió involuntariamente el padre Vázquez, recordando viejos tiempos- y es posible que hace años anduviera metido en actividades de grupos clandestinos. Al fin y al cabo entró en el seminario en tiempos de la dictadura.

– Vaya, veo que te has reciclado a base de bien, tú también usas esa expresión.

– Sólo por motivos técnicos, Antonio. Además, tenemos que admitir que los tiempos han cambiado y quizá nuestros métodos no eran los más correctos ni respetuosos.

– Sí, ya sé que te entraron problemas de conciencia y por eso cambiaste de vida, pero no me jodas, Emilio, siempre hicimos lo que teníamos que hacer.

– Tal vez tengas razón pero hace tiempo que desistí de discutir sobre esos asuntos. Si no te importa me gustaría acabar de explicarte mi idea.

– Desembucha.

– Como te he dicho, el padre Gajate fue seminarista en la época anterior a la muerte de Franco y conociendo tanto sus ideas como por dónde respiraba la Iglesia en aquellos tiempos, no sería nada raro que hubiera estado metido hasta el cuello en actividades subversivas e ilegales. Si eso fue así quizá, sin que yo lo sepa, hayamos colisionado de algún modo y en estos momentos, por un afán de venganza o de justicia desmedida quiera jugar conmigo al gato y al ratón.

– Esto no es un juego, Emilio -dijo el inspector Romero.

– Lo sé, para nosotros nunca ha sido un juego, pero a él no le guían los mismos motivos que a nosotros. Si hay algo que le está incitando a jugar conmigo, quiero saber qué es.

– Creo que se podrá hacer alguna cosa a ese respecto -contestó Romero mirando inquisitivamente a su compañero.

– Desde luego -respondió a la muda pregunta el inspector Castrofuerte-, pero nos llevará algo de tiempo.

El más joven de los dos inspectores se acercó a los ordenadores y con una agilidad hija a partes iguales de la práctica y de la preparación empezó a teclear velozmente, de modo que ni Vázquez ni Romero eran capaces de seguir con la vista sus evoluciones.

– Estos chavalines están muy preparados en eso de la informática, pero a la hora de dar hostias son unos merengues del carajo -comentó riéndose Romero.

– Si quieres hacemos la prueba -contestó siguiéndole la broma el inspector Castrofuerte, sin dejar de teclear en ningún momento.

– No he encontrado nada -volvió a decir el inspector Castrofuerte cuando por fin dejó de hurgar en el ordenador.

– ¿Qué significa eso? -preguntó Vázquez algo desilusionado-, ¿que está totalmente limpio?

– No, tan sólo que está limpio en estos momentos -replicó el inspector Castrofuerte-. Con las amnistías que se otorgaron tras la muerte de Franco muchos datos desaparecieron, supongo que estarás al tanto.

– Déjate de chorradas, que yo viví a tope esa época -contestó, enfadado, el padre Vázquez-. Desaparecieron teóricamente, pero todos sabemos que sólo teóricamente. Esos datos existían, por lo menos cuando yo abandoné el cuerpo existían, y me extrañaría mucho que no siguieran existiendo.

– Por supuesto que siguen existiendo -contestó ufano Castrofuerte-, pero ahora existe una Ley de Protección de Datos, así que no nos ha quedado más remedio que sumergir muy profundamente aquéllos en los que estás interesado. Pero con un buen equipo de inmersión todo puede solucionarse.

– Como verás -dijo Romero-, sí que nos hemos adaptado a la nueva era.

– Tardaremos algo de tiempo -volvió a hablar Castrofuerte-, pero creo que al final quedarás contento.

– Tengo todo el tiempo del mundo -contestó Vázquez.

– En ese caso, pongamos de nuevo manos a la obra -dijo satisfecho Castrofuerte, encantado de poder demostrar a esa vieja gloria lo que él y sus instrumentos eran capaces de hacer.

Mientras volvía a teclear frenéticamente su ordenador explicaba a sus acompañantes, con claro espíritu didáctico y para amenizar la espera, lo que estaba haciendo, qué era una red, en qué consistía el correo electrónico, de cuántos megas podía disponer, pero cuando observó que los dos viejos amigos se dedicaban a charlar de sus cosas sin prestarle la menor atención optó por seguir trabajando en silencio.

– Bueno -dijo volviéndose hacia donde estaban sus dos compañeros-, por fin he conseguido lo que deseabais.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Nadie Es Inocente»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Nadie Es Inocente» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Deborah Crombie - Nadie llora al muerto
Deborah Crombie
Mari Jungstedt - Nadie lo ha visto
Mari Jungstedt
Mari Jungstedt - Nadie Lo Ha Oído
Mari Jungstedt
Mari Jungstedt - Nadie Lo Conoce
Mari Jungstedt
Michael Connelly - El Inocente
Michael Connelly
Sue Grafton - I de Inocente
Sue Grafton
Carina Schwindt - Nadie te enseña
Carina Schwindt
Almudena Anés - Ventana abierta a nadie
Almudena Anés
Отзывы о книге «Nadie Es Inocente»

Обсуждение, отзывы о книге «Nadie Es Inocente» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x